—Cole me contó que la semana anterior concluiste un curso de defensa personal —comentó, sosteniendo el asa de su tacita blanca. Emma asintió con su cabeza, no habló porque estaba masticando, pero soltó un «Ajá» que lo afirmaba con orgullo—. Qué bien, Emmy. Felicidades por eso.

Emma tragó su muffin, y dijo:

—Gracias. ¿Qué te dijo Cole exactamente?

—¿Para qué quieres saber? —soltó una carcajada.

Emma le pateó despacio debajo de la mesa, en forma de broma.

—¿No puedes decírmelo o qué? ¿Es un secreto?

—Está orgulloso de ti, Emma. Eso querías oír, ¿cierto?

—Sí —sonrió, regresando a mirar su bebida.

—Está orgulloso de ti, y te ama —añadió.

—Yo lo amo más —lo miró a la cara, queriendo reírse porque sus cálidas emociones la superaban.

—Lo dudo, mi estimada, lo dudo —bebió su café, y sonrió cuando se percató que la dejó sonriendo.

Emma suspiró hondo, sacudiéndose el polvo mágico de Colin, y regresó de sus fantasías.

—Ey —dijo.

Eugene bajó su taza sobre el plato.

—¿Qué pasa? —limpió sus labios con una servilleta.

—Al le escribió a mi amiga. ¿Sabes algo sobre eso? —colocó sus brazos sobre la mesa.

Eugene previó ese tema, y Colin también se lo había advertido cuando hablaron al mediodía:

Eugene: Esta tarde quiero visitar a Emmy.

Eugene: Crees que estará libre? Quiero sorprenderla

Perro: Ni idea. Le preguntaré, y te digo

Perro: Dice que no hizo planes... Por el momento.

Perro: Oye, si vas, te preguntará lo de Alan, Carla, Instagram

Eugene: Qué?? No te lo preguntó a ti??

Perro: No. Aún. Solo dile la verdad.

Eugene: Por qué debo ser yo el encargado de decirle que pretendías presentarme a su amiga linda porque te parece triste mi soltería y que no tuviste en cuenta el hecho de que Alan estaba presente cuando lo soltaste??

Colin no respondió más. Ocupado... O quizá no, quizá solo lo evadió. Quizá.

—S-sí, sí. —Eugene asintió con su cabeza.

—¿Y? —preguntó Emma, expectante.

—Alan se metió donde no debía, nada más —tosió una vez en su puño. Diablos, no quería decirle la verdad. Sentía vergüenza. «Bueno, Emma, sucede que el perro cree que debo conocer chicas». No podía decirle eso. No podía decirle que también le preocupaba nunca llegar a sentir lo que ella y Colin sentían—. La verdad, Emma, Colin nos habló sobre tus amigas, fue el lunes, cuando te reuniste con ellas en tu casa. Y sabes cómo es Alan.

—¿Conoces a Carla? Por fotos, digo —inquirió.

—Eh, sí —su tono de voz patinó hasta caerse en el .

—¿Te parece interesante? —se acercó más a la mesa.

—¿Interesante? —se tragó sus muecas de felicidad, vergüenza, y todo eso.

Las Cenizas De Emma© #3Место, где живут истории. Откройте их для себя