Catorce

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Ya es domingo y voy saliendo a la casa del Fabi, no se porque estoy tan nerviosa si ya conozco a su mamá.

Cuando llegue le escribí para avisarle que estaba afuera y salió a los segundos.

—que alegría verte aquí— dijo abriendo la reja.

—también me gusta verte— dije saludándolo.

Espérate, que wea dije.

—Pasemos, pero tengo que avisarte algo.

—ay no me gusta esto.

—tranquila es solo que vino mi tía con mi tío y también está mi media hermana tiene catorce pero es simpática— hablo calmado, algo que me ayudo a no querer irme corriendo en ese mismo instante.

—espero no caerles mal.

—lo dudo, aparte mis tíos ya los conoces si son los papás del Cris.

Por un momento se me olvidó que eran primos.

Cuando entramos los salude a todos y sentí que eran muchos pero en realidad no era así, supongo que sigo nerviosa.

Luego el Fabi me dijo que me sentara en uno de los sillones que habían que están cerca de su hermana.

—¿quieres algo? Voy por agua.

Negué con la cabeza por que estaba bien, luego le preguntó a si hermana y ella accedió.

—¿tu eres la polola de mi hermano?.

Menos mal no estoy tomando agua porque me ahogaba.

—eeeh no, solo somos amigos— me reí nerviosa

Esta asintió y se formó un silencio incómodo.

—¿como te llamas?— pregunté para romper el hielo

—Belén, aún que el Fabián me dice tinker bell— respondió.

Era un poco más baja que yo tenía los el mismo color de ojos que su hermanos pero su pelo era lizo y más claro.

—que bonito apodo.

—es porque cuando era más chica siempre pedía que viéramos las películas de las hadas juntos y me empezó a decir así.

Sonreí al imaginarlo viendo las aventuras de tinker bell.

—se deben llevar muy bien entonces.

—sip, es buen hermano pero también se pone bastante pesao aveces.

—¿que me están pelando el parcito?— dijo el Fabi llegando con agua para el y su hermana.

—solo le contaba que te sabes los diálogos de las películas de tinker bell de memoria— respondió la Belén guiñándome.

—jaja muy chistosita— el sarcasmo fue muy notorio en su voz.

Al pasar un rato los tres nos llamaron a sentarnos en la mesa con los adultos quienes estuvieron conversando ahí todo este rato.

Me senté al lado del Fabi y su tía quien me reconoció recién porque no me vio cuando llegue.

—¿como ha estado mi niña? No la veo hace rato por la casa— me hablo la mamá del Winnie.

—¿bien y usted?

—agotada con la pega pero dentro de todo bien, ¿este año van a ir a donde tus tatas para el dieciocho?

—que bueno, y sip nos vamos después de bailar en el liceo y creo que volvemos el veinte.

—me alegro mi niña, nosotros nos vamos a quedar aquí y yo te iba a comprar vegetales para que comieras.

Nuestro lugar especial.Where stories live. Discover now