∆Capitulo 43∆

46 18 3
                                    

Luego de algunas miradas de sospecha, y de preguntas tratando de averiguar qué era lo que había hecho, decidí que lo mejor era contarle como había llegado hasta allí. Mi madre pareció realmente
orgullosa luego de que le contara, e incluso Agramon me felicito por haber conjurado mi primer hechizo de forma exitosa.
-Me alegra tanto que estés aquí- hablo mi madre- es una lástima que no puedas quedarte mucho más- lamento.
-Nos volveremos a ver Mami, ahora que puedo venir por mi cuenta será mucho más fácil para ambas- sonreí.
-De igual forma- interrumpió Agramon- ten cuidado- advirtió- sabes que ya no eres bien recibida aquí- hizo una mueca- espero que hayas aprendido a controlar tus celos.
-¿Sabes que fue por celos?-pregunte sorprendida.
-Sí, le he contado yo- dijo mama- merecía saberlo.
-Está bien, no me enojo- sonreí forzosamente.
Habremos estado alrededor de dos horas sentados conversando de distintos temas, fue entonces que termine de comprobar que Agramon era un excelente tipo, y se veía realmente interesado en mi madre, lo que me reconforto de una manera en la que jamás se me habría ocurrido. El tiempo que no supe de ella, me había preocupado demasiado con respecto a su adaptación a su nueva forma, pero ahora podía comprobar que lo llevaba impecablemente bien.
-¿Cómo has encontrado mi habitación?- curioseo mi madre en un momento.
-Belial me ha guiado- sonreí.
-Bel tan servicial siempre- comento Agramon con una sonrisa.
-Si, la verdad es que me saco de un aprieto, mi ubicación espacio temporal para hacer los hechizos aun no es muy buena, y termine del otro lado del palacio en la peor habitación en la que podía terminar-hice una mueca.
-¿Has terminado en la habitación de la médico, verdad?-inquirió mi madre.
-Sí, lamentablemente-me mordí el carillo de la mejilla izquierda.
-Kashdejan no es mala Maite- dijo Agramon mirándome fijamente.
-Yo no digo que sea mala, solo no me apetece estar cerca de ella- le mire.
-Lo entiendo- concluyo.
-¿Saben algo de Vero y Rafa?, o ¿de mi padre?- pregunte cambiando de tema, pero mi madre se tensó un poco, era de esperarse, no era fácil que le mencionaran a su ex frente al que pronto seria su actual.
-Por lo que se ellos dos se han reconciliado-sonrió- a este chico, Isaías, le sienta bien lo demoníaco, ya no es tan estirado, y le he visto reír más-sonrió- creo que están realmente bien, antes de irte deberías pasar a verlos- sugirió.
-No tienes ni idea de lo bien que me hace sentir lo que me has contado-sonreí- realmente se merecen ser felices- comente- y si, les iré a visitar.
-Seguro que están deseosos de verte- dijo mi madre, evadiendo el tema de mi padre. Fue entonces que Agramon lo noto y hablo.
-Y tu padre, querida, está muy bien por lo último que me entrado- sonrió- se le ha dado una casa y un trabajo, por lo que sabemos se ha adaptado muy bien- comento.
-Gracias por hacérmelo saber- sonreí- ahora, si me disculpan, debo retirarme, me gustaría hacer una visita rápida a mis amigos antes de irme- explique.
-Bueno mi niña, ya no veremos en otra oportunidad.
Me despedí de ambos con un fuerte abrazo y me apresure a salir de la habitación, para luego recorrer el pasillo que desembocaba en la puerta que daba a la gran galería. Sabía que Vero aún estaba en la habitación que nos había tocado una vez a las dos, y que esta estaba en el pasillo que daba a la habitación de Kelian, así que los nervios me comían por dentro, pues no quería por nada del mundo volver a encontrármelo.
Para mi sorpresa, no fue a Kelian a quien me encontré en el pasillo, si no a Kashdejan, quien me encontré al salir a la galería. Al verla intente apresurarme a la puerta en la que debía entrar, pero ella se percató de mi presciencia, y me detuvo antes de que entrara.
-Maite, perdóname, pero debo hablar contigo- dijo al detenerme.
-No creo que tengamos nada de qué hablar- me apresure a decir- te agradezco por cuidar a mi amiga, pero hasta allí va nuestra relación- me cruce de brazos.
-Maite, por favor, sabes que no solo eso tenemos en común- insistió.
-Kashdejan, por favor déjame en paz- dije y comencé a caminar pero ella volvió a detenerme, esta vez parándose frente a la puerta.
-Maite, debemos hablar sobre Kelian.
-No tengo por qué hablar de él contigo, ni con nadie- espete.
-Maite, por favor- rogó con desesperación en su voz.
-Ya dije que no tenemos nada de qué hablar- espete.
-Por favor- volvió a rogar.
-Está bien- rodé los ojos- di lo que tengas que decir- dije ya frustrada.
-Kelian y yo no somos pareja Maite -soltó- no somos más que amigos- explico- está bien que de vez en cuando nos divertimos, pero realmente no hay nada entre nosotros- explico agitando las manos.
-No tienes por qué darme explicaciones de nada, él y yo no somos pareja, ni nada que se le parezca, muy por el contrario- volví a cruzarme de brazos.
-Oh vamos, ambas sabemos que entre ustedes dos hay algo más que una amistad, a pesar de las circunstancias y todo eso- se cruzó de brazos ella también.
-No sé de qué hablas- alce una ceja-.
-Maite, ya está bien, le amas, lo sé, lo vi en tu mirada cuando nos viste entrar juntos- hizo una pausa- antes no lo tenía claro, pero al ver como se te partía el alma al vernos, me di cuenta de ello- tomo aire.
-A ti no te importa que siento yo o no por Kelian.
-Sí que me importa, porque me importa Kelian, soy su amiga y le quiero, y sé muy bien que el está muy, demasiado enamorado de ti, te ama hasta el último de sus huesos, el mismo me lo ha dicho más de una vez- se mordió el carillo de la mejilla derecha.
-¿Qué es lo que quieres?- pregunte frustrada.
-Que no las tomes contra Kelian- suspiro- si quieres que no vuelva a verle así será, pero no lo lastimes, ni le increpes por lo que hace, entre nosotros no hay absolutamente nada, aquí es natural, pero si te lastima me alejare con tal de que no le lastimes a él.
-Yo no te voy a decir que debes o no hacer, ustedes son completamente libres de encamarse dondey cuando quien, ambos son adultos, libres y sin compromisos.
-No es eso Maite, son tus celos, le lastimas, pero tampoco le das una oportunidad- explico llevándose las manos al pelo con desesperación.
-No importan mis celos, ya dije que ustedes son completamente libres de hacer lo que les plazca, no tienen porque rendirme cuentas.
-Maite, no estas entendiendo lo que te estoy diciendo- protesto.
-Si que lo estoy entendiendo, pero tu entiéndeme a mí también- reclame- no me puedes pedir que no me duela, pero tampoco te voy a pedir que no lo hagas, la vida es así, unos ganan y otros pierden- suspire-y no te preocupes, no volveré a hacerle una escena de celos a Kelian, no es que tenga derecho a hacérselas, como ya dije antes, entre él y yo no hay absolutamente nada, ni ahora, ni nunca.
-Está bien Maite- suspiro- solo quiero que sepas que si algún día deciden dejar de lloriquear el uno por el otro y vivir su amor como ambos se lo merecen, yo desapareceré de la vida de Kelian, por mi decisión y seguramente por la de él también.
-Okey- asentí-pero no te preocupes, tendrás muchos polvos “amistosos” más por delante, pues Kelian y yo jamás seremos pareja- sentencie.
-Nunca te cierres al destino niña, no sabes con que te podrás encontrar- sonrió.
Luego de eso no dijo más, y se desvaneció de allí donde estaba. Yo me quede por unos segundos mirando la puerta fijamente, no podía comprender cual había sido la intensión de Kashdejan en querer hablarme.
Suspire y tome el pestillo de la puerta para poder abrirla. Luego de estar del otro lado de la misma, comencé a caminar en dirección al dormitorio de Verónica mientras le daba vuelta a la extraña charla que había mantenido con Kashdejan.
Iba tan inmersa en mis pensamientos que no me percate que otra persona caminaba en mi dirección, y tampoco esa persona se percató de mí, porque cuando nos dimos cuenta, ambos habíamos chocado el uno contra el otro y caído al suelo como dos sacos de papas inertes. Nos miramos fijamente y nos reconocimos enseguida.
-Maite, sigues aquí- dijo el sorprendido poniéndose de pie.
-Solo iba a ver a Vero y ya me voy- dije imitando su acción- sé que no me quieres aquí- dije mordiéndome el labio.
-No es que yo no te quiera aquí Gorriona- Dijo angustiado- ha sido todo una mierda- suspiro tapándose la cara con las manos,
-Ya no hay vuelta atrás Kelian- dije igual de angustiada que él.
-Lo se Gorriona- dijo comenzando a caminar.
-Kelian -llame.
-¿Si?- pregunto deteniéndose
-¿Porque me llamas Gorriona?, siempre he querido preguntártelo, pero jamás he tenido la oportunidad.
-Pues- sonrió- te llamo así porque te parces a una- se encogió de hombros- eres pequeña y delicada, guardas una belleza que solo es capaz de apreciarla aquel que esté dispuesto a observar, pero además de ello te camuflas en una sociedad a la cual no perteneces, y vives en el asfalto cuando tu lugar es el cielo, eres una Gorriona, bella fuerte y poderosa, pero con una fachada humilde para esconderte de tus predadores, en este caso, de mi- sonrió tristemente- y yo admiro eso.
-Yo nunca me he escondido de ti- fue lo que pude contestar-yo no te tengo miedo, no eres un monstruo Kelian.
-Lo sé, pero tu sangre si lo ha hecho, y también tu estilo de vida y un montón de cosas más- suspiro-de igual forma he podido encontrarte, y mira ahora- sonrió- eres la princesa del cielo- me miro como solo el lo hacía, haciéndome estremecer ante la ola de sentimientos en la que me envolvía.
-No soy la princesa del cielo Kelian, soy su sicario personal- baje la mirada.
-Para mí eres una princesa, mi princesa y solo mi princesa, y siempre lo serás May- dijo acercándose a mi y levantándome la barbilla delicadamente para mirarme a los ojos de forma totalmente arrebatadora.
-Kelian, no- dije intentando apartarme- no lo hagas más difícil, sabes que no tenemos otra opción que enfrentarnos, y no queda mucho tiempo para que ello suceda- dije mientras los ojos se me cristalizaban debido a las lágrimas.
-May, no importa, haremos lo que tengamos que hacer cuando llegue el momento- tomo aire- nos enfrentaremos y lucharemos hasta que el mejor gane- se mordió el carillo de la mejilla derecha- pero no me niegues hoy un beso, por favor- rogó y le bese.
No perdimos más tiempo y nos fundimos en un largo y tierno beso. Un beso capaz de ahuyentar todos los fantasmas que nos rodeaban, de alejar los recuerdos de la guerra, de los amantes que ambos habíamos tenido o tenemos, las peleas pasadas, las futuras , los problemas del mundo, todo.
Por ese corto periodo en el cual duro el beso, pudimos olvidarnos totalmente de quien éramos, y solo pensar en que sentíamos, y lo que sentíamos en ese momento era el uno al otro, siempre había sido el uno al otro, y siempre seria así.
Nos apartamos, solamente por la estúpida e imperiosa necesidad básica de todos los seres vivos de respirar para sobrevivir, pues el beso había durado tanto y con una intensidad tal que nos había robado el aliento por completo.
Nos contemplamos el uno al otro fijamente y con gran intensidad, nuestro aliento se mezclaba, todo a nuestro alrededor parecía haber desaparecido, el momento era perfecto, demasiado perfecto para ser real.
-Kelian- susurre.
-Maite- susurro él.
-Te amo- confesé.
-Yo también te amo- contesto.
Y volvimos a besarnos, embriagándonos el uno con el otro, sintiendo por primera vez si ninguna clase de tapujos, mentiras, ni secretismos. Sentí las manos de Kelian deslizándose por mi espalda, y yo tire de las mías hasta su cuello, pegándolo más a mí, sintiendo nuestros cuerpos pegados, fundiéndose como si fueran uno.
Nos sentí desplazarnos hasta que estuve pegada a la pared, sintiendo las manos de Kelian recorrer mis curvas sobre la ropa con una lentitud que me hacía delirar. Lleve mi mano izquierda hasta el bordillo de su camiseta y la deslice por debajo, recorriendo la desnuda piel de su fuerte espalda con ella.
El al sentir mi tacto se estremeció, pegándose aún más a mí, profundizando más el beso, ahora de forma más salvaje y desesperada, e introduciendo una de sus manos por el costado de mi toga, recorriendo con ella mi espalda completamente desnuda. Sabía dónde iba a parar todo esto, sabia como iba a terminar si no nos deteníamos y lo que implicaría, pero de igual forma no me importaba en lo más mínimo.
A pesar de ello, al universo si le importaba, porque se las arregló para interrumpirnos de una manera bastante bochornosa, al menos para mí.
-¡Maite Nazaret Rimoldi!, ¡Kelian Wagensbergky!- vocifero una voz gruesa a pocos metros de distancia.
De inmediato nos separamos, completamente sin aliento, y fijamos nuestra visión en quien nos había atrapado. Al ver quien era, mi cara enrojeció por completo, pues no era solo una persona, eran tres. Allí estaban Rafael con el ceño fruncido, Verónica con una mano sobre la boca para disimular su risa y Lucifer con los brazos cruzados y expresión seria.
-Maite Nazaret, ¿me puedes explicar que estabas haciendo?- dijo Rafael adelantándose hasta nosotros. Mire a Kelian, estaba encogido en su lugar, ambos sabíamos que estaba mal lo que íbamos a hacer, y que estaba peor para él.
-Isaías, yo-me mordí el labio.
-Creo haberte explicado muy bien las consecuencias de lo que ambos estabais por hacer- nos estaba regañando- y tu Maite, no perteneces a este bando, por ende, Kelian, sabias perfectamente que estabas jugando a tu favor.
-No, no es lo que parece, me deje llevar, no lo hice para ganar la guerra- se defendió, pero podía ver el pánico en sus ojos.
-Es verdad- lo defendí- nos dejamos llevar Isaías, tu mejor que nadie sabes que somos unos archi enemigos enamorados- dije bajando la mirada y en ese momento Verónica llego hasta mí y me dio un abrazo.
-Al menos ya lo admiten- dijo ella contenta y yo deje escapar una risita, mientras vi que a Kelian se le subían los colores a la cara.
-Lo que yo no entiendo- dijo Lucifer mientras se acercaba lentamente a nosotros- es ¿porque fue la
pelea de hace casi un mes?.
-Celos- contesto Kelian – Los enormes y celestiales celos de Maite, estaba celosa y en vez de hablar, decidió que era mejor atacarme- y cuando termino de hablar yo rezaba para que la tierra se abriese
y me tragara en ese momento.
Lucifer me miro y comenzó a negar con la cabeza con desaprobación pero también con diversión en su mirada. Yo me mordí el carillo de la mejilla izquierda y baje la mirada para esperar el regaño
que sobrevendría.
-¿Todo esto por celos?, vaya, impresionante- suspiro- bueno, pero ahora ya no pueden hacer nada, si no se hubieran comportado como críos ahora no serían los líderes de dos ejércitos enemigos-negó con la cabeza- ahora deben comportarse como tales, al menos guardar las formas- dijo cruzándose de brazos.
-Lo sentimos padre- dijo Kelian avergonzado.
-No volveré por aquí señor, se lo aseguro, me quedare junto a mi padre- afirme- Vero, Rafa, me alegra veros juntos y felices- sonreí.
-Nos veremos en la batalla Nazaret- dijo Lucifer a modo de despedida.
Y fue eso lo último que escuche, pues no espere a escuchar más, no quería ni podía escuchar más, sabía que algo así con Kelian era un error, pero que el mismísimo Lucifer tenga que recordármelo era demasiado vergonzoso.
Recite el hechizo de transportación de forma rápida y casi inaudible, y en cuestión de dos segundos me encontraba frente a la puerta de mi choza en el Cielo. Corrí para adentrarme en mi refugio y rompí a llorar.
La angustia dentro de mi pecho crecía con cada segundo que pasaba. Cuando por fin nos lo habíamos dicho, cuando por fin confesábamos que nos amábamos, ya no era posible poder construir una historia juntos. Nuestros destinos estaban encontrados, no podíamos fundirlos en uno, si no destruir al otro.
Sentí como si con cada paso que daba más me adentraba en un abismo sin salida, donde todo sería oscuridad, y donde no volvería a ver la luz del día. Porque para mí la luz era él, y sin él viviría el resto de mi eterna vida sumida en las tinieblas.
Me derrumbe en mi cama, sin parar de llorar y allí me quede, llorando hasta que poco a poco el sueño me fue venciendo, y cerca de tres horas después de haber llegado, caí lentamente en los brazos de Morfeo. Fue entonces cuando las pesadillas me volvieron a azotar, la guerra volvió a aparecer y la palabra “sacrificio” volvió a hacerse oír.

Hola hola!
Cómo están?
Que les pareció este capítulo?
Las leo 😎💜💕

Tres Mundos:El fin de los tiempos. [En Corrección]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant