No Stranger © #1 ✔

Capítulo veintitrés

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"Segundo juego: Suicidio y sangre"

Me sorprendí al leer el mensaje de D.

Ni siquiera sabía muy bien cómo tomar aquella información, ¿por qué de repente sentía que aquel número escondía algo bastante grave entre sus manos? Ese presentimiento lo tenía desde aquella noche que intercambiamos mensajes, pero después de leer aquello aquel sentimiento se hizo aún más grande.

—¿Qué escondes, D? —hablé en alto para mi misma.

Inconscientemente desvíe la mirada hacia la ventana de mi habitación, la noche estaba bastante tranquila y a penas se movían las hojas de los árboles con la suave brisa.

El invierno estaba llegando y aquello se hizo presente en mi cuerpo cuando un pequeño escalofrío envolvió mi espina dorsal.

Mi móvil terminó captando toda mi atención cuando un pequeño sonido se hizo presente en toda la habitación. Mis ojos grises terminaron observando la brillante pantalla que aún seguía en el chat con aquel número y entonces noté que D había mandando otros mensajes.

D: "Dejemos aquellos en el olvido."

D: "Ahora vamos a empezar con el segundo juego. Por lo tanto quiero que abras tu mente y te mantengas alerta."

Kayden: "¿Alerta? ¿Por qué?"

D: "Esta noche saldrás de tu habitación."

D: "Empecemos. ¿Estás lista?"

Tragué en seco.

Mis manos empezaron a temblar al saber que esta noche tendría que escaparme de casa, el miedo corría a flor de piel y la adrenalina empezaba a apoderarse de mi mente.

¿Cómo podría reunir el valor de caminar por las desoladas calles después de lo que sucedió? Ni siquiera lo entendía.

De solo pensar en qué podría pasar por la misma situación hizo que por un momento quisiera dejar el móvil y encerrarme en mi habitación lejos de todas las personas.

Tragué en seco mientras trataba de blanquear mi mente, de alejar todos aquellos pensamientos negativos que pasaban por mi cabeza y me hacían sentir peor en cada momento.

Tenía que reunir valor para ir.

Tenía que... dejar de tener miedo.

Y carajo, ¿cómo dejar de tener miedo cuando naciste con ello? ¿Cómo empezar a ser valientes sin tener aquel sentimiento de cobardía en nuestras venas?

De algo estaba segura, no podía echarme atrás en esto. Yo decidí quedarme y seguir adelante, fue mi propia decisión querer averiguar lo que estaba ocurriendo en este lugar y tenía que afrontar las consecuencias.

Si eso era... exponerme al peligro una vez más.

Sin embargo tenía que hacerlo, sea cuál sea la razón, yo elegí seguir en esto.

Además presentía que alguien estaría en peligro, y no podría vivir con esta sensación en el pecho de que pude haber salvado a un inocente y no lo hice por cobardía.