Capítulo treinta y seis

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A penas podía observar el color de sus ojos.

—Hola —dije algo confundida.

—Te quedaste dormida anoche —indicó.

Desvíe mis ojos hacia la tapa de aquel libro, era uno de mis novelas favoritas de un autor que admiraba demasiado.

—Lo lamento —respondí con sinceridad, ni siquiera recordaba en que momento me había ganado el sueño—. ¿Qué haces aquí? —pregunté.

Alister dejó el libro en el escritorio y se colocó de pie.

—Tú pediste que me quedara —explicó—. Estuve toda la noche despierto vigilando este lugar.

Por alguna extraña razón alcé las frazadas y noté que seguía con la misma ropa de anoche, llevaba puesto el vestido negro con varias rasgaduras y manchas de sangre en ella.

Tenía un olor asqueroso.

—¿Te quedaste toda la noche en... mi habitación? —pregunté algo insegura.

No quería desconfiar de él. Era la última esperanza que tenía antes de perder la cabeza.

Pero de solo pensar que quizás estuvo observándome dormir y en su mente se cruzó alguna idea... aquello me incomodaba.

Traté de evitar esos pensamientos que invadían mi cabeza. Él no era así.

Alister no era así de asqueroso.

—No —respondió, seguro de sus palabras—. Seguro no lo recuerdas ya que estabas bastante agotada, pero me quedé vigilando el perímetro de tu casa.

—¿O sea qué...?

El mayor me interrumpió.

—Dejé tu habitación y este lugar una vez que quedaste dormida. Además, tu madre había llegado y no quería correr el riesgo de que te metieras en problemas —explicó.

Ambos nos quedamos fundidos bajo un silencio rotundo, no sabía con claridad si era incómodo ya que nuestras miradas se habían cruzado varias veces en todo este momento. Pero antes de que pudiese pensar en otra cosa, Alister habló nuevamente:

—No sabía si quedarme te iba a incomodar —aclaró—. Por lo tanto decidí darte privacidad. Espero que no te moleste.

Formé una línea en mis labios.

—¿Estuviste toda la noche afuera con las bajas temperaturas... solo para no incomodarme?

Alister me observó.

—He pasado por cosas peores.

Desvíe la mirada.

De inmediato recordé cómo anoche con sus mismas palabras había advertido que Nevs y No Stranger nos estaban buscando, más que nada para secuestrarme y después asesinar a Alister. Tenía sentido que quisiera protegerme si era la única persona que podía confiar.

—Gracias —respondí mientras colocaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja—. No sabía que te gustaba leer.

—Es una de mis fascinaciones además de matar —respondió sonriendo de lado—. ¿Cómo dormiste? —preguntó mientras se sentaba al borde de la cama.

No Stranger © #1 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora