∆Capitulo 47∆

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"Dicen que las almas buenas buscan irse de este mundo cuando la maldad las sobrepasa."


Pues viendo esta imagen, podría llegar a creerlo. Belial era la mujer más bondadosa, tierna y cariñosa que había conocido a parte de mi madre. Ella era todo luz, siempre preocupándose por el bienestar de los demás; en especial por el bienestar de su hermano y su sobrino, que eran la luz de sus ojos o quizás más.
Mi cuerpo se paralizo, dejándome allí vuelta una piedra en mitad de la batalla. Las lágrimas se aglomeraron detrás de mis parpados hasta que lograron salir cual ríos surcando mis mejillas.
Aquella escena me partía el alma.
Belial había sido más que amable conmigo, había estado allí más de una vez cuando necesite el abrazo de alguien, me había consolado y ayudado; y como si eso fuera poco, cuando todo el mundo estaba dispuesto a humillarme, ella fue la única que corrió en mi ayuda, tapado mi cuerpo desnudo con el chal que ella llevaba.
Mordí el carillo de mi mejilla izquierda, ¿sería que podría acercarme?, no estaba segura, pero no podía no darle el último adiós a aquella diablesa tan buena, que había hecho tanto por tantos y condenada a la soledad eterna. Me acerque a ella a paso silencioso, sin importarme la batalla que se estaba desarrollando a mi alrededor, y en cuanto estuve a menos de un metro de su cuerpo sin vida, siendo mecido por su sobrino, me puse en cuclillas y carraspee mi garganta
El efecto fue inmediato, Kelian saco su cabeza de entre el cuello y el hombro de su nana y miro al intruso en aquella escena, que resultaba ser yo. El, a pesar de estar cubierto por su feroz armadura negra brillante, y adornado por sus enormes alas negras que solo dejaba ver en batalla, se veía completamente débil, vulnerable. Sus ojos se convirtieron en platos, pues ambos sabíamos que debíamos hacer en cuanto nos viésemos, matarnos.
A pesar que a mí solo se me veían los ojos a través del casco de mi armadura, el con solo mirarme supo que mi intención no era atacarlo, al menos no en ese momento, y sus hombros se relajaron, apartándose un poco del cuerpo de Belial.
Alargue mi mano para tomar la de Bel, la cual tome con el mayor de los cuidados, recite un hechizo guía, para que su alma encontrara el camino al descanso eterno, y luego, aun con la mirada de la Bestia fija en mí, me levante, irguiéndome sobre ellos y mire fijamente a Kelian quien no contaba con la voluntad suficiente para despegarse de ella.
-¡Vamos!- grite- ¡ponte en pie!, ¿eres un hombre, no?, no la defraudes- exclame con todas mis fuerzas captando su atención, si él no se separaba de ella, su alma no podría marcharse al descanso
eterno.
Vi como Kelian me miraba estrechando los ojos y un escalofrió recorrió mi columna vertebral, ¿cuándo iba a aprender que no era buena idea provocar a la Bestia?; Kelian se irguió sobre sus pies, dejando el fenecido cuerpo de su nana atrás.
Dio un paso hacia adelante cerrando la parte delantera de su casco; listo tenía su atención. Trague saliva, él se veía tan poderoso en su armadura, yo siempre supe de la magnitud de su poder, pero una cosa es saberlo y otra es verlo.
Llevaba puesta una armadura completa, de color negro en su totalidad, trabajada sobre sus hombros, de donde colgaba un capa roja, la cual no tenía ni la más mínima idea de para que servía, pero le sentaba perfectamente.
Pude sentir como me recorría con su mirada, él siempre lo hacía, y siempre causaba el mismo escalofrió en mí, que tanto me gustaba.
Nos miramos a los ojos, teníamos mil emociones agolpadas tras ellos, pero no podíamos dejar escapar ninguna, pues si lo hacíamos, ninguno de los dos sería capaz de concretar nuestra condenada tarea.
El dio un paso hacia mí y supe que mi actuación debía comenzar, no pelearía con el cómo debería hacer, sabía que en ese momento yo era mucho más poderosa que él, mis poderes había crecido hasta el infinito, y podría vencerlo con total facilidad.
Por el contrario, él debía vencer, puesto que alguien debía hacerse cargo del mundo, y ese alguien debía ser él, pues mi destino siempre había sido morir, y ahora lo sabía, cuando no había marcha atrás.
Yo también di un paso al frente y al igual que el erguí mi espada frente a mí, y durante unos segundos que me parecieron horas, nos quedamos mirando fijamente el uno al otro, para luego atacar.
Cuando nuestras espadas chocaron por primera vez, vimos como un rayo desgarraba el cielo y su respectivo trueno hacía temblar el suelo bajo nuestros pies. Retrocedimos y esta vez el volvió a atacar ferozmente.
Yo lo bloquee con gran destreza y me hice a un lado con un pequeño salto y sonreí. Blandí mi espada con la menor destreza que pude y esta término chocando contra la espada de mi amado oponente, quien había bloqueado el golpe.
Volvimos a separamos y a contraatacar, nuestras espadas se vieron enredadas en unas cuantos golpes al verse bloqueadas entre si. Dimos un paso atrás para re posicionarnos en la batalla y fue entonces cuando note que algo realmente extraño sucedía a nuestro alrededor pues no escuchaba ningún ruido.
Mientras bloqueaba otro ataque de Kelian y escapaba con la gracia de una mariposa de entre sus manos, mire a nuestro alrededor para notar que, la guerra que nos circundaba se había detenido por completo.
Todos y cada uno de los seres habían detenido sus armas, y ahora se encontraban contemplando como Kelian y yo batallábamos, y eso por supuesto no me hacía sentir mejor, ¿se darían cuenta ellos de que me estaba rindiendo?.
No podía saberlo, no quería saberlo, la decisión estaba tomada. Blandí mi espada con fuerza, pero esta fue elegantemente bloqueada por la Bestia, quien con un pequeño movimiento estuvo fuera de mi alcance.
Arremetí contra él, pero me esquivo cual si yo fuera un toro, y sentí mis mejillas tornarse rojas como tomates al crecer mi rabia, yo era ágil, pero no debía olvidar que él también lo era, era muy ágil y muy poderoso.
Ambos blandimos nuestras espadas a la vez, y estas volvieron a chocar entre sí, momento que aprovechamos para mirarnos fijamente antes de separarnos para re posicionarnos. Las personas a
nuestro alrededor iban formando un circulo, observando atentamente la batalla, cosa que comenzaba a ponerme nerviosa y pude notar que a Kelian, por lo rápido que movía los ojos sobre la multitud, también lo incomodaba.
Volví a arremeter contra él, pero esta vez el no logro bloquearme a tiempo y uno de los filos de mi espada dio de bruces contra su hombro, donde la armadura se vio duramente abollada, pero no perforada, por suerte.
Di unos pasos a atrás para re posicionarme, pero Kelian aprovecho mi momento de distracción para blandir su espada y alcanzarme en el costado de mi abdomen, también sin lograr perforar mi armadura.
Solté todo el aire que tenía dentro de mis pulmones y me aleje lo más rápido que pude para recomponerme, pero el volvía a atacar, y yo tuve que moverme muy rápido para bloquearlo. Kelian retrocedió y yo en ese momento blandí mi espada, que se vio duramente interceptada por la de él.
Volví a mirar a las personas a nuestro alrededor, miles y miles de ángeles y demonios se encontraban parados allí, con sus armas abajo, si hacer ni el más mínimo movimiento, simplemente
observando quién de nosotros dos ganaría esta batalla.
“Atácame, que estas esperando”- escuche dentro de mi cabeza, y mire hacia todos lados, mientras bloqueaba una arremetida de la Bestia y me apartaba con gran agilidad para seguir observando la multitud.
“Soy Yo, Gorriona”- volví a escuchar, y mire a Kelian que me observaba desde el punto opuesto del circulo de pelea que nos habían formado. Pude percibir un leve asentimiento con su cabeza y volví a prestar atención a mi mente.
“Atácame, ¿qué estás haciendo?”- le escuche decir, y era cierto, me estaba dedicando a bloquear sus ataques sin comenzar alguno. Di unos cuantos pasos hacia el frente, y blandí mi espada varias veces, encontrándose siempre con la de él.
Nos encontramos envueltos en una batiente lucha cerrada de espada a espada, ninguno lograba perforar las defensas del otro, o al menos ninguno quería perforarlas. Comenzaba a pensar que tanto su espada como la de mía siempre buscaban la espada de su oponente y no su cuerpo como debía ser.
“Ponle empeño May, sé que puedes hacerlo mucho mejor” - volví a oír en mi mente, ¿por qué él podía hablarme y yo no a él?, pero no podía saberlo si no lo intentaba, porque hasta ahora jamás
se había comunicado conmigo de esta manera.
Mientras nuestras espadas chocaban una y otra vez, siempre sin lograr alcanzar a nuestro respectivo contrincante, puse toda mi concentración en tratar comunicarme con él, aunque sea unas míseras palabras.
“Me estoy esforzando”- logre formular en mi mente rezando para que él lo escuchara.
“Lo dudo, peleabas mucho mejor el día que me atacaste por celos, dudo que con tanto entrenamiento, hayas perdido destrezas en vez de mejorarlas”- tenía razón, pero él no sabía que yo estaba fingiendo. Otro golpe, este no había alcanzado su barrera, yo me había distraído, y la espada de Kelian dio de bruces contra mi hombro.
Me tambalee alejándome de él, el dolor que se extendía por mi hombro hacia mi espalda, cuello y pecho era insoportable, me sentía mareada, le eche un vistazo a través del rabillo de mi ojo derecho, había sangre, mi armadura había sido perforada.
“Maite, ¿estás bien?”- le oír en mi cabeza con claro sentimiento de culpa, a nosotros no nos mataría el daño físico, si no el emocional, al no tener más opción que hacernos daño.
“Perfectamente cariño, solo ha sido un rasguño”- formule en mi mente para consolarle, y vi como al otro lado del círculo, él se tensaba, yo le había llamado cariño, y no como una formulación de amistad, si no con sentimiento, de verdad, porque le quería, esto no era un juego, y recordarlo ahora era cruel, para ambos.
Me lance al ataque encontrando su espada de por medio, estas se cruzaron en golpes una y otra vez. Era muy bizarro, saltaba a la vista que yo estaba peleando como una amateur y el también, pues yo sabía que podía hacerlo mucho mejor.
“Tu también esfuérzate, no le pones mucho empreño que digamos”- volví a formular en mi mente y le mire, mientras el bloqueaba con agilidad uno de mis patéticos intentos de estocada.
“No exijas lo que no das Gorriona”- pronuncio a modo de respuesta, me tenía calada, más que calada. Oí un grito, parecía ser de aliento, no sabía de dónde provenía, pero a Kelian le basto para
distraerse, pues no bloqueo mi estúpido ataque, y su armadura se vio perforada en una de sus piernas.
El retrocedió de inmediato, soltando el aire, le había dolido un horror y la sangre comenzaba a brotar cual rio del profundo corte que había provocado mi estocada. Sentí nauseas, no era capaz de procesar hacerle daño, me dolía más a mí que a él.
“Joder, cariño, perdón”- formule como imbécil en mi mente, estábamos envueltos en una batalla, la cual ambos nos esforzábamos por perder, y nos lamentamos cuando dañábamos al otro sin querer, éramos realmente patéticos.
“No te preocupes Gorriona, me he recuperado de rasguños peores”, y con esas palabras arremetió contra mí, blandiendo su espada ferozmente, o eso es lo que quiso transmitir a nuestro público, porque cuando yo la bloquee, pude percibir la debilidad con la que venía trabajado el golpe.
Nos envolvimos en otra batalla cerrada de golpes y más golpes de espada, todos y cada uno más torpe que el anterior, no entendía como el público que nos observaba no se daba cuenta de lo fingida que era nuestra batalla, por el contrario parecían estar sumamente concentrados en nosotros.
Eso es lo que pensaba hasta que me encontré, en un cambio de posición con Kelian, con el ceño profundamente fruncido de Miguel, quien me miraba como si el mismo pudiera acabarme en aquel mismo instante.
Trague saliva, ante cualquiera podía fingir sin ser descubierta, pero ante el arcángel supremo no.
Pues él, que me había entrenado día y noche, conocía todos y cada uno de mis movimientos de batalla y la fuerza que podía emplear en ellos, y era muy evidente que esto que estaba haciendo
era sumamente falso.
“Oye, ¿piensas atacarme bien?”- intente provocar a Kelian para que arremetiera con fuerza pero el solo me miro desde su lugar y blandió su espada con debilidad, con tanta debilidad que con solo levantar la hoja de mi espada logre bloquear su estocada.
“No me lo estas poniendo fácil mi amor”- le oí decir en mi mente, había dicho mi amor, no Gorriona como siempre, sino mi amor, me quede completamente paralizada por unos instantes, en los que la multitud fijo los ojos en mí.
Cuando logre recomponerme, contraataque, poniendo un poco más de mí en el ataque, solo un poco, pero el, como era de esperarse, logro bloquearme con gran facilidad, así no llegaríamos a ningún lado.
Volví a mirar de reojo a Miguel, quien había dado un paso hacia adelante, y temí que Kelian fuera atacado por la espalda, entonces decidí aumentar la intensidad y rapidez de mis ataques por un momento.
Fue entonces que nos vimos envueltos en una danza mortal, pues nos movíamos rápidamente, el uno al ritmo del otro, bloqueando elegantemente las estocadas de otro, y blandiendo nuestras espadas vistosamente para que la actuación fuera más creíble
Las espadas iban y venían, al ritmo de nuestro cuerpos, pero nosotros comenzábamos a abstraernos del mundo que nos rodeaba y perdernos en nuestras miradas, ¿y que se podía esperar de una pareja de enamorados cuyos cuerpos se encontraban moviéndose a tan poca distancia el uno del otro?.
Trague saliva mientras bloqueaba un fuerte ataque de la Bestia, el también había aumentado su intensidad y su precisión, pero aun evitaba hacerme hasta el más mínimo daño.
“Te ves hermosa vestida con esa armadura”- dijo en mi mente, y yo me sentí ruborizar, esto era absurdo, era más que absurdo, era perverso, obligar a dos personas que se amaban a matarse
entre sí, no había cosa peor en la tierra.
“No quieres saber cómo me siento yo con respecto a ti en esa armadura”- ronronee en su mente,pues ya estaban todas las cartas jugadas, nada iba a perder por coquetearle un poco a mi amado antes de dejarme morir.
“Vuelves a repetir eso Gorriona y suelto la espada, y te hago mía acá sin que me importe que todos estos nos estén mirando, como pelmazos que son”- dijo divertido y a mí se me escapo una risita
real, que captó la atención de varios.
“A que no te atreves”- provoque y lo mire fijamente a los ojos, entonces le vi una expresión divertida en los de él, que me hizo saber que algo tenía entre manos.
“Tú lo pediste”- formulo y arremetió contra mí con una rapidez que yo no me esperaba, blandiendosu espada con tanta facilidad, que no pude bloquear dada mi sorpresa, pero sus golpes no me hicieron nada, hasta que él se apartó y vi lo que había hecho.
El muy idiota había cortado los amarres de mi armadura en los muslos, por lo que dichas partes cayeron al suelo, dejando mis desnudos muslos a la vista.
“Eres un idiota, realmente un idiota”- dije divertida en mi mente.
“Yo solo quería endulzar mi campo de visión”- respondió a mi improperio.
“Te voy a dar yo, endulzar tu campo de visión”- conteste y arremetí blandiendo con agilidad mi espada, atacándolo, ataque que fue fácilmente bloqueado por él.
Nos enfrascamos en otra de esas mini batallas rápidas, en las que iban y venían las espadas, pero esta vez perdí el control, pues estaba distraída escuchando su risa, y de un momento a otro di una estocada demasiado fuerte, que logro atravesar su armadura, allí donde ya la había abollado, provocando que otro rio de sangre emanara de él.
Kelian retrocedió, al mismo tiempo que dejaba escapar un jadeo y me miro.
“O, perdón, perdón, me he distraído”- rogué en mi mente.
“No te preocupes amor, alguien debe ganar, al menos ya no finges no saber pelear”- contesto en mi mente y me dolió, me dolió demasiado, esto tenía que acabar.
Tome aire y arremetí contra el con toda mi fuerza, a lo que él me bloqueo y tambaleo sobre sus pies, me aleje un poco y el contraataco, blandiendo su espada en mi costado, yo evite bloquearlo y el golpe me hizo caer y rodar un par de metros.
Me levante con dificultad y el volvió a blandir su espada con una fuerza descomunal, a lo que la bloquee, pero al chocar ambas espadas, con un movimiento rápido de mi muñeca, solté mi espada fingiendo haberla perdido gracias al golpe, y retrocedí.
Kelian me miró fijamente, la espada había parado muy lejos de mí, ahora estaba desarmada, a merced de la Bestia, o al menos eso era lo que el público veía. Vi como el bando celestial contenía
el aire, había perdido la pelea, solo faltaba que Kelian me ejecutase allí mismo, sin piedad como debía hacer.
“¿¡Que carajos haces!?, coge esa espada”- vocifero en mi mente.
“No, has ganado, ahora mátame y termina con la guerra”- forme, listo ya no había marcha atrás, había llegado la hora.
“¡No!, te rendiste, lo sé, prometimos dar todo, yo sabía que no lo estabas haciendo pero no sabía que te ibas a rendir”- dijo angustiado en mi mente, y le vi retroceder varios pasos, la gente pensó
que tomaba impulso para liquidarme, por eso muchos se cubrieron los ojos.
“Kelian, hazlo”- le ordene.
“No te matare, tú debes ganar, coge esa maldita espada y mátame de una puta vez Maite Nazaret Rimoldi”- vocifero, no iba a hacerlo, estábamos perdidos.
“Kelian por Dios, hazlo, yo no puedo matarte, la profecía me mataría a mí, ese es el sacrificio que debo hacer, debo dejar mi vida en tu muerte, por eso debía ser virgen, para poder concentrar mi pureza y canalizar mi energía vital al matarte, y eso no puede ser, porque uno de los dos tiene que vivir, y ese debes ser tu”- explique desesperadamente, la gente se estaba poniendo inquieta, no sabían que sucedía.
Kelian comenzó a negar con la cabeza una y otra vez, retrocediendo. De un momento a otro, él soltó su espada efusivamente y la multitud exclamo asombrada, ahora sí que estaban confundidos.
Le vi quitarse su casco y aventarlo justo a los pies de Miguel. Se acercó a mí a paso lento, sin apuro y me levanto la barbilla, movió ambas manos y desabrocho mi casco, también aventándolo lejos y dejando que mi cabello se liberara y comenzara a volar al son del viento. Podía sentir la mirada
penetrante de todos los allí presentes, no sabían lo que allí sucedía.
-Yo no te matare Gorriona, lo siento pero no puedo, y con rendirte no vas a solucionar nada-suspiro-y si tu no vas a matarme tampoco, entonces demos esta pelea por terminada, pues ya no tienes sentido, y que a Dios le den por culo- dijo en voz alta, para que todos le escuchasen y yo comencé a llorar- te amo- susurro.
Lo estreche contra mi cuerpo, envolviéndonos en un apretado abrazo frente a la mirada sorprendida de los miles y miles de guerreros que nos observaban totalmente confundidos, sin entender que era lo que pasaba, y lo que pasaría de aquí en más.

Hola Holaaa!
Cómo están?
Bueno ya faltan poquitos capítulos para terminar este libro💔
Pero no sé preocupen..habrá más libros, lo prometo 💜

Que creen que sucederá ahora?
Las leo💜

Tres Mundos:El fin de los tiempos. [En Corrección]Where stories live. Discover now