『20. Algo pasa』

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Las chicas sólo pueden verse las caras las unas a las otras, sin saber qué decir o hacer. Sólo se quedan viendo, mientras se hacen señas entre ellas, como si se pasaran alguna pelota hasta que alguien tenga la desdicha de atajarla y sea la encargada de hacer resolver la incógnita que estaba pasando en estos momentos.

Nadie sabe qué decir, y nadie tiene la valentía o razón para preguntar. Sólo se quedan allí, sentadas, hasta que un grito de frustración sale de la boca de Uraraka y ya ninguna puede fingir que nada está pasando cuando todo parece venirse abajo en la vida de su amiga.

—Muy bien, Uraraka-san, tenemos que hablar sobre el elefante en la habitación –Momo dice aquella frase con toda la seriedad y porte que la caracterizan. Las demás por dentro están felicitándola por aquello, no es no quisieran ayudar a Uraraka, sólo que no sabían cómo empezar.

Ochako entonces la mira, pareciendo lista para responder aquella pregunta, pero duda a último minuto, y sólo menea la cabeza, dejándose caer a un lado de Tsuyu –quien había reclamada más espacio del necesario en su cama, esperando cualquier momento que Ochako cayese allí-, quien la abraza.

— ¿Todo bien, Ochako-chan? –aquella pregunta es vacilante, pero reconfortante al mismo tiempo.

Ochako niega con la cabeza; ¿todo bien? ¡Si todo estaba realmente mal! su mente no deja de darle vueltas y sus pensamientos parecen querer un descanso de mil años. ¿Por qué ella? Es la pregunta que pasa una y otra vez en su mente, los líos amorosos son algo que cualquier ser humano experimenta, pero por qué le estaba tocando a ella, ¡había miles de chicas en el mundo! Pero no, al parecer la vida parecía querer ensañarse con ella.

¿Qué tanto mal había hecho en su vida pasada para que esto le pasase? No lo sabe, pero siente que es demasiado para su joven existencia.

—Uraraka, por favor, dinos qué está pasando, lo único que has hecho estos quince minutos es suspirar y caminar de un lado a otro –pide Jiro, sentándose a un lado de ella, colocando su mano en su espalda, haciendo una seña a las demás para que se acercaran.

¿Qué estaba pasando? Ni ella misma sabía, sólo se sentía rara; rara porque Bakugo le había puesto un apodo diferente, rara porque su corazón saltó como loco cuando escuchó aquello, rara porque le gustó, rara porque no entendía nada de lo que estaba pasando.

No entender le molestaba más de lo que pensó, y lo peor es que no quería saber. Ahora la contradicción era ella, ¿quería o no saber qué es lo que pasaba por su mente? Aunque la respuesta fuese sí –que por cierto, no la quería-, sólo no tenía mente para nada. Quiere dejar de pensar, pausar todo, que todo se detuviera, retroceder en el tiempo, que nada de esto estuviera pasando y seguir viviendo su vida de la manera que la llevaba.

Pero no puede, a menos que conozca a alguien con un poder así –que por cierto no lo hace-, así que sólo le queda esa contradicción que siente, ese sentimiento de insatisfacción que presionaba su pecho y que mantenía un lío en su mente.

— ¿Uraraka? –vuelve a preguntar Momo.

Esta vez recibe de respuesta un suspiro, un suspiro que hace que la atmosfera pese, donde pueden entender –más o menos- el dilema de Uraraka.

Algo pasa, pensaron todas, la cuestión era: ¿Qué provocaba aquello?

—No chicas, nada está bien –por fin reciben una respuesta, aunque no es la que esperaban. Uraraka aprieta los puños-. Nada está... yo.... Siento que no sé cómo me siento –las chicas le miran, alzando una ceja, sin entender la situación-.... No sé qué tengo, chicas, en verdad. Y lamento mucho si estoy molestando....

。゚AL RITMO DE SALSA Y BACHATA 。゚ {BAKUOCHA} (FINALIZADA)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora