Cuando el idol Taehyung es atacado por haters, queda en peligro no sólo su vida sino también la de su mejor amigo, Jimin.
Es ahí cuando su agencia le asigna al mejor guardaespaldas, pero... ¿será suficiente para proteger a ambos?
[Narración + Socia...
—Sí, esas no me gustan. Cómo la de Romeo y Julieta. Está muy sobreestimada. Me parece horrible que los dos acaben muertos y sin oportunidad de vivir su amor. O la de Titanic. Dios... esa maldita tabla.
Jungkook comenzó a reír esta vez, pero más por la forma en la que aquellos finales de películas frustraban al chico.
—Bueno, quizá tratan de ser realistas, ¿no crees?
—Entonces diré que me gustan las películas entretenidas con finales felices que no tratan de ser realistas. Solo que te hagan sentir feliz durante esas dos horas. Ves películas para distraerte del mundo, no para estresarte más por el mundo.
Jungkook sonrió.
—Bueno, en eso tienes razón.
Jimin lo miró, se sintió bien al darse cuenta que podía ser honesto con Jungkook sin necesidad de avergonzarse por sus gustos. Tae siempre decía que debía atreverse a decir las cosas sin importar lo que la gente pensara, pero a Jimin no siempre le resultaba sencillo. Pero en ese momento, con Jungkook fue fácil, y esa sensación le gustó.
—¿A ti qué te gusta ver, Jungkook?
—Soy un sujeto promedio con gustos básicos, Jimin. Soy del todo predecible. Terror, acción, aunque me declaro culpable de haber visto todas las de crepúsculo.
Jimin comenzó a reír fuerte, pero el dolor en el torso lo detuvo y Jungkook se acercó instintivamente a él. Ahora sí estaba tan cerca que podía tocarlo con solo estirar la mano.
—Bueno, creo que no podré sacar mis chistes más buenos hoy —dijo, para aliviar el ambiente y que Jimin no se sintiera tímido por expresar su dolor. Aquello funcionó, porque el chico respiró hondo.
—La verdad es, Jungkook... que sí me duele mucho. —Jimin apretó los labios y sus mirada fue a parar hasta sus manos inquietas—. Sé que Tae se siente mal por mí a causa de lo que pasó, no soy tonto. Así que no quiero que él sepa cuánto me duele, porque entre más me duele a mí, más se siente triste y preocupado él. Y no quiero que las personas se preocupen por mi culpa.
Jungkook tomó las manos del chico para que dejara de moverlas nerviosamente. Se sentía extraño. Cada vez que Jimin abría su corazón, Jungkook era incapaz de saber qué decir. Entre más lo escuchaba, más comprendía su forma de ser, y sus "terquedades". No era terco por capricho, sus caprichos existían porque existían razones honestas en su corazón, pero esas razones no las compartía con muchos.
Entre más conocía a Jimin, más odio se formaba en su corazón hacia las personas que lo habían lastimado. Él era tan noble, tan hermoso en cuerpo y alma, que no podía tolerar saber que estaba sufriendo por culpa de unos completos imbéciles cobardes.
—Jimin... —le dijo Jungkook suavemente—. Entiendo tu punto, pero... No soy Tae. No tienes que guardarte tu dolor conmigo. ¿Quieres algo un poco más fuerte? Mi hermano me dijo que si el dolor era muy intenso, cambiara la dosis. Solo dime la verdad... ¿Qué tanto te duele?
Jimin se mordió el labio.
—¿En escala del uno al diez?
—De acuerdo, sí. Dime cuánto te duele en escala del uno al diez.
—Ocho.
Jungkook suspiró, se puso de pie en seguida y fue por el medicamento que había dejado en la cocina. Sirvió agua en un vaso y luego volvió con Jimin, quien obedientemente tomó las píldoras y le sonrió a Jungkook como agradecimiento.
—¿Quieres dormir? —le preguntó, pero Jimin negó enseguida.
—La verdad es que estoy acostumbrado a hacer mucha actividad física, y dormir muy poco. Y hoy ya he dormido mucho y no me he movido nada. Comienzo a desesperarme. Necesito sentir que estoy haciendo algo.
Jungkook se lo pensó un momento. No quería que el chico se esforzara con nada, pero también entendía que debía ser frustrante para él estar encerrado y sin nada más que hacer. Así que se le ocurrió algo.
—Jimin, ¿qué te parece si vamos a mi departamento? Es el de al lado. —Ante la mirada confundida y perpleja del chico, Jungkook rió y agregó—. A jugar. Yo... lo creas o no, tengo muchos juegos de mesa y videojuegos.
—¿De verdad? —El rostro de Jimin se iluminó.
Jungkook sonrió.
—Oh, sí. Soy un niño de ocho metido en el cuerpo de uno de veintisiete.
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