La Caída De La Princesa Al Atardecer [Dee Y Heavy X (T/N)]

"My metal family"

(T/N) POV
No pude dormir cuando Dee felizmente me regresó a mi casa, mi estómago se revolvía cada vez que revivía ese momento donde me lanzan las fotos y me golpeaban. Dee tenía razón, aunque no haya sonado muy amable o con tacto, debía elegir sin rodeos cuál era la vida que yo escogía tener.

Así que sin perder tiempo, saqué la maleta que utilicé al llegar a Rusia y guardé todas mis cosas, exceptuando un par de prendas que me obligaban a usar. Tomé del suelo los pedazos de discos que papá pisoteo ayer y suspiré con nostalgia; cada uno de esos discos tenía una historia o aventura que me hacían amarlos y fueron mis amigos cuando nadie más estuvo para mí, los amaba porque la música no juzga ni crítica.

Lo único que me hacía sentir mejor era que después de esto podría crear nuevos recuerdos, para mí suerte no soy tan materialista, así que volví a dejarlos en el suelo. Me coloqué una camisa morado opaco, unos guantes de red al igual que unas medias y unos shorts para después colocarme mis botas; maquillé mis ojos de negro, no sin antes tapar un poco los moretones con maquillaje y pinté mis labios de morado.

Me miré en el espejo y alborote mi cabello. Albert Camus dice que somos uno en un millón, que nuestras vidas solo son estadísticas, para el universo algo insignificante, pero también dice que nosotros somos quienes le damos sentido a nuestras vidas y estás tienen significado para nosotros mismos, por algo dice que suicidarse es absurdo; podría decirse que es algo que me gusta de mi.

Que no importa cuántas veces tenga que caer, esta chica siempre se mantiene de pie y a partir de ahora nadie se meterá con lo más importante, mi identidad e integridad. Sin poder evitarlo Sonreí para mí misma en el espejo, como aún estaba la puerta cerrada, tomé uno de los trofeos que tenía por haber ganado un campeonato de matemáticas, y comencé a golpear la perilla de la puerta repetidas veces hasta que está cae.

Tomé mi maleta y con algo de dificultad la bajé por las escaleras hasta llegar a la estancia, donde mis padres me esperaban confusos, seguramente escucharon los golpes, pero al verme se quedan perplejos, mirándome de arriba hacia abajo.

-¿Entonces te irás?- Pregunta Mamá levantando el mentón con autoridad y desagrado.

-Si, pero quería hacerles saber algo...- Los miré desafiante- Agradezco su cuidado- Dije y me miran confundidos, seguramente esperaban una rabieta o algo así- No diré que odié estar con ustedes porque gracias a eso, esto es lo que soy ahora.

-¿Nos culpas?- Pregunta papá haciendo una mueca.

-Es un gracias, además... Sepan que si los quiero, pero está es mi vida y tomaré el camino que yo quiera- Dije con seriedad y caminé hacia la puerta.

-Regresaras suplicando volver, no duraras ni un día tu sola en la calle- Escucho enojado a papá detrás de mi.

-¿De verdad te irás solo por rebeldía? Que patético, creí que eras mejor- Dice mamá igual de molesta. Me di la vuelta para confrontarla.

-Patetico es que aún no te des cuenta que la razón por la que me voy no es solo porque quiero librarme de sus permisos. Si fuera rebeldía habría hecho lo que tú a mi edad, ¿O ya olvidaste que conociste a papá en un table dance?- La miré con molestia.

Su semblante cambia a uno sorprendido y asustado para después dejarse caer de rodillas al suelo mientras se tapa la cara con las manos. Me di la vuelta para no seguir con la conversación y salí de la casa. ¿Alguna vez han visto "El conjuro"? La parte donde todo termina y cuando la mamá sale de la casa los moretones desaparecen, bueno así me sentí yo, excepto que los míos siguen intactos.

Caminé hacia la casa de los chicos, toqué el timbre y me recibe Dee, quien me sorprende con una sonrisa cálida, no suele hacerlo, así que tendré que tomar una foto mental. Veo que Heavy se asoma por la ventana y en cuestión de décimas de segundo lo veo salir de la casa y me abraza con fuerza.