H de Henry

302 23 6
                                    

Aunque ya había pasado un mes desde que encontré a Chase y a Lucy acostándose y eché a Chase de la casa, todavía no había arreglado las cosas con Lucy, nunca habíamos sido muy muy buenas amigas, solo éramos amigas por ser Alphas, pero haberme hecho aquello sabiendo lo colada que estaba por Chase, me pareció una gran traición por su parte.

Acción de gracias no era una de mis fiestas favoritas, pero al igual que el resto, incluía invitar a algunos familiares a la casa de las Alphas, o despedirse de las que volvían a casa para celebrar las fiestas con su familia. Aquél acción de gracias, Beca, Emma y Nicky se fueron a visitar a su familia, y Lucy, Katy y yo nos quedamos en la casa. Katy no soportaba a Lucy y desde que yo la había apartado de mi vida, Katy y yo éramos uña y carne.

La mañana de acción de gracias, mientras Katy y yo desayunábamos en la isla de la cocina, Lucy, la cual pensábamos que estaba durmiendo, entró por la puerta de la cocina acompañada de un chico alto, en buena forma y clavadito a ella. Para ser sinceras, al principio pensamos que era su nuevo novio, hasta que ella nos lo presentó:

- Chicas, os presento a mi hermano mayor Henry, va a pasar Acción de gracias con nosotras. – dijo mientras nos dedicaba una de sus falsas y arrogantes sonrisas.

- Encantada, soy Melody. – dije mientras le estrechaba la mano y me colocaba mi camiseta del pijama de tal forma que no se notase la ausencia de mi sujetador.

- Yo soy Katy. – dijo ella mientras dejaba su taza de café en el lavavajillas antes de salir de la cocina.

- Bueno, ya que os conocéis, yo me voy de compras, luego vuelvo. – dijo Lucy antes de coger su bolso y salir por la puerta dando un portazo como de costumbre.

Tras un breve silencio incómodo, decidí ofrecerle un café y algo de comer, quería parecer una buena anfitriona con la familia del demonio rubio que vivía bajo nuestro techo.

- ¿Quieres tomar algo? – le pregunté mientras le señalaba la cafetera y los bagels que habíamos comprado el día anterior.

- No tengo hambre, pero gracias.

Otro silencio incómodo se formó, pero esta vez no fui yo quien lo rompió.

- Realmente no entiendo como soportáis a mi hermana, Lucy es el ser más insufrible que existe, yo he venido obligado para ser sincero, mis padres creen que por ser su hermano mayor tengo que aguantar todas sus tonterías de niña mimada, de verdad que no entiendo como podéis vivir con ella. – tras aquél comentario, me fue imposible aguantarme la risa y Henry me miró algo confuso. - ¿He dicho algo raro?

- Que va, simplemente, tu hermana es insoportable y no tengo ni idea como en tres años todavía no me he pegado un tiro. – dije algo incómoda al no saber cómo podría tomarse aquel comentario acerca de su hermana, por suerte, se rio y ambos decidimos seguir la conversación en el salón más cómodos.

- Una vez, invité a un ligue a casa y la Lucy de trece años la mandó a paseo porque no podía haber chica más guapa que ella en nuestra casa, para ser sincero, no sé cómo no la maté aquel mismo día. – dijo algo avergonzado pero feliz al recordar ese día.

- Hace un par de semanas, se acostó con mi novio y ambos me dijeron que no pasaba nada, que no había sido nada importante, que solo era por las malditas listas. – expliqué algo molesta.

- ¿Qué listas? – preguntó mientras pasaba su mano por su perfilada barba antes de posar sus brillantes ojos azules parecidos a los de su horrorífica hermana, sobre los míos.

- Lucy nos contó a principio de curso que vuestra prima había hecho no sé qué lista en la que apuntabas los nombres de veintisiete chicos, cuyas iniciales tenían que seguir el abecedario y todas accedimos a hacerlo.

De la A a la ZWhere stories live. Discover now