Cuando el idol Taehyung es atacado por haters, queda en peligro no sólo su vida sino también la de su mejor amigo, Jimin.
Es ahí cuando su agencia le asigna al mejor guardaespaldas, pero... ¿será suficiente para proteger a ambos?
[Narración + Socia...
—¿A dónde vas tan guapo? —lo molestó Tae, pero siguió hojeando el catálogo.
Jimin se encogió con timidez y apretó los labios para no sonreír mucho, pero luego se acercó a la mesa de centro y su gesto cambió a uno de confusión.
—Oh... —titubeó Jimin, alternando su vista a la mesa y la habitación—. Creí haber dejado mi teléfono aquí... ¿O me lo llevé a la habitación?
Jimin estaba regresando a la recámara pero la voz de Tae lo interrumpió:
—Se lo llevó Jungkook. —Tae pareció ver un atuendo agradable porque hizo un gesto de aprobación, pero optó por seguir viendo más opciones—. Ah... y no lo vas a creer, el muy cobarde de mi Kim bebé no se atrevió a venir por ellos porque lo pongo nervioso, ¿tú crees?
Tae levantó la mirada, estaba completamente divertido solo por recordar aquello pero, al ver el rostro pálido de Jimin y lleno de pánico, borró su sonrisa.
—¿Mimi? —Su amigo no respondió, en cambio, su rostro cambió del miedo al enojo en un par de segundos—. ¿Estás bien?
—¡Kim Taehyung! —estalló Jimin, y Tae no pudo estar más asustado por ello—. ¡¿Cómo te atreves a dar mi teléfono así como a sí?!
Jimin salió como bestia hacia el comedor contiguo, pero supo en cuanto llegó que ya era demasiado tarde. Jungkook tenía su teléfono en las manos, y su expresión sonrojada y su parpadeo intenso delataba que estaba nervioso.
Lo había visto. Jungkook seguro había visto eso.
Era claro que los dos guardaespaldas habían escuchado el despotrico del chico, así que estaban inertes y sin ninguna intención de mover un dedo hasta saber que no iban a salir heridos ante la furia del menor.
—Mi teléfono —pidió Jimin, extendiendo su mano hacia Jungkook pero sin ser capaz de mirarlo a los ojos—. Solo dámelo.
—Jimin, no hemos terminado...
—Mejor luego, Seokjin —dijo Jungkook, interrumpiendo a su amigo—. Toma, Jimin.
Cuando Jimin giró para alejarse, Tae ya estaba detrás de él. Su amigo estaba asustado y también confundido por la actitud del pequeño.
Jimin le entrecerró los ojos y le dijo con dientes casi apretados:
—Kim Taehyung, te quiero en la habitación ahora. —Tras decir eso, Jimin se fue sin mirar atrás, y con la cara roja no solo por el coraje sino por la vergüenza.
Cuando llegó a la habitación, lo primero que hizo Jimin fue sentarse en la cama y encender la pantalla del teléfono.
¡Mierda!
¡Maldita sea!
¡PUTA VIDA!
Las pestañas abiertas mostraban aplicaciones de ubicación, limpieza de virus pero también la barra de navegación y, debido a eso, el desglose de su historial de búsqueda en internet. Jimin quiso darse un tiro. Estaba planeando si era más efectivo eso o simplemente lanzarse de un puente. Jungkook había visto todo.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.