Perdóname [ Adiós Amor ] Giyuu>Tan | GiyuuShino | RenTan

Comenzar desde el principio
                                    

"Usted...  la amaba, ¿verdad?." cuestionó el pelirrojo sin mirarlo, su vista fija en el par que finalizaba la ceremonia con un beso.

"Tú eras el esposo de él, ¿cierto?." preguntó recibiendo un asentimiento.

"Es doloroso ¿no?, ver a quienes nos juraron amarnos, dejarnos por alguien más, cuando nosotros no teníamos ojos para nadie mas." musitó el menor, ojos vacíos y sin emoción que miraban a lo lejos a quien fue su primer amor.

"No te veo triste, ni siquiera estas llorando." le cuestionó el mayor, aceptando el pañuelo que le tendía el oji-carmín.

"No lloro, ¿Para qué?.   Ya eh llorado suficiente, y mi padre, Muzan tiene razón.  Llorarle no hará  que regrese, y yo no estoy para rogarle a nadie, estoy para que me ruegen." citó el menor, alzando la mirada con orgullo.

"Eso mamona." respondió el rubio.
Ambos rieron divertidos, olvidando por momentos la triste realidad.

"En fin.  Sólo vine a cerciorarme." comentó el menor después de clamar la risa.

"¿Cerciorarte? ¿De qué?." cuestionó Douma curioso.

"De que realmente nunca me amó, así podré decirle adiós a este amor que tengo por él, y poder empezar de nuevo." dijo con sinceridad el pelirrojo, viendo a los novios caminar por el largo pasillo, con rumbo a una nueva vida juntos.

Douma miró con detenimiento al chico frente a él, pese a ser más joven que él, se notaba que era demasiado maduro, tanto como para afrontar las cosas con calma, no como él, que pese haber escuchado de la propia boca de la oji-amatista que él era sólo un estorbo, que nuca llegaría a ser nadie, y que lo mejor era irse con alguien que le pudiera dar la vida que ella se merecia.

No podía simplemente seguir con su vida, no cuando la mujer que amaba se iba con otro, no podía, por más que quisiera, le dolía.

"Sé que es doloroso, al principio yo también creí que sin él no podría vivir, pero ¿sabe que?.   Nadie es indispensable, el que seamos felices o no depende de nosotros, no de ellos.
Nosotros decidimos si seguir o estancarnos, decidimos ser felices o no, nosotros, no ellos." dijo el pelirrojo, dedicándole una sonrisa reconfortante al rubio, quien sin poder más se lanzó a los brazos de ese joven desconocido, prometiendose a si mismo llorar sólo esa vez y no más.

"Llore, saque todo el dolor, sólo por hoy usted tiene permitido llorar por ella, no más.   Mañana será un nuevo día, y usted deberá seguir adelante, no le dé el lujo a ella de ganar, viva su vida y demuestrele, así como yo le demostraré a él que yo seré feliz con o sin él."  El rubio asintió a lo dicho, llorando como nunca lo hizo, llorando por esa mujer que le destrozó el corazón, pero juranodse no llorar por ella nunca más.

Mientras el pelirrojo daba leves palmaditas a la espalda del hombre, quien hipeaba, sintiendo empatía por él, pues a los dos les rompieron el corazón, aquellos que juraron amarlos y que parece ser sólo mintieron, nunca los amaron.

Después de unos minutos, el hombre se tranquilizó.  Se alejó del chico, discúlpandose por lo lamentable que era, pero éste sólo negó, dándole una sonrisa.

"¿P-puedo preguntar tu nombre?."

"Me llamo Tanjirou." se presentó, extendiendo su mano.

"Yo me llamo Douma." dijo, respondiendo al saludo del chico, dándose un apretón de manos.

Los pocos invitados fueron saliendo de la Iglesia, mientras le deseaban suerte a la pareja, suerte que necesitarían.

"Vámonos, ya no tenemos nada que hacer aquí." el pelirrojo le palmeó la espalda al mayor, empezando a caminar fuera de aquel lugar.

One-Shot - All x TanjirouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora