Prólogo

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Me hubiese gustado despertar en paz y tranquilo, con el sonido de la alarma, pero no, los gritos de mi familia fueron los que me despertaron de golpe. Decidí levantarme en pijama y con toda la furia del mundo fui a ver el porqué de los gritos en la planta baja de mi casa.

—¡Es que siempre es lo mismo!— Gritaba mi mamá a mi papá—. Siempre es esto, siempre es lo otro, que el trabajo, siempre tienes un maldito problema y vienes con tu malhumor a nuestra casa.

—¡Como quieres qué no esté de malhumor si ni siquiera eres capaz de recibirle bien luego  de pasar horas trabajando!— Le gritó mi papá.

—¿¡Pueden callarse de una vez!? Algunos tratamos de dormir. Haganme el favor de resolver sus malditos problemas en voz ¡baja!— Dije y hasta yo mismo quedé atónito por haberles gritado, a ellos, a mis padres. Solo se limitaron a mirarme y empezar a "hablar" más bajo.

Volví a mi habitación y me cambié para bajar a desayunar. Me puse una camiseta blanca con un suéter rosa y unos pantalones negros, también me coloqué mis piercings de la nariz y de la oreja. Cuando baje el desayuno estaba en la mesa y mi madre estaba sentada esperando a que yo baje.

—Mamá...— Ella sólo se llevó las manos a la cabeza.

—Lo siento... yo sé que esto es difícil, vamos a tratar de que las cosas mejoren, tu papá fue a buscar leche ya que no había, ¿tu hermano no va a bajar?— dijo en un tono muy suave.

—Eh... se supone que lo cubriría pero, se fue con su novia anoche a escondidas— Mi madre y yo reímos al unísono.

—Pues cuando venga tendré una charla con el— Dijo sería pero con ese toque sarcástico.

El desayuno fue normal, café y tostadas, nada fuera de lo común, tomé mi celular y me fijé en la hora, eran las 7:30 am, todavía tenía algo de tiempo antes de ir al instituto así que salí caminando súper despacio, obviamente escuchando música, Verbatim de Mother Mother para ser exactos, me gustaba mucho esa canción. Llegué al instituto y me encontré con el, con mi novio

—Estas hermoso, como siempre, Nico— Matt me dio un corto beso en los labios y yo sonreí.

—Eres un sol— dije y crucé mis brazo alrededor de su cuello. Llevábamos siendo novios 4 meses, nuestras familias nos aceptaron sin problemas y en el instituto se podría decir que somos una pareja "popular", Matt es el capitán del equipo de Fútbol, lo sé, típico. Y yo bueno, yo soy un adolescente que siempre tiene una sonrisa en su cara y tiene una personalidad tan cálida como sol, pero hoy no era un día donde este así, hoy particularmente, estoy muy malhumorado por el numerito que hubo en mi casa.

Dejé mis cosas en el casillero y me dirigí a la primera clase, era Lengua y Literatura, por suerte estaba mi mejor amiga y amigo conmigo, no iba a ser tan aburrido después de todo.

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—¿¡Qué!? ¡Usted está mal, mi trabajo está perfecto, no puede ponerme un uno por haber hablado con la verdad en mí ensayo!— Dije gritándole al profesor, que, como dije, me puso un maldito uno en mi ensayo.

—¡Soy el profesor y deberías tener más respeto y aceptar que no en todo nos va bien!— Dijo el adulto enojado mientras todos los alumnos nos miraban.

—¡Es injusto no es posible qué...— él profesor me interrumpió.

—Eso es todo, vaya a detención señor Datchs— negó con la cabeza.

Sabía que si seguía diciendo algo iba a ser peor, así que simplemente muy enojado tome mis cosas y salí tratando de no azotar la puerta, rumbo a detención. Apenas llegué la profesora que cuidaba el salón me miró asombrada y prefirió no decir nada e indicarme mi asiento, yo era el único estupido que estaba ahí, pensando en que ¿Por qué justo hoy tenía que tener malhumor?, me aburría tanto que solo usaba mi celular o miraba la hora, se hacía eterna la espera hasta que entra otro alumno.

—Ah, señor Hunt, no me sorprende verlo acá, entre y tome asiento— Dijo la profesora y yo miré al chico, jamás lo había visto en la escuela, pelo negro azabache, ojos celestes, piercings en el labio y oreja, pantalones de Jean agujereados, camiseta blanca y una chaqueta de cuero negra que combina con su pantalón negro, sacado de un libro claramente. Él simplemente me miró de reojo y se sentó unos dos asientos detrás mío.

Sentía que me quemaba con la mirada, era muy incómodo el sentimiento, había un silencio total que hacía incomodar aún más la situación, si tan solo pudiera distraerme con el celular todo sería más sencillo y podría hasta sentir que el tiempo va más rápido.

—Chicos, los dejo solos un momento, tengo algo importante que atender en dirección, no salgan o se le alargará el castigo— Dijo la profesora saliendo del salón y yo, obviamente tan metido se me ocurrió abrir la maldita boca y preguntar solo por curiosidad.

—¿Por que te mandaron a detención?— pregunte con una sonrisa amable en mi rostro y el chico solo me miró con sus ojos claros vacíos y sin expresión alguna levantando una ceja. Me hizo estremecer que sentí mis mejillas arder y el solo soltó una carcajada.

—Me encontraron fumando en el baño— dijo seriamente.

Típico cliché de chico malo, es que las tiene todas parece. Es muy gracioso.

—Bueno pues claramente las reglas dicen qué...— me interrumpió.

—Se lo que dicen las reglas, no me van a detener si quiero un cigarro a estas horas.

Solo me limité a mirarlo y sonreír, de verdad este chico parece difícil, me agradan las personas así, aunque pueden ser muy duras a veces. Me levanté para acercarme a él y poder seguir hablando.

—¿Te gustaría saber por qué estoy acá?— Sonreí.

—No, seguro por usar el celular en clase o reírte como siempre, Datchs— Me quedé en shock cuando pronunció mi apellido, ¿Él me conocía?—. ¿Eh? ¿Por que pones esa cara? Todos te conocen, después de todo tu novio es el capitán del equipo más importante de la escuela.

—Ah, ya, así que soy popular por él — reí al decir eso y el solo soltó una sonrisa de lado—. Oh, y no estoy acá por usar el celular, le grité a un profesor, estaba de malhumor y creo que desaprobó mi ensayo injustamente, levanté un poco la voz...— él me miró arqueando una ceja y pronunció.

—Vaya... el más inocente de la escuela no es tan inocente como todos creen— lo miré frunciendo el ceño.

—A todos les puede pasar eso— solté

—Si, solo a los idiotas que no pueden controlar su humor— dijo en tono burlón.

—¿Disculpa? ¿Me acabas de insultar? Ni siquiera te conozco— dije algo molesto.

—No es que me importe— dijo mirando hacia la ventana.

No podía creer que me haya dicho eso, es un sinvergüenza pero aún así parece una persona extrañamente interesante, siempre se me dio bien hacer amigos, pero ¿convertime en amigo de éste malhumorado? Me encantan los desafíos y esto definitivamente es uno y creo que puedo superarlo, aunque no me gustaría forzar las cosas, solo debería lograr que él se sienta cómodo.

Además, supongo que con ese carácter muchos no lo deben soportar y yo tengo mucha paciencia y es muy difícil hacerme enojar.

...Después de todo, ¿Que podría pasar?

Desconocidos [✔]On viuen les histories. Descobreix ara