Capítulo 16

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Elliot

Había sido un completo idiota. Tan solo no debí haberle dicho esas cosas, las hubiese dejado ocultas, tal como estaban. Llevé las manos a mí cara a modo de frustración y di un largo suspiró. Me coloqué los auriculares y comencé a reproducir una lista de música en Spotify. Pero aún así, la música no podía distraerme de los desbordantes pensamientos que había en mí cabeza.

Quería gritar, quería llorar, quería romper algo, estaba enojado, quería fumar para aliviar lo que me generaba esto. Necesito marihuana pero me prometí que no lo haría... Esto es muy complicado, no quiero ir a un asqueroso centro de rehabilitación, quiero hacerlo yo mismo, pero ahora tengo muchas ganas, demasiadas.

Tomé mí celular y abrí la aplicación para mandarle mensaje a mí mejor amigo. Él chat de Nicholas sigue ahí, ignora mis mensajes. Cerré los ojos fuertemente. No puedo creer que esto esté pasando.

Le dejé un mensaje a David sobre reunirnos a fumar en su casa. Él vivía solo así que como siempre, supongo que no habría problema.

Esperé unos minutos y obtuve una respuesta, claramente era un "si" rotundo, así que tomé lo que tenía y salí de mí habitación rumbo a la casa del moreno.

-Vuelvo en un rato- Miré a Katie quien se encontraba dibujando-. No tardo.

-¡Ten cuidado!- me dedicó una gran sonrisa y le devolví una también.

Katherine es una de las personas por la cuál sigo en éste mundo. No podría dejarla sola, ella no lo soportaría y yo tampoco soportaría verla sufrir o el hecho de tan solo imaginarla llorar desconsoladamente rompe mí corazón en dos. Debo seguir, por ella.

El día estaba gris y aburrido. Hacía bastante frío y el pronóstico dijo que habría abundantes lluvias en estos días. Sonreí al pensar que Nicholas debía estar feliz ante tal pronóstico. Aunque él haya huido de ese momento, no puedo dejar de pensar en él o enojarme con él "rubio" y sobre todo, no quería rendirme con él.

Luego de un par de calles pude llegar a casa de David. No era una casa ni grande ni pequeña, no estaba mal para su edad. Después de todo tan solo tiene 21 años y ya cuenta con casa propia, es algo difícil de lograr sí se piensa con detenimiento.

Golpeé la puerta como acostumbraba a hacer y escuché un "pasé" desde dentro. Entré y pude ver al moreno de baja estatura con el pelo rojo sentado en su sofá.

-¿Que hay?- saludé con el puño a David y me senté a su lado.

-Todo cool bro- Su voz sonó relajada y reía un poco, estaba drogado.

-¿Ya comenzaste?- inquirí.

-Pff, ¿cómo crees? Te estaba esperando- sonrío.

-Ajá- negué con la cabeza y esbocé una sonrisa-. Pasámelo.

David me pasó el rollo de marihuana y lo miré unos segundos antes de llevarlo a mí boca y prender la punta para luego inspirar el humo, retenerlo en los pulmones y finalmente espirarlo. David conseguía la de mejor calidad así que no tardaría en hacerme efecto. Quería sentir que volaba en éste mismo instante, quería desaparecer.

Con él teñido también me gustaba estar en silencio, solo fumabamos y si queríamos hablar de algo lo hacíamos, pero mayormente era completo silencio. Eso no quería decir que no le contaba mis cosas él está al tanto de todo, es como él hermano mayor que jamás tuve. Era un bromista en su máximo esplendor, pero cuando debía decirme algo o darme algún consejo, lo hacía de la manera más sería que podía existir. Tiene un talento magnífico para escoger las palabras a decir verdad.

Desconocidos [✔]Where stories live. Discover now