Nena.

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La sirena suena, y entramos a clase. Mi hermano y su grupo de amigos se quedan los últimos como siempre mientras fuman apoyados en uno de los muros que rodean la entrada principal de la escuela. Yo camino con mis amigas mientras Kim cuenta algo sobre donde viajará en las próximas vacaciones. No es que no uniera escucharla, que quiero, pero la incesante mirada de Luca sobre mi cuerpo mientras suelta una calada de humo me hace entrar en trance.

- ¿Jade? ¡¿Jade?! -reaccionó enseguida apartando la mirada de los chicos para llevarla hasta Cind, que no para de gritarme mientras el resto me miran con cara de extraterrestres.

- ¿Perdón qué? -pregunto esperando a que no se burlen de mí por mi facilidad para distraerme.

- Que qué te vas a poner esta noche para la cena de negocios de nuestros padres. Mi madre dice que va a asistir un montón de empresarios importantes que podrían beneficiar a todas y cada una de nuestras familias.

- Vaya Cind, que tú madre quiere buscarte pareja - suelta Kim como si nada. Yo le doy un codazo para que se de cuenta de lo que ha hecho. La madre de Cindy llevaba meses queriendo conseguir una alianza entre algún socio y su marido a través del compromiso con su única hija.

- Ya sabéis cómo es mi madre...

- Pues no le hagas caso tía. ¿Que se cree tu madre? ¿Qué vivimos todavía en la edad de oro? ¿Acaso no lee ninguno de los cotilleos de las Kardashian?

- ¡Kim! - suelta Aria con todo de enfado. Quizá no se equivocaba en nada de lo que decía, pero la verdad es que nosotras no éramos absolutamente nadie para meternos en los asuntos familiares de nuestra amiga.

- Vale, ya paro -susurra Kim con tono vacilen mientras alza las manos. Yo niego divertida mientras entramos en clase, esta tía era la ostia.

-Buenos días alumnos y alumnas, busquen en sus iPads la página cincuenta del libro. Y usted, Elena, lea en voz alta -dice el profesor mientras enciende la pantalla digital.

Y en cuanto la tal Elena comienza a leer, mi mente desconecta por completo preguntándose si entre los invitados a la cena de esta noche estará la familia Rizzo. Dado que su padre, el de Kim y el de Jake trabajaban juntos en una de los mayores sectores publicistas de la empresa Apple, suponía que iría. Nosotros estábamos más que invitados, puesto que nuestro padre era el alcalde de la ciudad. Ni más ni menos.

Entonces me llega un mensaje al móvil, y mi corazón da un vuelvo cuando veo que se trata de Luca.

Luca Rizzo: ¿Te veré esta noche en la cena?

Jade Hamilton: Si, ¿es que acaso tienes ganas de verme?

Luca Rizzo: En todas las formas posibles.

El calor sube hasta mis mejillas al instante. Por suerte el profesor sigue explicando de cara a la pizarra ajeno a todo lo que pasa por mi mente. Sé lo que quiere Luca, sé a lo que se refiere Luca... mis bragas están mojadas solo de pensarlo. Pero eso no significa que me vaya a comportar con una niña tímida con él. A él le gustaban las mujeres lindas, decididas y seguras de sí mismas, y a mí me gustaba él... así que haría todo lo posible hasta tenerlo.

Jade Hamilton: Demuéstramelo esta noche.

Luca Rizzo: Lo haré, nena.

-Jade, ¡Jade! ¿Dios mío se puede saber que te pasa hoy? - dice Aria balanceando mi brazo de atrás hacia delante y de delante hacia atrás. Entonces me doy cuenta de que todo el mundo se está levantando para salir de la clase, incluso el profesor Irwin está recogiendo sus cosas del escritorio. ¿En qué momento se ha pasado la clase? ¿Y cuánto tiempo llevo pensando en mis cosas?

- Ya está Aria, solo estaba pensando -le digo mientras me pongo en pie para guardar también todas mis cosas en la mochila.

- Sí, en un en flipado llamado Luca - dice Kim dirigiéndose a nosotras.

-No es ningún flipado Kimberly, es uno de los tíos más codiciados de la escuela -le digo mientras me cuelgo la mochila nuevamente a la espalda.

-Sí, no se puede negar que bueno está -interviene Cindy antes de salir de la clase. Todas nos reímos por lo que acaba de decir, Cindy no tenía pelos en la lengua y en esta ocasión no iba a ser menos.

-Ahora nos vemos -dice Kim antes de dirigirse con Cindy hacia sus taquillas mientras Aria y yo caminamos hasta las nuestras. Una al lado de la otra, ventajas de ser las mejores animadoras del colegio.

-Buenos días preciosas -nos dice un chico con un sombrero a cuadros que no he visto en mi vida mientras nos lanza un beso. Y seguimos andando hasta llegar a las taquillas. Iuug.

- ¿Ahora toca entrenamiento Ari? -le pregunto a mi amiga mientras saco el diminuto uniforme para cambiarme.

- Sí. -Y noto que va a decirme algo más, pero de repente se queda callada, así que me giro en su dirección y luego dirijo mi mirada hacia donde tiene puesta la suya. Justo detrás de mí. Con su pelo negro y peinado hacia atrás como en los años noventa, un atractivo Luca me mira fijamente apoyado en la casilla que sigue a la mía.

- Bueno Jad, yo me voy a cambiarme. Te espero ya en el gimnasio -dice Aria tras de mí. Pero yo ni siquiera me giro, porque tengo la girada fija en los ojos del chico que hay frente a mi. Y ella ni siquiera espera a escuchar alguna respuesta, y la entiendo, cualquiera se sentiría incómodo en medio de nosotros dos. La tensión era palpable por cualquier lado.

- ¿Qué quieres?- le digo aproximándome a él.

- Nada, solo quería decirte lo mucho que me alegro de que vayas esta noche a la cena. Lo vamos a pasar muy bien- dice susurrando esto último en mi oído. Mi cuerpo se estremece al tenerlo tan cerca, me golpean las imágenes de nosotros dos en la cama, en cualquier pose.

-Mi hermano también irá -le digo con todo de advertencia. Es por él que tenemos que escondernos de Jacob, si Luca quisiera tener algo conmigo yo estaría dispuesta a todo.

- Bien. Más divertido entonces, nena.

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