* ˚Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪsᴇɪs· . ·

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 𝟎𝟓 𝐝𝐞 𝐦𝐚𝐲𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟏.

—Tierra llamando a Leire, ¿en qué piensas?

Su mirada se desvió de forma instantánea de la muchedumbre, y se posicionó sobre su mejor amiga. Daniela se encontraba observándola con curiosidad, intentando descifrar que era lo que había abstraído a la joven del mundo real.

—¿Estás bien? —por más que intentó evitarlo, no fue capaz de contener la preocupación que cargaban sus palabras.

Leire vaciló unos instantes. Y justo en aquel momento, el "te prometo que a partir de ahora todo va a ir bien" que Daniela había pronunciado seis días atrás, cobró sentido.

—¿La verdad? Estoy bien. Estoy...genial.

Y por primera vez desde hacía un año, aquellos dos vocablos habían sido pronunciados con total sinceridad. Quizás el haberse abierto ante Kai fuese el desencadenante de aquello. Haberle contado su historia había servido para liberarse de esa carga que llevaba consigo y que le impedía poder avanzar.

—Me alegra oír eso, y no te imaginas cuánto.

Una sonrisa de alivio se plasmó en el rostro de Dani. Hacía una semana estaba aterrada por lo que pudiese llegar a desencadenar el aniversario de la muerte de Oliver. Porque sabía que todo lo que había avanzado Leire aquellos meses acabaría desplomándose aquel treinta de abril; sin embargo, por muy duras que habían resultado aquellas veinticuatro horas para su mejor amiga, el uno de mayo había regresado al apartamento con ganas de comerse el mundo, y totalmente dispuesta a comenzar un nuevo capítulo de su vida.

—Y, es una tontería, pero llevó tres noches durmiendo del tirón, ¿sabes?

El entusiasmo con el que confesaba aquello logró ensanchar aún más la sonrisa de su mejor amiga. No sé había equivocado al prometerle a Leire que todo iba a mejorar.

—¿Tontería? Leire, ¡no es una tontería! Llevabas desde aquel día sin ser capaz de dormir más de tres horas seguidas por culpa de lo que el médico calificó como trastorno del estrés postraumático. Y que ahora seas capaz de volver a dormir del tirón... ¿Sabes lo que eso significa?

Lo sabía. Estaba comenzando a vencer a sus demonios poco a poco; y aunque era consciente de que el pasado jamás se desprendería de ella, ahora se veía capaz de convivir con el sin dejar que este tomara las riendas de su vida y la torturase a su antojo.

—Este avance y el que no te hayas venido abajo otra vez, es por él, ¿verdad?

—Le necesitaba, ¿sabes? Le necesitaba a él, y necesitaba que me abrazase. Llevo un año intentando ser fuerte, y lo único que necesitaba para no derrumbarme era a...él.

—A veces el abrazo adecuado es capaz de recomponerte la vida.

Una sonrisa fugaz cruzó el rostro de Leire tras las palabras de Daniela, y de forma inmediata bajó la mirada. Aquel abrazo la había sanado, pero era la presencia del alemán la que recomponía su vida. Sin necesidad de palabras ni actos, simplemente su mera presencia.

—Te has sonrojado —el comentario burlón de la muchacha no hizo más que intensificar el tono carmesí que había cubierto el semblante de Leire.

Quiso pedirle que no era el lugar ni el momento para encaminar la conversación por aquel sendero, pero la presencia de una tercera persona le impidió manifestarse en voz alta. Y, mentalmente, agradeció la repentina aparición de la irlandesa.

—Siento llegar tarde —Kera había llegado a la altura de sus amigas totalmente agotada y sin aliento, y con el rostro completamente rojo.

—¿Has venido corriendo? —la pregunta de Daniela iba acompañada de risas a las que Leire no tardó en unirse.

Dᴜsᴋ ᴛɪʟʟ ᴅᴀᴡɴ ||Kᴀɪ Hᴀᴠᴇʀᴛᴢ||Where stories live. Discover now