Capítulo cuatro

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━ 𝜋𝜎𝑠𝜏𝑟𝛼𝜋𝑔𝜀𝑟 ━
"La gente está perdiendo la cabeza"

Demonios, ¿cómo supo en qué respuesta estaba pensando en aquel momento? Sin duda ahora me dolía la cabeza de tanto pensar.

¿Había caído en su juego? ¿O realmente yo no quería admitir que aquel extraño tenía la razón? Odiaba perder, y sobre todo tener que darle la razón a las personas y aceptar que estaba equivocada, pero aquel número... el dedujo todo sin siquiera verme a la cara.

Solo con unos malditos mensajes ya supo lo que estaba deduciendo en mi cabeza, era un maldito lunático, o incluso un televidente.

No lo sé.

Me quedé petrificada y entonces empecé a rascar el lóbulo de mi oreja mientras trataba de calmar mis nervios. Terminé tragando en seco mientras me levantaba de mi lugar e iba hacia el refrigerador para poder tomar un vaso de agua.

Tenía la boca seca.

El móvil en mi mano terminó anunciando un nuevo mensaje con un pequeño sonido avisando la nueva notificación y entonces lo terminé desbloqueando para así observar que D me había vuelto a mandar un nuevo texto.

Desconocido: "¿Tengo razón?"

Kayden: "Sí, la tienes."

Desconocido: "Me alegra saberlo."

Desconocido: "A pesar de todo, agradezco tu opinión. Es increíble debatir con alguien que podría involucrarse en esas situaciones."

Desconocido: "Pero sin duda, debemos seguir hablando luego. Te enviaré un mensaje de texto."

Desconocido: "Hasta luego, Blue."

Abrí mis ojos sorprendida cuando noté que D había dejado la conversación tan de repente. Por unos segundos pensé que tal vez seguiría haciendo sus juegos extraños o que incluso me hablaría de un asesinato más en el pueblo, pero no pasó...

«Que alivio», pensé.

Lo que menos quería en estos momentos era cargar con la culpa de alguna muerte más.

-¿Qué carajos está sucediendo? -me pregunté a mi misma mientras me concentraba en tragar el líquido transparente del vaso.

Una vez que ya había terminado de ingerir aquello, terminé dejando el objeto arriba del desayunador mientras mis ojos seguían observando los últimos mensajes de texto, pensé por un segundo en si sería buena idea responderle... pero de inmediato se descartó.

Ni siquiera lo conocía o era mi amigo, no tenía porqué tratarlo amablemente.

Terminé clavando el visto a sus mensajes y dejé el móvil nuevamente en su lugar.

¿Cómo estarán los familiares de Krista? ¿En verdad ellos pensarán que se suicidó aquella noche? Maldición, ¿acaso debería hacer algo con esa información?

¡Sabía con certeza lo que había ocurrido ese día!

Y antes de que mi mente siguiera divagando en pensamientos autodestructivos y el peso en mis hombros incrementara aún más, la puerta principal se abrió de repente y entonces por unos segundos pensé que se trataba de mi madre.

No Stranger © #1 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora