Sexy.

1.8K 119 4
                                    

JADE

- Vamos Jad - dice Aria antes de tirar de mi brazo para que comience a andar tras ella.

-Claro. - No digo nada más. Me dispongo a alzar mi cabeza hacia el frente mientras camino, para así evitar volver a mirar hacia arriba. Por lo que me limito a contornear mis caderas y poner la más angelical de mis expresiones cada vez que un chico guapo me sonríe.

- ¡Hola! - grita Aria cuando llegamos a nuestro reservado. Las chicas se giran y empiezan a darnos besos y abrazos. Éramos unas diez. Y de esas diez, contando a Aria por supuesto, consideraba amiga nuestra a Cindy y a Kim. Las otras seis, eran simplemente chicas monas que pretendían ser como nosotras. Pero lo cierto es que les faltaba mucho para eso.

Lo sabemos, majestad. Sabemos que ella solo son tus súbditas. Bueno, vuestras. ¿A quién no le gustaría estar a vuestro lado? ¿Y ser como vosotras? Hasta yo me moriría de ganas.

- ¡Dios Cind! ¡Me encanta tu vestido! ¡Pareces todo un zorrón! ¡Estás de escándalo con él! -le digo a mi amiga mientras se da una vuelta sobre sus tacones. Cindy siempre ha sido la más alta del grupo, y ese mini vestido ceñido a su cuerpo le quedaba increíble.

- Ese es el objetivo - dice divertida levantando su copa en mi dirección. Alzó la copa que Aria acaba de servirme y brindo con ella. Esta noche promete.

- ¡Eh, Jad! ¡Cuídame esto! ¡Ahora vuelvo! - grita Kim sobre la música señalándome su copa. Yo asiento mientras observo como se pierde entre la multitud de la mano de Jason, un tipo cachas de nuestro instituto.

- Es todo un caso - escucho decir a Cindy. Giro mi cabeza para volver a poner mi atención en mis amigas, cuando de camino, mi mirada choca con la de Luca. Ya no está en la segunda planta, ahora está en mitad de la pista. Solo, sin nadie que lo acompañe y mirando fijamente en nuestra dirección.

-Esos pantalones te hacen parecer más alta Jad. ¡Vas que lo rompes, tía!- escucho decir a Lía. Una de las chicas que nos acompañan en el reservado. Pero no me giro hacia ellas, estoy muy entretenida con mis vistas como para prestarle atención a otra cosa.

-Yo ya se lo he dicho. La tía está tremenda.

Dejo que mis amigas sigan hablando de mí o de lo que sea que vayan a hablar, cuando veo como una chica rubia se acerca a Luca y le dice algo al oído. Este no aparta su mirada de mí mientras tanto, y eso me gusta. Así que pongo mi mejor cara de zorra y me chupo un dedo con mi mejor expresión de inocencia mientras sus ojos me atraviesan. Están negros, nublados de placer.

-Enseguida vuelvo

- Jade, no lo hagas.

Pero a mí no me importa lo más mínimo las advertencias de ninguna de mis amigas, simplemente levanto la cabeza y camino con paso firme hasta la barra.

-Un martini, por favor -le digo al camarero apoyándome en la barra. Él mira mis pechos con el mayor de los descaros, y yo le devuelvo una mirada de desaprobación. ¿De verdad he estado una hora entera maquillándome para que no me miren ni a los ojos?

-Enseguida, Jade. - Me dice guiñándome un ojo. Hombres...

- Hola Jad. Permíteme que te invite a esta yo.

Sonrío levemente al barman cuando siento el cuerpo de Luca pegarse por completo al mío. Su brazo derecho aparece por el rabillo de mis ojos para extenderle un billete de cincuenta al camarero.

-Gracias, pero no hacía falta -digo tomando la copa del martini en mis manos bajo su atenta mirada. No estoy nerviosa, nunca estoy nerviosa con él. De hecho, me encanta ver cómo su mirada recorre con curiosidad cada movimiento que hago.

- Estás muy sexy esta noche.

- Tú también estás muy guapo -le digo metiéndome en la boca una de las aceitunas del martini. Paso mis labios suavemente por el palo que la atraviesa sin dejar de mirarle a los ojos. Estoy segura de que cualquiera que nos viese pensaría que yo era un zorra. Pero no me importaba, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por tener la atención de Luca Rizzo.

- ¡Eh, Jad! ¡Ven! ¡No sabes lo que te tengo que contar!

Y de un momento a otro estoy siendo arrastrada por la pista nuevamente, solo que esta vez es Kim la que tira de mí mientras giro de vez en cuando el rostro para ver a Luca apoyado en la barra y bebiendo de su vaso mientras observa atentamente cómo me alejan de él.
Kim no me suelta hasta llegar con las chicas, que están bailando en mitad de la pista mientras se lanzan miraditas con los chicos de alrededor.

- ¿Qué pasa? - le digo de mala gana a mi amiga.

Acabo de dejar plantado a Luca Rizzo, mi cuerpo está esculpido para las manos de ese hombre. ¿Qué es tan importante como para alejarme de algo así?

-¿Cómo que qué pasa, tía? ¿Qué te pasa a ti? Se supone que lo tuyo con Luca ya había acabado, Jade. - Observo a Aria por unos segundos. Está verdaderamente cabreada conmigo, y la entiendo. Ella se ha encargado de secar mis lágrimas cuando Luca me ha hecho llorar, que no han sido pocas veces.

El problema es que Luca Rizzo era peor que una droga para mí. La atracción que yo sentía por él era tan fuerte, que poco a poco sentía como me consumía por dentro. De alguna manera estaba enganchada a él, y eso nadie lo podía evitar.

Así es, chicos y chicas. Ya habéis visto a la mismísima Jade Hamilton en su primer encontronazo del curso con el chico de moda. Y no creáis que lo habéis visto todo, porque Luca Rizzo está igual o incluso más obsesionado que ella con la relación que mantienen. ¿No me creéis? Bien, pues no dejéis de leer y os lo mostraré. Estos dos son el claro ejemplo de el amor, el magnetismo, la pasión... el dolor.

TÓXIC Where stories live. Discover now