— de-déjame ir — ella pudo recuperar el aliento y comenzó a rogar, miró al chico frente a ella, era alto y esa máscara de gato negro en la cara la intimidaba, más cuando movía la cabeza de un lado a otro con curiosidad, ¿curiosidad tal vez de verla morir? ¿Se deleitaba con su dolor? No lo sabía y no quería saberlo, solo quería irse de ese lugar, había sido altanera y altamente confiada, eso ahora probablemente le costaría su vida, creyó que nadie vendría a desafiarla, estaba enojada pero más temerosa, no tenía aliados cerca, además si se enteraban de su posible muerte nadie la vengaría, todos estaban luchando por una zona de la ciudad con tal de subsistir, su muerte significa la posibilidad de acercarse más a los altos monstruos del bajo mundo, aunque no tenía una posición importante continuaba siendo un avance sustituirla, si logras llamar la atención de un pez gordo podrías tener una mejor posibilidad de obtener más poder.

Shoto sabía que no podía dejarla ir, probablemente volvería por venganza, de esta "humillación", no sabía con quién estaba involucrada, lo mejor era no dejar rastros.

– ¿Estás listo? – escucho a Izuku por su comunicador, una nueva adquisición obtenida shigaraki; se acercó a la chica quien se arrastraba por el suelo buscando una forma de escapar, cuando quiso gritar él tomó rápidamente una bolsa del piso y la metió a la boca de la chica en un movimiento rápido, lo que menos quería ahora es que ella llamará la atención.

Sin esperar más tiempo le apuntó con su mano, aunque se acabó todo el Cloruro de potasio con el que disfrazaba su fuego no lo necesitaba para incinerar a una persona; dejó salir su fuego, observó cómo la chica llegaba a su final mientras se retorcía y gemía, subió la intensidad hasta que dejó de moverse, el fuego seguro llamaría la atención de algún héroe, el tiempo estipulado se estaba acabando y hoy no había ido shigaraki a ayudarlo, una vez termino  envolvió su mano en sus guantes negros, miro el contenedor al lado suyo, lo jalo y lo dejo caer sobre el cadáver carbonizado, escucho el crujir de los huesos y la carne oartiendose, no se preocupaba por sus huellas en la bolsa de basura dentro de la boca de esa peliroja, se había derretido invadiendo su garganta y calladola, nuevamente emprendió camino a casa con ayuda del mapa dado de izuku.













Después de encontrarse con Izuku ya quitarse la ropa y zapatos que usó en el asalto fueron ambos a pasar el rato en un parque cercano, se acostaron sobre el suelo forrado de verde y joven pasto, era como una manta verde cómoda.

Al final la búsqueda de trabajo de Inko es inútil, volvió a desaparecer por un buen rato, por su lado ellos continuaron, no la necesitaban, el aire fresco les daba caricias en el rostro, caricias invisibles, como las que Hisashi Midoriya le daba a Izuku cuando estaba triste, caricias consoladoras como las que Rei Todoroki le daba a Shouto cuando su cuerpo estaba adolorido.

El silencio entre los dos no era incómodo, era bastante relajante, en esos momentos era donde más pensaban y hoy en particular una idea rondaba en su cabeza.

Era una mierda, los d
Quirks eran terribles, sus vidas se arruinaron gracias a los tan aclamados "dones" que la gente estaba empecinada en alabar como si fuera la última agua del desierto, como si fuera el único calor en el frío, el último pan de la hambruna, era tan lamentable y apenas se percatan, no, en realidad ya lo sabían, solo que jamás quisieron pensarlo demasiado, pero ahora que estaba en sus propias mentes en un momento de dudas existenciales podían pensarlo a fondo.

Izuku estaba acostumbrado a estos pensamientos, señalado por su falta de particularidad, su opinión acerca de la gente es que solo eran incomprensibles, se atreveria decir que eran como simios, no, incluso los simios eran más comprensivos que ese montón de bestias que se hacían llamar sociedad.

Por otro lado Shoto estaba molesto, poseer un don, no, dos dones era una sentencia, la gente se te acercaba interesada, dobles caras que solo buscaban un beneficio, gente que te exigía más que el promedio, eso no es malo, ya que es así como algunas personas sobresalen, pero lo hacían a un punto en el que era inhumano, tal vez creían que tener dos dones venía con la particularidad de hacerte mejor al promedio y aunque era así una persona continuaba siendo humano, la gente se cansa, necesita trabajar y descansar, necesita amor y compañía así como tiempo para uno mismo, no eran máquinas que solo existían para satisfacer las expectativas de otros.

Sobrevivirían lo suficiente como para divertirse y ser felices como adolescentes, estaban rotos y por eso dudaban que cuando crecieran serían personas normales, dudaban que cuando crecieran pudieran ser buenas personas, o siquiera que sus vidas serían felices cuando crecieran, no podían ver un futuro así para ellos porque a pesar de que sintieran que lo mereciera tenían la sensación de que no sería el caso, siempre serían perseguidos por sus fantasmas pasados, las acciones de hoy estarían presentes en sus futuros, se rindieron, nadie lo sabía, solo ellos dos, ese era su secreto más importante, no tenían planes de ser grandes porque las circunstancias nunca lo permitirían, ya que sus vidas solo eran un grano de arena en un gran reloj de este material no debían de hacer mucho, no lucharán por un mundo mejor, no trabajaran para hacer feliz a alguien más que no sean ellos mismos, vivirían sus cortas vidas para ellos, se divertirán como niños y disfrutarán como adolescentes, esa sería su recompensa por ver la triste verdad antes de tiempo, la recompensa por quitarles la alegre mentira de sus ojos a la edad de cuatro años, a ambos, incluso sabiendo que había gente que compartía está triste historia ellos no se molestaría en ayudarlos, no tenía caso, son pequeños y pensar tan inmensamente amable no les queda porque no tiene ganas ni el poder para ello.

Cada uno vivirá su vida, la gente le puso demasiada importancia a los dones y por eso que esa misma gente sufría, por sus mismas acciones, se guiaban por la corriente como hojas de árboles secas y muertas, eso era lo que la gente era, gente seca y muerta que se deja arrastrar por las corrientes.

Para Izuku la corriente del desprecio contra los sin don era la principal, esos humanos lo vieron como un muñeca de porcelana que podían pisotear y romper a su gusto, solo por un "defecto" lo satanizan y lo mataron con golpes y palabras.

La disconformidad dentro del corazón anteriormente  bicolor arde, arde demasiado al punto que duele, la gente era tan hipócrita, torturan a un niño por algo tan banal y alaba a otro como un dios olvidándose de su humanidad, es esa misma gente la que es discriminada por sus patéticas particularidades, es esa misma gente que sufre el maltrato de otra gente con dones "superiores" y que al mismo tiempo la alaba,  esa misma gente se encargó de exigir a un punto inmensurable a un niños que no saben nada, de  destruir sueños solo porque "la profesión es demasiado grande para alguien tan pequeño e inútil" ven a los héroes como dioses que deben de ser idolatrados y es aquí donde la corriente de Todoroki empieza, alabando a un monstruo, aunque la profesión de héroe es admirable si está no estuvieran tan manchada y trastornada le queda demasiado grande, a él y a Endeavor.

Todoroki ha perdido la definición de héroe y no le interesa recuperarla porque está cansado de que sea el único tema que gira entorno a la gente, los dones, pensar en ello lo agobia, la gente ha olvidado lo que hace especial a los demás de verdad, han olvidado que la identidad de cada individuo es su valor real, es como si hubieran cambiado una moneda de oro por una de cobre, era triste, la gente olvidó que antes de los dones lo que en verdad importaba eran las habilidades de cada persona, esas habilidades que no te hacían mejor que nadie solo por tenerlas, lo que en verdad contaba era como las utilizarás y para que, las habilidades de dibujar, cantar, contar, ser buenos en la escuela, todas y cada unas de esas cosas que incluso si alguien no pudiera manejar bien aún existía la posibilidad de mejorar en esos aspectos, era lo que antes hacía por así decirlo "divertido" al mundo, pero con la llegada de los caprichos incluso si tuvieras una habilidad que nadie tiene y está está limitada por alguna razón, ya sea hereditaria o corporal jamás podrías mejorarla, aquellos que tenían dones excepcionales estaban en podios condenados a ser la grandeza, las habilidades de la gente quedaron fuera del plano y por eso alguien sin don jamás sería reconocido por su inteligencia y creatividad, al final los dones solo eran una marca.

Ahora solo debían hacer lo que ellos quisieran, cada grano de arena en el reloj hacia lo que les daba la gana sin pensar en los otros, ellos no tenían ganas de ser diferentes, sobrevivir a la inutilidad de Inko asaltando unas cuantas tiendas fue prioridad, estaba mal, pero todo está trastornado, ellos han cambiado, y por una tienda que robaran nadie morirá, no al menos que ellos lo quisieran, sabiendo lo que ahora eran capaces de hacer no podían sentirse culpables o tristes por sus acciones, ellos están trastornados o como los demás lo dirían "enfermos", no tenían porqué decidir sobre la vida de la gente, cómo la gente a ellos.

No sé arrepentía de ello, al final hacer todo lo que hicieron hizo que se conocieran, al final sus mentes enfermas son las que los mueven en el día, simplemente han dejado de ser niños inocentes.

Nueva MetaOn viuen les histories. Descobreix ara