* ˚Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇs· . ·

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 𝟐𝟖 𝐝𝐞 𝐟𝐞𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟏.

Parpadeó un par de veces antes de poder adaptarse a la oscuridad que se cernía en su habitación, iluminada únicamente por la tenue luz artificial que se filtraba a través de la cortina. Eran las siete de la mañana, las siete y dos minutos según lo que marcaba el despertador que aún reposaba sobre una de las cajas de la mudanza, por lo que aún quedaba algo más de media hora para que amaneciera en las calles de Londres; pero desde hacía unos meses el insomnio la obligaba a despertarse antes de que el sol diera paso a un nuevo día.

Leire inspiró con profundidad, e inmediatamente retiró las mantas que la cubrían y se incorporó quedando sentada al borde de la cama. A continuación elevó los brazos para poder estirarse, logrando así que sus huesos crujieran ante aquel repentino acto. Aquello bastó para que Stiles, que ese día había optado por dormir a los pies de la cama de la estudiante de fisioterapia, abriera un ojo ante los repentinos movimientos de la chica; aunque no tardó mucho en volver a conciliar el sueño cuando vio a la morena abandonar la habitación.

—¿Buenos días? —su saludo había sonado más bien como una pregunta confusa, ya que lo último que Leire se esperaba era encontrar a su amiga despierta a aquellas horas un domingo.

—¡Buenos días! —contesta Daniela con efusividad confundiendo aún más a la otra joven.

—Buenos días... —repite, esta vez en un susurro—. ¿Se puede saber qué te pasa y por qué estás fuera de la cama a estas horas?

—Es mi último año de carrera, y ya bastantes veces he llegado tarde a clases desde que la empecé. ¡Pero se acabo! Lo que me queda pienso aprovecharlo; y pienso convertirme en una alumna modélica. Así que me voy toda la mañana a la biblioteca a estudiar.

—Dani, ¿te estás muriendo o te están amenazando de muerte? Porque de ser así me gustaría saberlo.

—Estoy bien —contesta. Con una amplia sonrisa en el rostro se acerca a Leire y le entrega una taza de chocolate recién hecho.

—¿Has preparado el desayuno?

Por segundos el comportamiento de su amiga la confundía más. Daniela era todo lo contrario a una alumna modélica, odiaba madrugar por encima de todas las cosas y el mal humor que la acompañaba a primera hora de la mañana pocas veces le permitía preparar el desayuno.

—El mensaje de ayer de "no me esperes, voy a pasar la día con unas amigas" era realmente un "he ligado y esta noche follo", ¿verdad?

Daniela abrió la boca para contestar a la suposición de su amiga, pero inmediatamente la volvió a cerrar.

—Es un sí —afirma Leire de forma obvia sentándose sobre la encimera.

—Deberías probarlo. Ya verás como se te pasa el insomnio y todas las preocupaciones.

—¿Probar el qué? ¿El sexo con un tío random? —suelta una carcajada—. Creo que se mejor que tú lo que es.

—Pues deberías volver a las viejas costumbres —añade, antes de darle un trago a su humeante bebida.

La morena volvió a reír, y de reojo observó los movimientos de su amiga. No le importaría que Daniela se levantase de aquel buen humor siempre; porque sacando la día anterior, donde las primeras prácticas de Leire no merecía un mal comienzo, las mañanas con la rubia eran complicadas.

—¿Y tú qué? ¿Segundo día y ya libre?

—Tienen partido —explica Leire—. Así que me toca quedarme en casa y...¿estudiar?

Dᴜsᴋ ᴛɪʟʟ ᴅᴀᴡɴ ||Kᴀɪ Hᴀᴠᴇʀᴛᴢ||Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ