Cuando el idol Taehyung es atacado por haters, queda en peligro no sólo su vida sino también la de su mejor amigo, Jimin.
Es ahí cuando su agencia le asigna al mejor guardaespaldas, pero... ¿será suficiente para proteger a ambos?
[Narración + Socia...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Jimin detuvo la música porque su teléfono había estado sonando sin parar durante mucho tiempo y comenzaba a distraerlo. Solo respondió porque en la pantalla se leía "Tete".
—Vaya —soltó Taehyung de inmediato—, estaba a punto de llamar a personas extraviadas. ¿Qué haces, mimi?
—Ensayo —dijo el chico, recuperando el aliento mientras se secaba el sudor de la frente con su toalla—. ¿Y tú?
—En mi casa, ¿te gustaría venir? Podemos pedir comida y ver algo en la televisión.
—No lo sé, Tae. De verdad necesito...
—Oh, vamos, mimi —le cortó el discurso su amigo, porque posiblemente ya se lo sabía de memoria—. No puedo salir del departamento porque si no, Gong Yoo me dará otro sermón. Pero tampoco quiero desperdiciar mis últimos días de libertad.
Eso hizo reír un poco a Jimin.
—Tae, no vas a ir a prisión. Solo te van a poner...
—Niñera —dijo su amigo antes—. Y lo sabes. No podré ni caminar en calzoncillos por mi casa con libertad. Oh, bueno, quién sabe. Tal vez incluso siga haciéndolo solo por fastidiar.
—Te creo.
—Así que, por favor, mimi. Ven, quédate hoy conmigo.
Jimin se lo pensó un segundo. Realmente seguía sintiendo que no estaba dando lo suficiente en su presentación, pero en su mente organizó todo y, decidiendo que no quería dejar solo a Tae, planeó recuperar las horas de ensayo dentro de la semana. Aún tenía tiempo libre en las tardes y noches, así que lo haría valer.
—Bien —dijo Jimin, con el mismo tono de cariño que soltaba al descubrir que no era capaz de negarle nada a su mejor amigo—. Solo me baño y voy para allá.
—Ay, olvida eso. Te bañas acá. Solo ven. Aquí te espero, pediré comida mientras tanto.
Jimin colgó la llamada y guardó sus cosas. Estaba por cerrar su maleta cuando un chico entró a la sala de ensayos y se detuvo de golpe al verlo.