Capítulo dieciocho

2K 285 662
                                    

━ 𝜋𝜎𝑠𝜏𝑟𝛼𝜋𝑔𝜀𝑟 ━
"Es mi decisión, Blue"

—Ey —escuché una voz hablándome—. Ey, estúpida. ¿Estás bien? —preguntó con un tono de preocupación aquella borrosa imagen—. Ya estás despierta, al fin —indicó suspirando, ya cansado.

Terminé parpadeando varias veces hasta que observé con más claridad a la persona que tenía frente a mi.

Era Ash.

Abrí mis ojos sorprendida.

No tenía ni una mancha de sangre en su ropa, ni en su cabello. Se encontraba sentado en el borde de la cama acomodándose torpemente su cabello mientras sus ojos oscuros me observaban fijamente, no sabía que transmitían aquellos, era una mezcla de indiferencia y preocupación.

Me miré.

Seguía teniendo la misma ropa puesta, y entonces de inmediato caí en al realidad de que estaba en mi habitación, a salvo. Y de que Ash estaba totalmente limpio y entonces...

—¿Todo fue un sueñ...?

—No —respondió de inmediato—. Todo pasó. Tuve que traerte aquí, luego pasé por el largo proceso de curar mis heridas y limpiar todo rastro de sangre —explicó.

—Pero... —dije mientras poco a poco me sentía cohibida—. ¿No van a descubrirte?

Ash suspiró.

—Eso no importa ahora, Kayd —respondió—. Ahora importas tú, ¿quieres... recuerdas lo que pasó?

Lo miré confundida.

Hasta que aquellas imágenes pasaron como pequeños flash en mi mente.

De repente sentí las manos, los besos, el bulto, sus palabras, sentí todo aquello en cuestión de segundos.

De repente me sentí tocada nuevamente.

De repente sentí miedo.

De repente... quería morir.

—Y-yo... —traté de articular una palabra pero no podía, nada salía de mis labios.

Y me enojé por ello, porque tenía tantas cosas que decir en aquel momento, tenía tantas ganas de decirle a Ash lo que estaba sintiendo ahora mismo, tenía ganas de gritarle el miedo y lo asquerosa que me sentía, cómo si este cuerpo no me perteneciera, cómo si estuviese sucia a partir de ahora y nada pudiese quitarme aquella sensación a pesar de que me diese mil baños por día.

Tenía tantas cosas que decir... que no me salió nada.

—No hace falta que digas algo —indicó el mayor sonriendo un poco—. No hace que expliques nada, Kayden.

En ese momento tenía ganas de decirle, "¿así que ya sabes mi verdadero nombre?" pero no encontraba ni las fuerzas para poder bromear.

Me quedé observando un punto en blanco entre las frazadas tratando de evitar a toda costa aquellas imágenes que seguían pasando como un maldito bucle en mi cabeza.

No Stranger © #1 ✔Where stories live. Discover now