∆ Capitulo 49∆

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Un torbellino se formó en el salón luego de que cerrara los ojos para poder canalizar su magiadentro de mí ser, y mezclarla perfectamente con la mía, para que el golpe fuera verdaderamente ofensivo.
El ataque llego sin interrupciones a su destino, ya que habíamos tomado totalmente desprevenido a Yahvéh. La magia pura lo golpeo, haciéndole caer de rodillas, el miro desconcertado por uno
segundos y se volvió a erguir. La batalla había comenzado.
Dios se rio maniáticamente al ponerse en pie y de inmediato conjuro un rápido hechizo, el cual provoco dos espadas dirigiéndose a nuestros estómagos a una velocidad enorme. Yo conjure un escudo, Kelian simplemente la esquivo de un salto demasiado alto.
Dios no se hizo esperar, y conjuro una lluvia de cuchillos, los cuales nos dieron ciertos problemas para esquivarlos y bloquearlos. De inmediato conjure un hechizo de viento, haciendo volar al
todopoderoso por los aires y chocar con el trono.
Jehová volvió a reír estruendosamente mientras se ponía en pie, para luego conjurar otro hechizo. Inmediatamente una nube de humo inundo el lugar y cuatro monstruos blancos se hicieron
presentes en la habitación.
Quimeras, podía escuchar la voz de las hermanas contándome que eran aquellas criaturas, que normalmente servían de mensajeras, pero que el día de hoy, estaba más que segura que su misión era otra.
Dos de ellas se precipitaron contra Kelian y las otras dos restantes contra mí. No pude pensar demasiado, por lo que solo conjure otro escudo enorme, mientras Kelian había blandido su espada y ahora se encontraba en medio de una batalla cuerpo a cuerpo con aquellas feroces criaturas y parecía estar llevándolo bien.
Por mi parte, cuando me canse de que arremetieran contra mi escucho, conjure algo un poco másingenioso, llame a las Furias del Infierno, claramente tomando un poco de magia negra prestada, y deje que libraran la batalla por mí.
En ese momento me percate que no éramos los únicos peleando contra Quimeras, pues el resto del bloque estaba siendo azotado por unas cuantas. Cerré los puños, me sentía histérica, rabiosa, cada vez que veía como mi gente era herida me descomponía, tenía que acabar con este cretino antes de que el acabara con nosotros.
“Kelian, ¿cómo carajos lo debilitamos?”- formule en mi mente, justo cuando él le daba muerte a la primer Quimera, aun le quedaba la segunda.
“Que gaste su magia, crea distracciones”- me respondió y yo asentí casi imperceptiblemente con la cabeza.
Volví a tomar prestada magia que no era mía, e invoque aún más Furias, que se fueron precipitando dentro de la habitación como aves de rapiña, atacando directamente a Jehová. Este por su parte se defendía con gran soltura, pero el número de Furias era bastante grande por lo que le ponía un poco en apuros.
Tome aire y conjure otro hechizo, de nuevo viento, para complicarle las cosas. Por su parte, él se deshizo de dos Furias con un empujón de su mano, y luego conjuro algo, que no supe que era hasta
que fue demasiado tarde.
Me encontraba en el suelo, una mano invisible me había golpeado, y ahora estaba estrangulándome sin piedad. Mi rostro estaba rojo mientras intentaba a toda costa respirar, comencé a patalear, realmente me estaba asfixiando.
Pude escuchar a Yahvéh reír estruendosamente, mientras la mano se cernía aún más fuerte contra mi garganta. Oí un grito, y una ola de magia negra me alcanzo. Sentí el aire nuevamente alcanzar mis pulmones, estaba respirando.
Me incorpore como pude, y pude ver como Kelian estaba arremetiendo contra el todopoderoso, quien se había desembarazado ya de todas las Furias, pero que ahora estaba ocupado esquivando la magia negra que le era lanzada sin piedad.
Kelian convoco una especie de tormenta dentro que la habitación, de la que se servía de una especie de rayos de un color morado muy extraño para atacar al altísimo. Dios, por su parte, había creado grilletes que impedían a la Bestia moverse de su lugar, y ahora mi chico estaba rodeado de serpientes sumamente extrañas.
Me apresure para conjurar otro hechizo que complementara los rayos de Kelian, descargue lluvia sobre Yahvéh, que era por supuesto, excelente conductora de electricidad. Le escuche jadear cuando fue electrocutado ferozmente, momento que aproveche para canalizar en mi parte de la magia de Kelian.
Volví a golpearlo con la mezcla de magias como al inicio de la batalla, vi como el trastabillaba ycaía, pero se puso en pie igual de rápido como cayo.
Otra quimera se materializo frente a mí, y de inmediato blandí mi espada para en trincarme en batalla. Mientras peleaba contra aquel monstruo vi como Kelian luchaba por desembarazarse de aquellas serpientes que intentaban reptar por su cuerpo.
Conjure un hechizo llamado llave maestra, y pues era obvio lo que hacía, abría cualquier tipo de cerradura. Fue así como logre liberar a Kelian de los grilletes, posibilitándole escapar de aquellos asquerosos ofidios.
Seguí intrincada en mi pelea, al tiempo que Kelian arremetía una y otra vez contra el todopoderoso con múltiples conjuros o ataques directos de su magia. Vi como el resto de los soldados había
logrado acabar con más de la mitad de las quimeras y pude sonreír, casi no había bajas entre ellos.
Luego de blandir mi espada varias veces y alcanzar a la Quimera en varios sitios, y que ella lograra provocarme algunas heridas de gravedad, le di muerte a la criatura y me volví para arremeter contra Dios.
Cuando pude fijar mi vista en mi objetivo, no pude creer lo que estaba viendo. El y Kelian estaban peleando cuerpo a cuerpo. De alguna manera la Bestia había logrado llegar donde él y ahora estaban intrincados en batalla.
De todas formas ese no era el problema, sino que el problema radicaba en la enorme cantidad de sangre que mi chico estaba perdiendo por un corte al costado de su vientre. Me estremecí, y la desesperación se apodero de mí.
Arremetí con fuerza, atacando a Dios por la espalda, y enterrándole la espada en uno de los hombros. El profirió un grito, pero no cayo, por el contrario, se dio vuelta blandiendo su espada y alcanzándome en uno de los brazos, que no logro amputar porque me moví lo suficientemente rápido como para evitarlo.
Deje escapar un grito, el dolor era impresionante, la herida que me había provocado no era una cualquiera, esta quemaba, como el Infierno. Kelian arremetió contra él, blandiendo su espada y alcanzándolo en uno de los costados.
Yahvéh dejó escapar unos gritos y blandió su espada chocando con la de Kelian, quien lo había bloqueado.
Nos intrincamos en una batalla de dos contra uno bastante sangrienta, en la que yo lograba mechar golpe de magia entremezclada, logrando debilitar a Dios cada vez más, dándonos la posibilidad de ganar.
El problema estaba en que nosotros también nos estábamos debilitando, y no sabía hasta qué punto podríamos aguantar.
Vi como nuestra escolta acababa con la última de las casi cincuenta Quimeras, y comenzaba a empuñar contra el todopoderosos sus armas de largo alcance y también múltiples conjuros que lograban debilitarle.
La batalla duro más o menos una hora más, en la cual Dios invoco más Quimeras y otros tipos de monstruos para privarnos a Kelian y a mí de la ayuda de nuestro ejército. Nosotros estábamos muy heridos, Kelian menos que yo, pues sus técnicas de batalla estaban mucho más pulidas que las mías
“Debemos atacarlo a la vez, concentrando nuestra magia en la hoja de nuestras espadas, porquede lo contrario, terminara acabando con nosotros”- le oí a Kelian decir en mi mente con algo de desesperación, no nos encontrábamos muy bien.
“Tienes razón, hay que hacerlo”- coincidí, y nos dispusimos a esperar el momento indicado para poner en practica nuestro pequeño plan.
Cuando de un momento a otro, Dios se alejó para re posicionarse, ambos nos miramos, y decidimos que habida llegado el momento. Cerramos nuestros ojos momentáneamente y comenzamos a concentrar nuestra magia, esta estocada doble tendría que ser la que nos asegurara la victoria oestaríamos perdidos.
“A la una”- dije en mi mente.
“A las dos”- contesto él unos segundos después
“¡A las tres!”- formulamos el pensamiento al mismo tiempo, y en cuando Dios arremetió contra nosotros, blandimos nuestras espadas de tal manera que logramos atravesarlo con todo el poder de nuestra magia.
Dios profirió un grito de dolor, la magia se había metido dentro de su cuerpo, causando severos estragos, dignos de su altura.
-Hijos de perra- grito, cayendo al suelo de rodillas.
No perdí más tiempo y conjure un hechizo trayendo hasta aquí el fuego infernal, sirviéndome de la magia de Kelian combinada con la mía obviamente, y logrando encerrar a Jehová dentro de un aro de fuego del que no podría escapar.
-¿Que hacemos ahora?, es inmortal, por más que queramos, no podemos acabar con su vida, aunque este así de débil- le pregunte por lo bajo a Kelian.
Hay que expulsarlo de esta dimensión del universo y encerrarlo en una dimensión a la cual están relegadas las criaturas más oscuras- dijo el firmemente.
-Ah ya sé de qué me hablas- dije recordando que ya me habían mencionado dicha dimensión
anteriormente.
-Ven, debemos conjurar un portal-dijo y su voz tembló, estaba pálido, había perdido mucha sangre,y apenas podía mantenerse en pie.
Por mi parte, yo no me encontraba en mejores condiciones que él, pero de igual forma nos pusimos en marcha hasta el centro de la habitación y nos tomamos de las manos, a lo que él me miró fijamente a los ojos.
-Repite todo lo que yo diga, y canaliza ambas magias al conjuro, esto realmente nos debilitara casi hasta caer, además de que es severamente peligroso- hablo seriamente mirándome directamente a los ojos.
-Lo haré- asegure con firmeza y el me regalo una pequeña sonrisa.
Kelian comenzó a hablar cerrando los ojos, y yo me dispuse a imitar todo lo que él hacía y decía.

Nunc tenebris et non in lucem.
Tenebrae inanimatum.
prohibetur et distant tenebris.
Aperi mihi, mihi factum est.
Vetitum est.
Et non est transgressus iter.
Aperi mihi, mihi factum est.
Vetitum est.
Et non est transgressus iter.

Oscuridad sin luz presente.
Oscuridad sin alma.
Oscuridad lejana y prohibida.
Abrid mi paso, dejadme pasar.
La puerta prohibida.
El sendero no cruzado.
Abrid mi paso, dejadme pasar.
La puerta prohibida.
El sendero no cruzado.

Un viento digno de un huracán se arremolino dentro de aquella habitación, provocando que todos los soldados se tiraran al suelo, mientras las Quimeras y demás criaturas eran elevadas por los
aires en un torbellino.
Kelian me tiro al suelo, protegiéndome bajo su cuerpo, mientras ambos cerrábamos los ojos con fuerza, como si con ello pudiéramos evitar ser arrancados del mismo.
Un estruendoso y desgarrador ruido retumbo dentro de aquellas paredes y estoy más que segura que también lo hizo fuera de ellas. Se sintió como si el cielo se desgarrara, y de un momento a otro el viento se detuvo, y una horrible clama inundo el ambiente.
Kelian se levantó, ayudándome a hacerlo en el acto, y al levantar mi vista lo que me encontré me robo todo el aire de mis pulmones. Había literalmente una grieta en el espacio tiempo frente a nosotros, y una oscuridad cegadora se podía ver a través de ella.
-Debemos apresurarnos, las criaturas de ese mundo no demoraran mucho en encontrar la grieta, y por nada en esta vida queremos eso- dijo Kelian apresurándose a caminar en dirección a Jehová, quien miraba aquello con los ojos desorbitados.
Me apresure a alcanzarlo, y conjure el fuego Infernal a que se cerrara también bajo el maltrecho Yahvéh, le había confeccionado una jaula. Kelian comenzó a conjurar un hechizo de levitación, mientras el todopoderoso rogaba que le concediéramos perdón, que tuviéramos piedad. Por supuesto que jamás escucharíamos sus suplicas.
Me uní a mi chico en el conjuro y entre los dos logramos hacer levitar la jaula de fuego, dirigiéndola lo más rápido que podíamos en dirección a la amenazante grieta ubicada justo en el centro de aquella habitación.
Dios rogaba a no más poder, pero nosotros no escuchamos ni una de sus suplicas y nos dispusimos a llevarlo sin mirar atrás. El dejo escapar un grito de agonía cuando se encontró a si mismo frente a aquel oscuro lugar.
Sentí mi pulso temblar, podía sentir algo acercándose a través de la grieta, algo que definitivamente no podíamos dejar pasar a este mundo.
-Ahora- grito Kelian.
Entonces concentramos nuestra magia, y con un golpe de la misma empujamos la radiante jaula dentro de la grieta. Dos segundos después la oscuridad se tragó por completo la figura del todopoderoso, de una vez y para siempre.
Kelian comenzó a conjurar otro hechizo con rapidez, estaba intentando cerrar el portal antes de que lo que sea que quería cruzar lograra hacerlo. Fue entonces que comencé yo también a pronunciando, elevando mi voz al cielo.

Close malum, et clauserit ostium.
Cover non ambulasti in via.
Close malum, et clauserit ostium.
Cover non ambulasti in via.
Aufer tenebras odio.
Cover introitus, ine illud..
Cover introitus, ne locum suum.

Cierra el mal, cierra la puerta.
Tapa el camino no transitado.
Cierra el mal, cierra la puerta.
Tapa el camino no transitado.
Llévate la oscuridad mal recibida.
Tapa la entrada, impide el paso.
Tapa la entrada, impide su paso.

En el instante en que terminamos de pronunciar el conjuro, unos ojos negri-rojos como los que había visto en Benjamín se hicieron ver a través del portal, pero justo cuando la criatura iba a pasar, la grieta se cerró manteniéndonos a salvo.
Oí el aire escapar de mis pulmones, y mi vista se nublo completamente. No tengo ni la más pálida idea de lo que sucedió luego de ello.
Cuando volví a abrir los ojos, me encontré con la mirada de Kelian, quien estaba a mi lado, arrodillado. Seguramente me había desmayado, pues había varios soldados a mi alrededor con el rostro contraído por la preocupación.
-¿Que paso?- dije llevándome la manos a la cabeza, me dolía como la mierda.
-Te has desmayado en cuanto el portal se ha cerrado- explico Kelian e hizo una mueca- ¿estás bien?- pregunto realmente preocupado.
-Sí, lo estoy, ¿todos están bien?- pregunte mirando hacia la multitud de soldados, estaban llorando, llorando de verdad, abrazados y temblando.
-Si- dijo Rafael, quien se encontraba a mi lado, y yo no me había percatado de ello- solo están felices y abrumados, creo que es una reacción lógica luego de todo lo que paso- hizo una mueca y sonrió.
-¡Rafa!- exclame con felicidad y me lance a sus brazos para estrecharlo en un abrazo, pues por un momento pensé que no volvería a ver a ninguno de mis seres queridos nuevamente.
El me estrecho contra sí, podía sentir la tensión escapando de su cuerpo, listo ya todo habíaterminado. Me separe de él y sonreí, Isaías revolvió mi cabello y luego hizo lo mismo con el de Kelian quien estaba a mi lado, para luego retirarse. El sacaría a las tropas de aquí, pues ya no eran necesarios los soldados, la guerra había terminado.
-Joder, joder, joder- exclamo Kelian- ahora si no hay excusas, esta misma noche te haré mía- dijo abalanzándose sobre mí para atrapar mis labios en un largo y tierno beso. Reí en medio del mismo, Kelian era Kelian, y siempre lo seria.
-Te amo- dije y me perdí en sus labios.

Hola!!
Cómo están?
Ya falta solo un capítulo y el Epílogo 💔
Pero no sé preocupen, estoy preparando el segundo libro 💜

Bueno, que les pareció este capítulo?
Las leo 😎❤️💜

Tres Mundos:El fin de los tiempos. [En Corrección]Where stories live. Discover now