Y si... Noah (Parte 4)

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OCHO AÑOS DESPUÉS...

Podría mentir y decir que tras el nacimiento de Hailey, Noah y yo comenzamos a vivir juntos y me sinceré, pero no fue así... Noah y Lucy se mudaron juntos a un apartamento de tres habitaciones a las afueras del campus de Stanford, y yo me quedé en la casa de las Alphas para terminar mi último curso de universidad. Respecto a Hailey, los primeros meses, sobre todo estuvo viviendo conmigo, pero a partir de entonces, estuvo tres meses con cada uno, y solo veía a Noah en los cumpleaños de Hailey.

En el quinto cumpleaños de Hailey, cuando iba a presentarle a mi familia y amigos a Theo, mi pareja por aquel entonces, Noah, me llamó y  me dijo que no estaba de humor para fiesta, que lo sentía muchísimo, pero que acababa de romper con Lucy... ¿Debí decirle entonces lo  que sentía por él? quizás no era el mejor momento, o al menos, eso fue lo que pensé... 

En el sexto cumpleaños de Hailey, Theo y yo rompimos y quizás hubiese sido el mejor momento para decirle la verdad a Noah, pero él ya no estaba disponible...

El el séptimo cumpleaños de nuestra hija, me enteré de que Noah había vuelto con Lucy y no fue un buen día para recordar...

En su octavo cumpleaños, mi dulce Hailey nos pidió a su padre y a mí un hermanito, y juro que se me rompió el corazón, nuestra "familia" ya era demasiado complicada para una niña de ocho años, que era incapaz de entender porque sus padres vivían tan lejos y solo se veían en su cumpleaños, incluso llegó a preguntarme si el motivo de que no nos viésemos era ella, y ver como se le rompía el corazoncito pensando que era culpable de la infelicidad de sus padres, me rompió el alma.

- Mi vida, no eres la culpa de nada, tu padre y yo nos queremos mucho, pero no como otros padres, nosotros somos muy muy buenos amigos. No estés triste y nunca pienses que eres culpable de nada, ¿Entendido? - dije mientras abrazaba a mi dulce niña.

- Vale, pero, entonces, ¿por qué ya no hablas con papá?

- Es complicado, son cosas de mayores, ya lo entenderás cuando seas mayor mi niña.

- Pero yo ya soy mayor, tengo ocho años, ya soy más mayor que muchos niños. 

- Tienes razón, pero todavía no eres tan mayor como mamá...

Fue entonces cuando la puerta de mi  pequeño apartamento se abrió y Hailey fue corriendo a abrazar a su padre.

- ¡PAPI! - dijo mientras abrazaba a su padre.

- Hola princesa, ¿Dónde está tu mami?

- En su cuarto, se está poniendo guapa.

- ¿Todavía no ha entendido que ella siempre está guapa? - Noah era demasiado dulce para ser real...

Noah llamó a la puerta de mi cuarto y le invité a pasar.

- Hola.

- Hola. - contesté

- ¿Te ha dicho Hailey lo que quiere de regalo? - preguntó mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

- Sí, ¿Le has preguntado a Lucy para cuando un hermanito? - dije a modo de broma, aunque dolió más de lo que esperaba...

- Hablando de Lucy...

Mi teléfono empezó a sonar y le corté para cogerlo.

- Hola Mamá, sí, ya le he dado tu regalo, le han encantado los libros, ha salido lectora como su abuelo, dale un beso a papá de mi parte, os veo luego, adiós.

- ¿Vienen al cumple? - preguntó él mientras se removía el cabello rizado.

- Hombre, tu madre y la mía llevan dos semanas preparándola, dudo mucho que después de tanto trabajo no se presenten en la fiesta de su nieta...

- Tiene sentido, por cierto, había pensado en llevarme a Hailey al zoo hoy, ¿te parece bien?

- Claro, solo que fuimos antes de ayer con Beca y Emma...

Noah y yo no hablábamos mucho, mejor dicho, apenas hablábamos, cuándo le pidió matrimonio a Lucy, me enteré por el Instagram de Lucy y no por Noah, sí, me sentí bastante dolida...

- Pues me la llevo de compras y a la feria, ¿te parece bien? - me preguntó mientras esperaba como siempre una negativa por mi parte.

- Me parece bien, y te quería preguntar si te importaría que os acompañase, se me rompió el coche y tengo que comprar algunas cosas... - dije intentando no dramatizar  los hechos...

- Claro, pero no hace falta que te maquilles, siempre has sido más guapa al natural. - dijo antes de guiñarme un ojo y dirigirse al salón.

Me terminé de arreglar y los tres nos montamos en el coche de Noah. Y nos dirigimos hasta el centro comercial.

Una vez allí, salimos del coche y cada uno le dio la mano a Hailey, y se sentía tan bien parecer una familia normal...

- Amor, ¿A dónde quieres ir? - le preguntó Noah a Hailey.

- ¿Podemos ir a la librería? - preguntó ella con una sonrisa sincera.

- Claro princesa. - dijo Noah buscando mi aprobación.

He de confesar que fue uno de mis días favoritos, después de mucho mucho tiempo, por fin hablaba con Noah y ver feliz a mi niña fue el mejor regalo del mundo. Cuando volvimos a casa, me despedí en el rellano de Noah.

- Bueno, espero que lo hayáis pasado bien, nos vemos luego en la fiesta, ¿no?

- Sí, muchas gracias.

- De nada...

Noah comenzó a andar en dirección al ascensor, cuando corrí detrás de él.

- ¡NOAH! - grité para que se detuviese.

- ¿Qué pasa?

- De verdad, gracias por lo de hoy, ha estado muy bien y creo que Hailey se lo ha pasado muy bien hoy, de verdad, muchas gracias. - dije esperando a que él dijese  algo más porque lo de ser directa no era lo mío.

- Yo también me lo he pasado bien, podríamos repetirlo más a menudo, por Hailey claro.

- Sí, por Hailey claro... - dije intentando disimular la sonrisa que tontamente estaban formando mis labios.

- Nos vemos Mel.

- Nos vemos, por cierto saluda a tu prometida de mi parte.

- Mel..., Lucy y yo ya no estamos juntos...

Esas palabras despertaron esperanzas en mi interior.

- Noah yo...

- Yo también te he echado de menos. - dijo antes de rozar sus labios con los míos y besarme. JODER, sí que le había echado de menos...

Los labios de Noah eran mejor de lo que recordaba, o puede que de tanto recordarlos les hubiese quitado importancia... Su lengua haciéndose paso en mi boca, sus manos en mi caderas y las mías en su cuello, dioss cuanto tiempo echando de menos su tacto, su sabor, a él, a todo él.

- Nunca dejé de quererte como algo más que amigo. - dije cuando separamos nuestros labios.

- Yo siempre te quise como algo más que amiga, siempre estuve coladito por mi vecina y mejor amiga, ¿soy muy cliché? - preguntó mientras formaba otra de sus perfectas sonrisas.

- Eres demasiado tú, demasiado perfecto y demasiado todo. - dije antes de volver a posar mis labios en los suyos.

Y solo nos separamos cuando la risa de una princesa de ojos azules, cabello castaño y pecas llegaron hasta nuestros oídos.

- Por fin, por fin sois felices. - dijo antes de abrazarnos.

Y Hailey tenía razón, por fin, después de tantos años, éramos realmente felices.

Noah se mudó a nuestro apartamento un par de semanas después, y ver a nuestra niña feliz fue casi mejor que estar por fin juntos, siendo una familia, una familia de verdad, sin falsas amistades ni distancias innecesarias.

De la A a la ZWhere stories live. Discover now