Nueva Meta

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Todoroki tenía un buen amigo, incluso si no experimento la amistad de primera mano hasta ahora el sabe que Izuku era un buen amigo, si tan solo la gente se diera a la oportunidad de conocerlo sin esos prejuicios de  por medio, pero la gente es idiota, Izuku era una persona, pero todo a su alrededor lo hacía lucir como una muñeca de porcelana, una muñeca que la gente se enfrasco en destruir y romper, simplemente no puede entenderlo ¿Que tiene de malo no tener don? Tal vez esa no es la pregunta que quiere hacer, aún así si alguien se la hace por la calle el seguramente respondería que no tiene nada de malo, no tener don no te hace diferente a los demás, las probabilidades de que un civil se convierta en héroe son bajas, los alumnos de instituciones dedicadas a dicha profesión a menudo abandonan los cursos, esto por diversas razones, no tienen lo necesario, se rinden porque los cursos son "intensivos", se aburren o mueren en las prácticas, etc.

Entonces si acaban siendo civiles no son diferentes a alguien sin don, porque jamás utilizarán los suyos para nada, porque algunos no son útiles para nada, otros son tan extraños que cuando les encuentras un uso este no es precisamente útil para los actos heroicos.

La gente se enfrascada en una sola palabra " particularidad " y de esa forma olvidaron las otras cualidades que te hacen humano, aquellos que carecen de poderes o poseen dones inútiles son pisoteados y estos últimos se pisotean entre si, no le molesta lo que le ocurra a la gente pero lo que si le molesta es que no vean la gran persona que era su amigo.

Lo que más le molestaba de la situación era que el maldito de Katsuki Bakugo fuera el Endeavor de Izuku, porque ese pomerania rabioso siempre estuvo susurrando a la oreja del peliverde que era un inútil, una basura, un bastardo iluso que jamás sería un héroe, porque ese malnacido lo golpeó y lo pisoteo solo por diversión, lo torturó hasta casi arrebatarle las manos, jamás hubo consecuencia para ese malnacido, solo por el hecho de que tenía un don increíble y todos se dedicarán a lamerle los pies al bastardo, algo tan estúpido, escapaba de su lógica ¿Porque demonios concenterias a un idiota que es la máxima representación de un delincuente juvenil? El idiota es aspirante a héroe y lo único que hacen es solaparle sus idioteces, alentarlo y aludirlo por golpear gente, torturar e insitar al suicidio, esa escuela estaba patas arriba.

Ahora Izuku estaba lejos de su agresor y eso lo calmaba, aunque no significaba que estaría lejos de burlas, continuamente se encontraba con antiguos alumnos de Orudera quienes con solo verlo lo reconocían y no perdía el tiempo para actuar como retrasados, actuaban como niños pequeños que se rían de los chistes de penes.

Izuku ya tenía suficiente con las miradas y palabras que apuñalaban constantemente su orgullo y aún así Inko decide ser una carga, no quería insultar a la mamá de su mejor amigo aunque a este no le molestaba en absoluto, nunca lo escucho referirse a Inko como "mamá" o "madre" el pecoso solo le decía "esa mujer" o simplemente "Inko" quien constantemente estaba siendo una piedra en el zapato de Izuku, esa mujer simplemente no podía pararse sobre sus piernas y conseguir un trabajo digno, marchaba como un muerto por las calles y los empleadores apenas la veían decían no, Izuku y él estaban teniendo problemas económicos, ya han pasado 3 meses desde que Inko se digno a buscar trabajo, búsqueda totalmente inútil gracias a una apariencia no muy bonita y un expediente manchado de idioteces, pagar impuestos era difícil, tenían que organizar el dinero y distribuirlo, buscar formas de que rindiera hasta fin de mes para pagar la renta, otra maldita piedra en su zapato que no dejaba de molestarlos a ambos, la luz, el agua, Izuku le estaba por salir canas del estrés, ¡Alguien de 15 años no debería estar financiando el dinero de una vivienda! Ese era trabajo de la perra que tenía por madre, Izuku se para cada día pensando cómo demonios van sobrevivir y aunque él ya le había comentado de que no planeaba vivir mucho tiempo quería vivir unos buenos momentos, los últimos de su vida en armonía, felicidad y tranquilidad al lado de los únicos amigos que tenía, y la imbécil de Inko está constantemente interponiéndose en sus planes.