Capítulo treinta y seis

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━ 𝜋𝜎𝑠𝜏𝑟𝛼𝜋𝑔𝜀𝑟 ━
"Cura"

Abrí mis ojos con un poco de pesadez mientras me concentraba en estirar un poco mi cuerpo debajo de las delgadas frazadas que tenía en mi cama.

Un pequeño escalofrío recorrió toda mi espina dorsal cuando una pequeña ola de frío entró en mi habitación. Afuera las temperaturas eran bajas, la nieve ya había llegado al pueblo y ya se sentía por todo el lugar.

Una vez que mis ojos se acostumbraron a la luz, terminé incorporando un poco mi cuerpo sobre el respaldar de la cama mientras restregaba mis ojos grises.

Terminé soltando un pequeño jadeo gracias al dolor que sentía en todas mis extremidades. El enfrentamiento que había tenido con Ash el día de ayer estaba empezando a hacerse presente en mi cuerpo. A penas sentía las piernas, los brazos dolían y respiraba con demasiada dificultad ya que sentía un dolor insoportable en mi abdomen. Ni siquiera quería observar esa zona, estaba segura que estaría llena de hematomas.

Por primera vez en demasiado tiempo el dolor de cabeza ya no estaba presente como todos los días, por lo cuál aquello hizo que me sintiera un poco más tranquila.

«¿Qué demonios sucedió anoche?», pensé mientras restregaba mis ojos hasta que las pequeñas imágenes empezaron a aparecer en mi mente y mi respiración se cortó.

D había aparecido en mi vida... o bueno, al menos de una manera que pudiera observarlo fijamente.

De inmediato pensé en él, ¿acaso todo había sido un sueñ...?

—Buenos días —habló de repente una voz.

Me sobresalté en mi lugar mientras desviaba mi mirada hacia donde provenía esa profunda y grave voz que se había escuchado.

Ahí estaba él. Entonces no había sido todo un sueño lo que había ocurrido en el día de ayer.

Estaba D... o mejor dicho, Alister estaba en mi habitación.

Su cuerpo se estaba colando a través de mi ventana mientras sonreía de lado. Tenía algunos copos de nieve adornando en su cuerpo y entonces en mi habitación resonó el ruido cuando sus botas tocaron el suelo del lugar.

¿Qué demonios..?

Mis palabras de quedaron atascadas en mi garganta. No podía decir nada ya que estaba algo sorprendida. Pensé que todo había sido un maldito sueño.

Alister revolvió un poco su cabello y observé con más atención el color de sus ojos. Eran bastantes llamativos.

Me sorprendí cuando noté que no se encontraba pálido, ni mucho menos tenía los labios azules. ¿Había estado afuera toda la noche? ¿Acaso con su anomalía no podía llegar a sentir las bajas temperaturas en su cuerpo? ¿O acaso había estado en otro lugar?

El mayor me observó con un poco de preocupación en su mirada. Giró su cuerpo para cerrar la ventana y entonces empezó a caminar hacia en pequeño sillón que se encontraba en la esquina de mi habitación para terminar sentándose ahí mientras agarraba un pequeño libro que estaba arriba de mi escritorio.

Seguía estando con la misma ropa que ayer, su remera ajustada a su cuerpo llena de sangre, esos pantalones de vestir oscuros y las enormes botas del mismo color. Sus ojos observaban fijamente el libro que tenía entre sus manos y su cabello negro azabache se encontraba todo revuelto.

No Stranger © #1 ✔Where stories live. Discover now