De vuelta al principio

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Había salido de aquel hotel sin pensármelo dos veces, quería a Patrick pero necesitaba tiempo... Llamé a las chicas y a la media hora quedé con ellas en la estación de tren, me monté en la parte de atrás del coche de Beca entre Nicky y Katy, no me hicieron preguntas sobre el tema, tan solo se quedaron en silencio mientras yo lloraba, necesitaba desahogarme y las malditas hormonas del embarazo no ayudaban...

Llegamos a la casa de las Alphas sobre las nueve de la noche, Lucy no estaba en la casa, cosa de la que me alegré bastante, fui a mi habitación y me tumbé en la cama, las chicas estaban abajo en la cocina preparando la cena y yo les había pedido un par de minutos para estar sola.

Llevaba más de media hora tumbada boca arriba en mi cama cuando alguien llamó a la puerta, le dejé pasar y Beca dejó la bandeja con comida en mi mesilla.

- Te he hecho sopa. – dijo mientras se sentaba a mi lado y me apartaba el pelo oscuro de la cara.

- ¿Sopa en Mayo? – pregunté sonriente, era de mis comidas caseras favoritas y de verdad que le agradecía el gesto a Beca.

- Nunca es tarde o pronto para tomar sopa, especialmente cuando hay que comer por dos. – dijo mientras desviaba la mirada a mi estómago. –¿De cuantas semanas estás ya?

- Casi veinticuatro semanas y me siento una ballena andante y eso que todavía tiene que crecer y crecer. – dije sonriendo, Beca era una buena amiga y yo había sido muy mala amiga con ella, no solo me había acostado con su exnovio que volvió a ser su novio semanas después, y que además resultó ser el amigo que le había recomendado aquel restaurante a Patrick el día que nos conocimos, sino que, además, fui la primera vez de su hermano pequeño.

- ¿Y sabéis ya si es niño o niña? – preguntó mientras se hacía una trenza con su larga melena rojiza.

- En la ecografía de la semana veinte se veía a la perfección, o eso dijo mi médico, ya que yo me negué a verlo, quiero que sea sorpresa o al menos por ahora, hay veces que sigo sin creerme que haya algo humano creciendo en mi interior, no sé suena tan mágico y a la vez terrorífico....

- Yo solo digo que con vuestros genes tengo claro que va a ser el bebé más guapo de todo el país como poco. – dijo mientras me dedicaba una de sus dulces sonrisas.

- Pero también comparte genes de alguna forma con la Barbie demoniaca y eso me da miedo. – dije entre risas. – por cierto, ¿dónde está Lucy?

- Se fue unos días a ver a sus amigas de Stanford, pero para ser sincera, haces semanas que no pasa por casa, habrá ligado con algún pobre humano que ha sido víctima de sus conjuros demoniacos. – dijo Beca mientras me abrazaba. – Te he echado de menos Mel.

- Y yo a vosotras.

Al par de minutos, bajamos junto a las demás y vimos una comedia romántica sentadas en el salón, no éramos muy fans de ese tipo de películas, pero nos encantaba imitar los diálogos absurdos o hablar del porqué de la trama, ¿Quién va por la calle y se cruza al príncipe de Narnia y se casa con él por accidente? NADIE.

Después de la película, me tumbé en mi cama, pero era incapaz de dormir, bajé a la cocina y miré las listas que seguían colgadas en la pared, y leí la mía ojeando cada uno de los nombres que aparecían y recordando cada historia y me di cuenta de que si yo hubiese estado en su situación quizás también hubiese sentido celos, pero en mi caso, yo veía cada punto de esa lista como una pequeña parte de mí que me había marcado, no como algo que debía borrar de mi memoria...

Subí a la habitación y me acosté recordando mi primer pensamiento acerca de la lista varios meses atrás...

De la A a la ZWhere stories live. Discover now