Desconocidos [✔]

Verano I

Una semana había pasado tras la graduación y las fiestas en toda la ciudad habían aumentado muchísimo, aproximadamente cada dos días había una nueva fiesta, ya sea en la playa o en la casa de alguna persona.

Me merecía esa diversión y descanso así que mis padres no tienen problema en que asista a algunas, siempre y cuando me cuide en la bebida y vuelva a casa sano y salvo.

Él calor no se quedaba atrás, casi todos estos días estuvo muy pesado, en el horario de la tarde era casi imposible estar en la calle, no se soportaba.

Elliot estaba frustrado porque no quiero tener sexo con él, estar con alguien demasiado cerca y sudar no es algo que me guste mucho, así que le pedí un descanso de eso al menos hasta que los golpes de calor cesen un poco.

Me coloqué un pantalón corto de color rosa y una camisa blanca, la abrí un poco para que mi pecho esté al aire libre, tomé mí celular y bajé a la cocina, hoy había fiesta en la playa y Hunt pasaría por mí en un rato.

—¡Ya me voy!— saludé a mis padres.

—¡Sí vas a quedarte a dormir en lo de Elliot avisanos!— habló mí mamá.

Salí fuera de la casa a esperar a mí novio él cuál no tardó mucho en llegar.

Frenó la motocicleta en frente mío y pude verlo vistiendo unos shorts negros y una camisa negra también, aún en verano jamás cambia ese color.

—Creí que no te gustaba usar pantalones cortos— arquee una ceja.

—Hoy hacía demasiado calor y bueno...— colocó las manos en sus piernas—. Tengo que mostrarlas.

—Te queda muy bien, tus piernas son tan... blancas— sonreí y pasé mi mano por una de ellas.

—No hagas eso...— negó con la cabeza y se puso serio—. ¿No te das cuenta que tienes un poder descomunal ante mí? Un roce contigo me hace estremecer.

—Tendré que hacerlo más seguido— me mordí el labio.

—Si lo haces vamos a tener el sexo que me negaste toda esta maldita semana— me miro seriamente—. ¿A caso no entiendes que te quiero sobre mí?

—C-cierra el pico— me sonroje y negué con la cabeza—. Vámonos.

Elliot rió y arrancó su motocicleta luego de que yo me subiera para comenzar nuestro camino a la fiesta.

Las fiestas en las playa son muy geniales, hay fogatas, juegos, mucho alcohol y la mayoría se quedaba esperando el amanecer sentados en la arena, algo que quería hacer esta noche con Elliot.

Llegamos a la fiesta, la música sonaba muy alta y había luces de colores por todos lados.

En la arena había puestos de bebidas en las cuales las más vendidas eran las tropicales con alcohol y algunos mariscos para acompañar.

Nos dirigimos a un puesto, Elliot se pidió una simple cerveza y yo un mojito "cubano".

Las personas bailaban sin cesar y la mayoría ya estaba ebria, había parejas besándose por cualquier lugar de la playa y otras tomaban descontroladamente como si fuese el fin del mundo.

La música que sonaba era electrónica y de vez en cuando se escuchaba algo de reggaetón.

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Terminé el cuarto mojito de la noche y ya estaba demasiado mareado, la risa se apoderó de mí y la vista se me nublaba.

—Hey...— reí y miré a Elliot.

—¿Que pasa pequeño?— él rió al darse cuenta de mí estado.

—Ya no hace tanto calor...— acaricié uno de mis pezones—. Vayamos a tener sexo.