Dieciocho

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Adam*

En mi cabeza hay demasiadas cosas, tengo planeado hablar con mis papás estos días, por lo de Canadá, después de todo siguen siendo mis papás.

También está el hecho de que medio volví a hablar con el Cris y me di cuenta que quiero ser de todo menos su amigo.

Por lo menos mis notas siguen siendo buenas, por que si no estaría estresadisímo.

Y por último mi prima me tiene que contar algo, desde que llego anda como en las nubes y creo que ha hablado con la Pau más que nunca, necesito el cahuin completo.

—hijo, es la hora de los remedios de tus tatas llévales agua por fa, están en las bancas del patio— me hablo mi papá.

—voy, ¿y donde tienen los remedios?.

—en la mesa.

Asentí y los fui a buscar.

Ni idea para que serán estos remedio porque yo veo a mis viejitos en mejor estado que yo.

Fui caminando al patio y estaban los dos mirando los caballos qué hay un poco más lejos.

En fin, cosas de campo

Siempre he sentido que su relación es de las más bonitas que puede existir, mi abuelo le sigue escribiendo cartas a mi abuela y mi abuela dice que lo sigue viendo como la primera vez que se enamoró de él.

Me hacen sentir solo.

—uy las pastillas, gracias mi niño— hablo mi abuela viéndome llegar con todas las cosas.

—ah mis pastillas del corazón— dijo mi abuelo y lo quede mirando cuando mi abuela le pego en el brazo.

—¿porque del corazón?— pregunté con bastante preocupación.

—puta viejo si los niños no saben po— volvió a hablar mi abuela.

—¿no?, pensé que ya habían hablado con ellos— hablo mi abuelo ahora.

—¿me explican? Yo pensé que eran vitaminas o algo así.

—mi niño esto no se lo puedes decir a tu prima, prométemelo— me pidió agarrandome las manos a lo que yo solo asentí.

—a tu abuelo le encontraron algo en el corazón, nada grave, pero no tiene nada veinte años entonces tiene que cuidarse más.

No respondí, me sentí como un niño chico cuando no le cuentan las cosas porque no las entendería.

Entendí perfectamente porque no podía contarle a mi prima.

Pero levante la cabeza y estaba a unos cuantos pasos con los ojos cristalizados.

Shit.

—Reni...

No alcancé a decir nada más porque ella solo se fue a un paso muy rápido y la seguí de inmediato.

Empezó a correr, supongo que para que nadie la viera y entró a la casa por la cocina la cual estaba vacía para pasar directamente a su pieza.

Cuando entró cerro de golpe y me dejó afuera.

—Renata ábreme— dije golpeando la puerta.

—quiero estar sola— su voz se empezó a quebrar.

—Renata ábreme, también me enteré recién.

—si pero la diferencia es que yo no debería saber.

Escuche que alguien empezó a subir la escalera y vi que era mi tío.

—¿se encerró recién?— preguntó llegando cuando llegó a mi lado

Nuestro lugar especial.Where stories live. Discover now