Ya no somos amigas.

834 82 6
                                    

-Joder -escucho decir a Luca a mi lado mientras se limpia la sangre con la camisa del uniforme.

- ¿Estás bien? -pregunto sin saber que hacer- Podemos ir a enfermería si quieres.

- No te preocupes, tenía que pasar tarde o temprano. - Sé que solo lo dice para intentar tranquilizarme, pero lo cierto es que no me soluciona nada. De hecho, queesté tan tranquilo aún con la cara partida, no hace más que preocuparme.

- Pero no así Luca. Esto te va a durar días-susurro apenada. Ni siquiera soy capaz de mirarle en este momento a los ojos, está así por mi culpa. O más bien, por la culpa de Aria...

- No te preocupes muñeca, igualmente tenía que cambiarme el uniforme ¿no? -bromea. Yo asiento con una sonrisa torcida, a ninguno de los dos se nos da bien fingir. Así que me acerco a él y le dejo un pequeño beso en los labios con el mayor cuidado del mundo por no hacerle daño.

-Yo también voy a ponerme uno de los uniformes que tengo en la taquilla, nos vemos luego. -Pero su mano me impide avanzar. Luca no tarda ni dos segundos en tirar de mi y agarrarme de la cintura para darme un profundo beso que casi me deja sin respiración.

- No vuelvas a darme un beso como ese nunca más.

- No quería hacerte daño -le digo suavemente mientras le acaricio la mejilla y le miro a los ojos sin importarme que todos los alumnos de nuestro instituto estén mirándonos y echándonos alguna que otra foto como si se tratase de dos famosos rodeados de paparazzis.

- No me importa el daño cuando se trata de demostrarles a todos estos imbéciles que eres mía. - Sonrío, sonrío triunfante en su dirección y él me devuelve una perfecta sonrisa que me acelera el corazón a doscientos kilómetros por hora. Por supuesto, le guiño un ojo antes de darme media vuelta y marcharme de allí contoneando mis caderas mientras le escucho suspirar. También le escucho insultar a algún que otro chico al que se le van los ojos en la misma dirección, y me río imaginándome la escena.
Sin embargo, todas mis risas se desvanecen en cuanto veo a mi grupo de amigas en un círculo como siempre, charlando y riendo. Aria principalmente. La imagen de mi amiga o ahora ex- amiga disfrutando de los cotilleos mañaneros con las que habían sido mis cómplices durante tanto tiempo, me hace enfurecer, rabiar por dentro, incluso me atrevería a decir que querría matarla en este mismo instante. ¿Como podía ella estar tan feliz después de saber lo que había conseguido al revelar mi secreto?. Ahora mi hermano quería matar a golpes al chico que me gustaba, además de que no me perdonaría durante mucho tiempo. ¡A mí, que siempre he sido su ojito derecho!

- Eh, ahí está Jade. ¿Qué hace? ¿Porqué no viene con nosotras? - escucho decir a Cindy. Yo me lamento mientras sigo andando, hasta que escucho lo que dice Kim.

- No lo sé, pero es muy raro en ella que no se acerque a nosotras. Espero que no tengáis ninguna nada que ver con lo que sea que le pase.

Y es ahí cuando giro mi cabeza y confirmo todas mis sospechas al ver el rostro de una Aria devastada, culpable. Está mirando hacia el suelo mientras que las chicas no quitan su mirada de mi, pero yo no puedo dejar de mirarla a ella pensando en lo decepcionante que ha sido esta deslealtad. Sigo mi camino aún con la moral por los suelos hasta llegar a mi taquilla a por la ropa de cambio, y lo primero que veo nada más abrir mi puerta es una foto mía y de Aria abrazadas cuando apenas éramos unas crías, todavía me cuesta creerlo.

- Me acuerdo de esa foto, salíamos de nuestro primer concurso de belleza. Estábamos muy felices, porque tú habías ganado y yo había quedado segunda. Era nuestro pacto, "da igual el orden, pero nadie por encima nuestra". - Cierro los ojos antes de darme media vuelta y enfrentarla. Aria no es cualquiera para mí. Y además, conoce todos y cada uno de mis puntos débiles.

- ¿Qué quieres? -le digo tajantemente.

- Hablar. Necesito hablar contigo.

- Hablar, parece que últimamente te encanta hablar, ¿no? -digo mientras cierro mi taquilla.

- Sé que piensas que he sido yo quien sé lo ha contado todo a tu hermano pero es que no me ha quedado más opción que - la interrumpo.

- Ahórrate lo que tengas que decirme. Sabes lo mucho que me importa Luca, tú más que nadie en este mundo lo sabes. Ya he tenido bastante por hoy.

Y tras esto me marcho de allí sin decirle nada y sin dejarle hablar tampoco, realmente me ha dolido lo que ha hecho. Así que me cambio en el baño de las chicas y guardo el uniforme sucio doblado en mi bolso, me miro al espejo el pelo, el maquillaje, me aseguro de que las marcas de mi cuello estén tapadas... bien, perfecto. Y cuando salgo, por casualidades de la vida, observo una escena que hace que mi cuerpo se estremezca de arriba abajo. Mi hermano abrazando a Aria mientras está llora a lágrima viva en su pecho. Trago saliva fuertemente y me largo de allí antes de que puedan verme.

- Perdón profesor, se me ha hecho tarde - le digo a mi anciano profesor mientras entro en la clase. Él asiente y sigue hablando como si nada, pero yo no puedo evitar darme cuenta de que todos en el aula están pendientes de mí y de absolutamente todo lo que hago. ¿Puede seguir empeorando mi día?

-Pss -escucho a mis espaldas cuando me siento.

-Jade, sabemos que nos estás escuchando. - Yo pongo los ojos en blanco cuando me doy cuenta de que de esta no me libro, y me doy media vuelta para mirarles cara a cara.

- ¿Qué pasa? - susurro.

- ¿Estás bien? -pregunta Cind.

- Sí, Aria nos lo ha contado todo -interviene Kim.

- Si chicas, no os preocupéis. Estoy bien.

- ¿Y Aria? ¿Qué pasa con Aria ahora? - Buena pregunta Cind, justo en el clavo. ¿Qué iba a pasar con Aria ahora? ¿Y conmigo?

- Pues parece que Aria y yo... ya no somos amigas.

TÓXIC Where stories live. Discover now