Las muestras de ADN

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Desde el aquel día en el que me enteré de que estaba embarazada, y después de que mi médico me contase lo que necesitaba para las pruebas de ADN, me había pasado las siguientes tres semanas, acumulando las muestras de todos aquellos posibles padres, bueno, menos de Gavin y de Ryder..., tenía veintiuna bolsas de plástico con muestras de ADN de veintiún posibles padres de mi bebé, aquello era una locura...

Beca, Nicky, Emma y Katy, se ofrecieron a acompañarme a la clínica que me había recomendado mi médico. Aquella mañana de principios de marzo, llevaba un vestido de flores y unas deportivas, desde que había sabido de mi embarazo, había tratado de ocultarlo de todas las formas posibles, y la ropa ancha siempre era la mejor opción. Cogimos el coche de Beca y fuimos desde la casa de las Alphas hasta la clínica, era un edificio de dos plantas a varios kilómetros del campus, al llegar a recepción, me dieron todos los formularios que debía presentar y rellenar antes de que me viese aquel médico, la mayoría de ellos eran permisos y procedimientos legales, di gracias a dios a que las chicas me hubiesen acompañado, yo sola hubiese sido incapaz de hacerlo...

Una hora más tarde, ya estaba todo listo, había firmado todos los papeles y había entregado aquellas veintiuna muestras con el nombre de cada chico, para ser sincera, las miradas de las enfermeras me hicieron sentirme una niña pequeña, me juzgaban y yo lo entendía, pero no hacía más fácil mi situación...

Cuando el doctor me citó en su consulta, las chicas entraron conmigo, estaban todas de pie a mi alrededor mientras yo me sentaba en aquel sillón frente al escritorio del médico.

- Señorita Pierce, ¿está segura de que quiere hacer la prueba? – me preguntó mientras miraba mi vientre.

- Lo estoy y sé muy bien los riesgos que conlleva. – me había informado sobre aquel procedimiento, meterían una sonda en mi vientre para conseguir el ADN de mi bebé y compararla con las muestras que les había proporcionado, sabía a la perfección que la sonda podría romper la bolsa amniótica y yo podría sufrir un aborto..., pero necesitaba saber quién era el padre, aquella duda me mataba por dentro...

- De acuerdo. – dijo el médico antes de empezar a recitar otra vez cual sería el procedimiento quirúrgico y cuáles eran sus riesgos...

Minutos después, me encontraba en la camilla sedada mientras mis amigas esperaban en la sala de espera y mis médicos comenzaban a introducir la sonda en mi vientre...

No recuerdo muy bien que pasó, ya que la anestesia me durmió enseguida, solo recuerdo despertarme varias horas después en una habitación de hospital rodeada de mis amigas.

- Todo a salido bien Mel. – dijo Beca mientras me agarraba de la mano y me dedicaba una amplia sonrisa.

Estuve ingresada esa noche, los médicos querían asegurarse de que tanto el bebé como yo, estábamos bien.

Volví a casa de las Alphas a la mañana siguiente, y comencé a mentalizarme para lo que pasaría después, que iba a pasar si ninguno de los veintiún candidatos era el padre, ¿y si lo era Gavin?, supondría aquello que mi bebé no tendría un padre o al menos nunca llegaría a conocerlo..., ¿y si al decírselo al padre, me obligaba a abortar? Muchas nuevas dudas aparecieron en mi mente, ojalá la lista no hubiese existido, ojalá no me hubiese quedado embarazada.

Había muchos días que deseaba abortar, pero entonces, miraba la primera ecografía de mi bebé, aquella imagen que tenía sobre mi mesilla, la cual me indicaba que era real y que iba a quererlo siempre.

Los siguientes días, fueron realmente horribles, en la clínica me dijeron que me mandarían los resultados a casa por correo, tenía tanto miedo, que no fui a clase esa semana, estuve esperando a que el cartero dejase aquel sobre a mi nombre en el buzón, pero los días pasaban y nunca llegaba...

El viernes, no me quedó otra que acudir a clase, no podía seguir faltando, sino me sería imposible aprobar y pasar de año... Aunque lo intentaba con toda mi buena intención, me resultaba imposible concentrarme, mi mente solo podía pensar en mi bebé y la maldita carta...

Las horas pasaban de forma interminable, solo lograba entender alguna que otra palabra, para lo que hice aquella mañana, mejor no haber ido...

A la hora de comer, quedé con las chicas en la cafetería, ellas entendían mi estrés, pero no lo entendían tan bien como creían, en el caso de Emma, me había acostado con su hermano y ella no lo sabía, pero en el caso de Beca, no solo me había acostado con su hermano pequeño, sino también con su novio, y ambos podían ser el padre de mi bebé...

El resto del día no fue mucho mejor, horas y horas interminables, vi a varios de los candidatos por el campus e intenté aparentar no haberles visto, pero me resultó imposible, Mason fue a abrazarme y me contó que había conseguido que el equipo de futbol americano donase todo lo recaudado en sus partidos a varias ONG...

También me encontré con Jacob en los pasillos, me saludó y me dijo que le habían ofrecido una prueba para entrar en no sé qué equipo profesional y que estaba muy feliz por ello. Por si no fuese poco, me crucé con Ulises y Alex antes de salir de la facultad, Ulises me besó en la mejilla y Alex me preguntó si ya sabía quién era el padre, negué con la cabeza y nos despedimos...

Y cuando por fin llegué a casa de las Alphas, vi a Lucy con el correo.

- Lucy, ¿hay alguna carta para mí? – dije intentando no llamar la atención, Lucy no sabía nada de mi embarazo y prefería que siguiese siendo así...

- Mmm, no sé, voy a mirar. – dijo mientras ojeaba el montón de cartas que llevaba en la mano. – Una revista para Nicky, una carta para Beca, otra para Katy, mmm, una postal de la india para Emma, mmm, sí, esto es para ti, ¿una clínica de planificación familiar? – dijo mientras abría los ojos como platos. – ¿¡ESTÁS EMBARAZADA?! – dijo mientras sus ojos azules salían disparados hasta mi vientre.

- Lucy, dame la carta. – dije obviando su pregunta.

- JODER MEL, ¿Quién es el padre? – dijo pensativa. – ¿es uno de mis hermanos?

- Lucy, dame la carta, y no, no sé quién es el padre, pero dame la carta y lo sabremos.

Lucy cogió la carta entre sus manos y salió corriendo hasta su cuarto.

Yo la seguí, pero llegué tarde, Lucy ya había leído el nombre del padre y en sus ojos podía ver perfectamente cómo se sentía al respecto...

De la A a la ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora