* ˚Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪᴛʀᴇs· . ·

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 𝟐𝟗 𝐝𝐞 𝐚𝐛𝐫𝐢𝐥 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟏.

—Pensé que estarías durmiendo.

La voz de Daniela a penas era perceptible debido al rumor sordo de la lluvia que había descargado sobre Londres al amanecer; pero en el silencioso apartamento había sonado con tanta claridad que captó de inmediato la atención de su receptora.

—No podía dormir —contesta Leire con sosiego tras apagar el cigarro.

No dio más explicaciones. Despacio, se apartó del ventanal del salón a través del cual veía la ciudad británica alumbrada por los relámpagos y observó a su amiga. La chica iba cubierta por un impermeable azul que goteaba sin cesar sobre el suelo de parqué, y sus rubios cabellos, también empapados, se pegaban sobre su rostro. Y en ese instante, Leire rio.

—¿Te ha sentado bien la ducha?

—No me hace gracia. Me olvidé el paraguas y he tenido que correr cuatro calles bajo este temporal.

—Mira el lado positivo, ahora una duchita caliente y a dormir.

—No me he pasado toda la noche en la biblioteca para ponerme a dormir ahora —explica, mientras, con cautela, se deshace del abrigo—. ¿Eres consciente de que, si todo va bien, en un mes nos estaremos graduando?

El tiempo pasaba demasiado rápido. En su mente lo recordaba como si fuera ayer, aquel primer día de universidad, con los nervios a flor de piel y a punto de comenzar una nueva etapa en su vida. Etapa, que después de cuatro años, estaba a punto de finalizar.

—Anda, ve a darte una ducha antes de que pilles un resfriado —sugiere la joven, atrapando el impermeable de Daniela entre sus manos.

La muchacha no dudó en aceptar aquella propuesta. El frío había calado sus huesos, y necesitaba con urgencia una ducha caliente para recuperar el calor corporal. Aunque, antes de desaparecer por la puerta de su habitación, contempló con pena a su mejor amiga.

—¿Estás bien?

—Estoy bien, Dani —la sonrisa que acompañaba a aquellas palabras mostraba totalmente lo contrario. No, no estaba bien—. No te preocupes.

Aquel mismo "estoy bien, no te preocupes" es el mismo que le había hecho bajar la guardia hacía un año; el que había desencadenado un auténtico caos. Un caos que pudo haber evitado, pero que no vio venir por culpa de aquellas dos palabras.

—Mañana se cumple un año. No estás bien.

Y aquella era la realidad. Una realidad de la que Leire pretendía huir a toda costa.

—Ve a ducharte, Dani. Voy a...preparar el desayuno.

En silencio contempló como la chica se dirigía hacía la cocina. Daniela sabía que las próximas horas iban a ser catastróficas. Todo lo que Leire había avanzado aquellos meses, aquel nuevo comienzo que había empezado a construir, estaba comenzando a desmoronarse poco a poco; y ella, por más que quisiera y lo intentara, no podía hacer nada por evitarlo.

Rendida, suspiró. Lo único que podía hacer en aquel momento era darse una ducha rápida y regresar junto a su amiga. Quería dejarla el mínimo tiempo posible sola, así no tendría tanto tiempo para ahogarse en sus pensamientos. Y, sin perder ni un solo segundo más, se introdujo en el cuarto de baño.

Los minutos que Daniela estuvo debajo de aquel torrente de agua hirviendo fueron suficientes para que Leire preparase dos tazas de chocolate caliente y limpiase el inmenso reguero de agua que la rubia había dejado a su paso. Y, para cuando se quiso dar cuenta, su amiga ya se encontraba en la cocina junto a ella, embutida en un chándal y con una toalla enrollada en su cabello.

Dᴜsᴋ ᴛɪʟʟ ᴅᴀᴡɴ ||Kᴀɪ Hᴀᴠᴇʀᴛᴢ||Where stories live. Discover now