𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 18;

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"𝗗𝘂𝗹𝗰𝗲"

;Jungkook

Un lunes de regreso al trabajo, pensaba que podría acostumbrarme a las atenciones que mi mujer me daba por las noches. Apenas llevábamos un día y unas pocas más horas de casados, pero yo me sentía como si he estado casada con ella por años. Luego de pasar el fin de semana en el Yate, de darnos amor por cada superficie libre y de quedar exhaustos, volvimos a la ciudad para tratar de acomodarnos. Por petición mía, decidimos vivir en el ático, tristemente me tocó dejar la casa de papá, pero vivir con Adele sin duda era más atractivo.

En toda la noche no dejamos de tocarnos, o besarnos, ella parecía otra cuando la luna alumbraba el cielo, pero cuando la claridad tocaba nuestras cortinas, ella se transformaba y parecía ignorarme, lo cual no me gustaba. Hoy en la mañana le insistí para que se quedara en casa descansando, pero quien creo que realmente necesitaba el descanso, era yo. Mi cuerpo pedía más de ella, pero el cansancio era evidente.

En estos momentos creo que me encontraba a punto de cerrar los ojos y quedarme dormido cuando alguien tocó mi puerta.

— Adelante — di la orden, para quien diablos sea que estaba detrás de esa puerta, entrara.

— Tenia la esperanza de que fuese mentira — dijo Jimin, al momento en que asomó su cabeza — tenía esperanza que no fuese cierto lo que comentaban el resto de trabajadores.

— ¿Y qué comentaban esos tontos? — le pregunte sin ganas.

— Que el jefe había entrado con una gran sonrisa en la cara, y que, por primera vez en mucho tiempo, los saludaste — comentó con retintín.

— ¿No tengo permitido venir feliz a mi trabajo?

— Eso lo puedes hacer — se puso de pie para dirigirse a mi mini bar y preparar dos bebidas — lo que no tenías permitido era venir a trabajar luego de dos días de tu boda, Jungkook.

— No estamos de luna de miel, ella no lo quiso ¿recuerdas?

— Sí, lo recuerdo — me tendió un baso con hielo y algo de ron — pero pensé que te quedarías en tu casa para disfrutar de tus primeros días de matrimonio.

— Puedo hacer eso cuando llegue — respondí con desdén.

— A las mujeres no les gustan ese tipo de tratos — negó con la cabeza y tomo un sorbo de su vaso.

— Mi mujer es diferente.

— Todas lo son, pero tienes que entender que un "no quiero algo" es un "sí lo quiero, pero me gusta que te des cuenta solo"

— ¿Soy adivino acaso? ¿Como diablos voy a saber que hacer si ella no me lo dice? Porque, amigo, déjame decirte que ella no dice nada — me bebí de un solo trago todo lo que tenía en el vaso — es más, su frase de esta mañana fue "vete ya, me gustaría perderte de vista un rato" ¿puedes siquiera creerlo?

— No me digas.... ¿acaso no...? — Jimin abrió sus ojos a más no poder.

— No seas payaso, claro que si — respondí, ahora sí con una sonrisa — de hecho fue mucho.

— ¿Entonces?

— Entonces nada, ella parece estar cómoda en nuestro dormitorio, pero después no hay nada. — y así era, esta mañana cuando vi su rostro a plena luz del día lo único que pude ver fue seriedad.

𝐋𝐚𝐬 𝐥𝐮𝐦𝐛𝐫𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐨𝐜𝐚𝐬𝐨©|𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤|Where stories live. Discover now