Cuando el idol Taehyung es atacado por haters, queda en peligro no sólo su vida sino también la de su mejor amigo, Jimin.
Es ahí cuando su agencia le asigna al mejor guardaespaldas, pero... ¿será suficiente para proteger a ambos?
[Narración + Socia...
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Kim Seokjin era el guardaespaldas principal de Yeontan Entertainment. A sus treinta años ya se había dado la fama del mejor para proteger a los artistas. Había entrado a trabajar desde los dieciocho como parte de la seguridad del edificio y a los veintiuno fue nombrado encargado de la seguridad del grupo principal de la empresa "Eigth4".
Sus increíbles estrategias de seguridad y su habilidad única para detectar problemas mucho antes de que sucedieran lo puso en un puesto muy importante dentro de la agencia, era tal su fama que los managers lo respetaban y el CEO le tenía un especial cariño.
Después de siete años de encargarse de la boy band, y tras el anuncio reciente de su separación, lo que quería era un nuevo comienzo, y de preferencia con un solista pues en su mente así sería menos problemático, pero sus planes estaban siendo frustrados por su plática de esa mañana con el CEO.
—Necesito que te encargues 24/7 de la seguridad de Kim Taehyung. —Sentado en su gran escritorio, el CEO de la agencia, más que pedirle un favor, le estaba dando una orden—. Aquí está el expediente y Gong te dará todos los detalles.
—¿Puedo siquiera pensarlo? —Jin estaba algo asustado por la petición tan tácita del CEO y todas las alarmas de peligro sonaban en su mente—. Sé que soy alguien importante y necesario aquí en la empresa y me gustaría que mi próximo puesto sea una opción y no una imposición.
Seokjin miraba con desafío al CEO, él conocía su importancia en ese lugar y no iba a dejarse manejar al antojo de otros, incluso aunque se tratara de su jefe.
—Jin, este trabajo que te estoy dando es porque sé que solo tú podrás manejarlo. Lee el expediente y habla con Gong sobre los detalles; pero salgan de aquí que tengo otra reunión en 10 minutos. —Con un movimiento de mano les pidió que se retiraran de su oficina, Jin y Gong se miraron y salieron de ahí con la cabeza baja.
Una vez afuera, Seokjin miró los documentos que el CEO le había dado con incredulidad y una risa sarcástica que se le escapó.
—Sé que esto no era lo que querías, Jin, pero en serio te necesitamos... —Gong estaba verdaderamente apenado por la imposición que le estaban dando a su amigo.