* ˚Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪᴜɴᴏ· . ·

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 𝟐𝟒 𝐝𝐞 𝐚𝐛𝐫𝐢𝐥 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟏.

Una vez más, su móvil volvió a vibrar. No necesitaba encenderlo para saber que, por mucho que su emisor no fuese el mismo de hacía dos minutos, el mensaje iba a ser similar. Se encontraba entre la espada y la pared, y todo por culpa de aquella inocente propuesta que Declan le había hecho un par de días atrás.

—¡Os juro que como me vuelvan a enviar un solo mensaje más me quedo en casa!

—De quedarte en casa nada —niega Daniela—. Es el primer partido de tus chicos que vas a ver, ¡no te eches atrás ahora!

—Es fácil decirlo cuando no es a ti a quien han metido en un compromiso.

Y, otra vez, su teléfono volvió a sonar indicando que tenía un nuevo WhatsApp. En aquella ocasión sí lo miró, y pudo comprobar como las palabras del italiano eran similares a las que recientemente le habían propinado Mason, Ben y...el propio Rice.

—¿Y si echas a suertes qué camiseta te pones? —sugiere la irlandesa ingresando en la habitación.

Ella ya se encontraba lista para la ocasión, con el dorsal de Mount reluciendo a sus espaldas. De la misma forma que el de Kepa lo hacía en su mejor amiga. Ambas lo tenían fácil; no tenían que elegir jugador, y mucho menos equipo.

—¿Y si no me pongo ninguna? Así me ahorro que alguno monte un drama innecesario.

—El drama te lo van a montar como vayas a verlos vestida...así.

—Yo creo que es un atuendo perfecto para la ocasión y...para evitar enfados —declara, contemplando su silueta en el espejo que había colgado en la habitación de Mason y Kera.

—Toma —del bolsillo trasero de su pantalón, Daniela sacó una moneda que al instante le entregó a su mejor amiga—. Si sale cara llevas la camiseta de Declan. Y si sale cruz, te toca volver a echar a suertes que dorsal llevas hoy. ¿Te parece?

Aquel método ya lo había empleado en su época de estudiante de instituto. Si salía cara estudiaba, si salía cruz iba a la aventura. No era efectivo, pero sus risas se habían echado en su momento.

—Para. ¿Cómo que volver a echarlo a suertes? —la pregunta de Kera impidió que Leire le proporcionase una respuesta afirmativa a Dani—. Si sale cruz llevará la de Kai, ¿no?

—¿Y la de Kai por qué?

—¿En serio acabas de tener los santos ovarios de preguntar por qué?

Sabía perfectamente por donde se iba a encaminar aquella conversación, y, una vez más, quería evitarlo.

—¿Quieres que hablemos otra vez de la cita que habéis tenido el otro día?

—¿Otra vez? ¿Cómo voy a tener que deciros que no ha sido una cita?

—Eso mismo nos dijiste de la que tuviste con Declan, ¿y qué pasó? Que al final acabaste admitiendo que sí lo había sido.

—¡Era diferente! Kai es mi amigo. Quizás...hasta pueda decir que mi mejor amigo. Se ha convertido en mi confidente, en mi ap...

—¡No! No, no y no. Simplemente no.

—¿No qué?

—No te limites a clasificarlo solo como tu mejor amigo, porque esa palabra se queda corta para lo que él es. Tú no has visto como le miras, Leire.

—¿Y cómo se supone que le miro?

En aquel instante, Daniela buscó con la mirada a Kera. No sabían si debían seguir aquel camino, o dejar que fuese ella quien, con el tiempo, se acabase dando cuenta de que Kai era mucho más que su amigo.

Dᴜsᴋ ᴛɪʟʟ ᴅᴀᴡɴ ||Kᴀɪ Hᴀᴠᴇʀᴛᴢ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora