corazón de roble

2.8K 188 47
                                    

El sol estaba por caer y enterrar aquel campamento, situado entre dos laderas de montañas, en la oscuridad de la noche. Aun así la gente no paraba, yendo de un lado a otro, reparando armas y materiales, curando a heridos de la reciente batalla, descansando o preparando las candelas para pasar la noche. Algunos de esos mercenarios eran encargados de hacer la cena para todos y esperaban que los cazadores terminaran de despellejar las piezas de carne conseguidas. En medio de todo ese caos, típico de después de atravesar tierras enemigas y asentarse en medio de la nada, hubo algo que hizo que el capitán de la Banda del Halcón, saliera de su tienda algo confuso.

Hace segundos hubiera seguido con sus estrategias y recorridos, pero algo peculiar en el ambiente mercenario lo hizo sobresaltarse. El muchacho de pelo largo y blanco, tanto como lo era su piel, vestía con una camisa beige y, pantalones y botas marrones de cuero. Sus ojos lilosos miraban al cielo, que se tornaba naranja y rojo por la puesta de sol, pero su rostro arrugado llamó la atención de un guerrero que llevaba leña.

- Capitán, ¿sucede algo?- preguntó el hombre que parecía doblarle la edad a su superior.

- ¿No escuchas eso?- se apartó el cabello hacia atrás.

- ¿El qué?- el hombre pensaba que su capitán actuaba raro, pero aun así sentía curiosidad.

- Suena como alguien cantando.- una mujer apareció por detrás, ella era morena y pelo corto, de piel oscura y ojos grandes y marrón oscuro. Seguía vistiendo su armadura en sus piernas, un chaleco de piel grueso y algunas vendas cubrían los cortes que habría recibido en sus brazos de las espadas enemigas.

- ¡Silencio!- al escuchar al capitán gritar de esa manera tan repentinamente, hasta las quejas de los heridos dentro de las tiendas, cesaron.

El silencio, en efecto hizo que todo el mundo pudiera escuchar a lo que se referían. Los acantilados daban una buena resonancia y el instrumento de cuerda acompañado de una suave voz, hacía eco en los oídos de la gente. Hubieran pensado que era un delirio, algún canto de jilguero que se parecía bastante a una voz humana, pero cada vez se acercaba más y las palabras de la canción se podían entender totalmente.

Las pupilas del capitán se expandieron al ver una silueta a lo lejos. Unas manos femeninas sujetaban un arpa lira y tocaba las cuerdas con encanto. Mientras que caminaba despacio, adentrándose en el campamento, cantaba una canción desconocida pero algo mágica, como una canción de cuna que nunca nadie más cantó. La persona estaba cubierta con una capa morada de pies a cabeza, la capucha era tan grande que sólo los mechones de pelo negro ondulado se lograban apreciar.

- Nada necesito y nada quiero, nada más que ser el bosque entero.- pulsaba las últimas notas hasta que una gigantesca hoja de espada apuntando a su cuello la hizo parar, a unos metros del capitán.

- ¿Quién eres y qué buscas aquí?- un chico de pelo corto negro y cejas prominentes preguntaba sujetando aquella gran espada con nada de esfuerzo.

- Tranquilo, Guts.- el capitán se acercaba despacio y muchos curiosos de acercaban formando un medio círculo.

- Puede que sea una trampa, Griffith.- el chico volvió a tensar su mandíbula.- No me hagas repetirlo, ¿Quién eres?

Después de unos segundos, la persona pareció reaccionar y con una mano se quitó la tela que cubría su cabeza. Una mujer de pelo negro, alta y piel blanca, de ojos rasgados, morados y algo rojizos, miraba al chico peliblanco con una expresión neutra pero algo orgullosa, sonriendo un poco. Sujetaba su mediana lira con una mano y en su espalda llevaba una bolsa de tela verde oscuro, bastante llena y amarrada a su pecho.

Legendary Lovers (Griffith × OC) [Berserk] Where stories live. Discover now