Veinticinco

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Ya salí de clases y voy camino al único lugar donde siempre me siento segura.

A ver a mi mamá.

Le tuve que inventar una excusa rápida al Fabi porque estuvo preocupado todo el día, de hecho me dijo que lo llamara en la tarde.

También le avise al Adam que llegaría un poquito más tarde y que después le contaba, supongo que entendió porque solo me respondió "está bien, mándale saludos de mi parte"

Cuando llegue al cementerio con unas flores que compre cerca, salude al guardia que siempre está en la puerta escuchando radio y leyendo el diario.

—Hola Renatita, hace tiempo no la veía por aquí— dijo saludándome don Víctor.

—¿Como le va don Víctor? Estuve un poco ocupada, pero ya vine— respondí con una sonrisa de cortesía.

Después de eso empecé a hacer el recorrido que me sé de memoria para llegar a mi mami.

Cuando llegue vi que tenía flores medias secas que le debió haber traído mi papá porque no se las puse yo.

Ordené un poco su tumba y me senté al costado de esta, voy a quedar llena de tierra pero no me importa.

—Hola mami, ¿cómo estás?, No venía hace mucho perdón, supongo que igual sabes que mis días han sido medió movidos.— hice una pausa y me quede mirando una foto.

En la foto estamos los tres, mi papá, mi mamá y yo.

—¿sabes? Aveces extraño que me digas ratoncita y me duele saber que solo recuerdo tu voz en una frase la cual fue la última que me dijiste— pause de nuevo porque mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas.

Mire mi alrededor y tome aire para poder continuar.

—de verdad espero estes feliz de lo que nos hemos convertido, de como mi papá se esfuerza todos los días por mi primo y por mi, de que mi primo sea más valiente cada día, de que yo trate de ser mejor cada día como me enseñaste.

Quería continuar pero mi voz se quebró mucho y casi no veo por las lágrimas saliendo de mis ojos.

Es raro sentir que mis recuerdos con ella son tan cercanos pero en verdad han pasado casi diez años.

—cuando fui al sur mis tatas me mostraron una caja que encontraron con muchas cosas tuyas, en esa caja estaba tu álbum de fotos, el cual me dijiste que me mostrarías cuando fuera grande— reí

—no se si ya soy lo suficientemente grande pero ya lo vi, vi la foto de cuando empezaste a pololiar con mi papá, cuando nací, cuando tuvieron su propia casita que hasta el día de hoy es mi hogar, cuando mi papá te pidió matrimonio, cuando se casaron, incluso en mi primer día de básica.— pause de nuevo pero esta vez con una sonrisa y menos lágrimas.

La ultima foto que mencioné fue la última foto que me tome con ella un primer día de clases.

Recuerdo haber llorado pensando que lo niños más grandes me molestarían por ser pequeña o por algo que hiciera mal, porque aparte era muy torpe y pasaba en el suelo por culpa de haber me caído.

Flashback*

mami no quiero ir, los niños son muy grandes —reclame nuevamente mientras mi mamá me peina y mi papá hace el desayuno.

Mi mamá termino de peinarme y dejo el cepillo al lado para agacharse y quedar a mi altura.

Espero un día ser grande como ella.

—ay mi ratoncita, no pienses cosas malas, recuerda que ahora podrás hacer amigos nuevos y podrás jugar con ellos— dijo con su voz dulce.

Nuestro lugar especial.Där berättelser lever. Upptäck nu