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Suelto un gruñido. La veo a ella enseñarme los dientes en una sonrisa en mi dirección. Yo vuelvo a tirar del paño en sus patas mientras que ella hace fuerza para impedirme quitárselo. Gruño nuevamente antes de irme para atrás y lograrla hacer soltar esa cosa. Muevo mi cola y me le acerco nuevamente para que podamos seguir jugando. Suelto un ladrido.

—K, estoy tratando de trabajar por aquí —dice Liam desde el comedor.

Ella asiente antes de decidir acariciarme. Yo vuelvo a removerme para que sigamos jugando con el paño pero ella se lo guarda en la sudadera que trae puesta. Suelto un bufido antes de sentarme entre sus patas inferiores y dejar que me acaricie.

—¿Cómo terminó Rex en el subterráneo —pregunta ella al cabo de algunos minutos.

—No lo sé —dice él sin apartar la vista de sus papeles—. Debió abrir la puerta cuando salí.

—Pero es un perro.

—¿Y qué? Algunos aprenden a abrirlas.

—¿Seguro que no se te salió a ti?

—Si vas a sermonearme, no tengo tiempo ahora mismo. Déjame trabajar. La presentación es mañana y no quiero estropearlo. —Ladra con firmeza.

Yo la miro moviendo mi cola, me reposo contra ella en un intento por llamar su atención. Ella vuelve a acariciarme.

Lo oigo a él rebuscar algo entre todos sus papeles.

—¿No sacaste copias de este? —Toma un papel con una pata.

—Saqué copias de todo lo que me dijiste.

—No están.

—Tienen que estar, le saqué copia a todo —dice ella apartándome suavemente de su cuerpo para luego levantarse del piso y acercarse a su lado para rebuscar entre los papeles con él.

Liam niega y la aparta con suavidad de su lado. Ella lo mira.

—No metas mano o vas a estropearme el orden.

—Lo siento.

Hay un silencio. Él sigue tomando papeles y metiéndolos en carpetas. Vuelve su atención a su computadora, luego de vuelta a sus papeles, teclea, escribe, parece mirar los papeles fijo por algunos segundos antes de volver a escribir y luego la mira a ella.

—¿Qué?

—Nada, sólo... Espero que te vaya bien.

—No esperes y mejor confía con que va a irme bien. ¿Es mucho pedir que creas en mí al menos una vez? —Bufa volviendo sus ojos a las carpetas.

Camila no responde, sólo se gira a mirarme.

Yo muevo mi cola. Quiero seguir jugando a tirar de ese paño. Es divertido, incluso más que mordisquear zapatillas y al parecer es lo único que podemos hacer porque ya no podemos ir al parque con la luna. A estos humanos no les gusta salir de noche lo que es confuso porque a Shawn no le gusta salir de día. Supongo que depende de cada jauría y como estoy con ellos ahora, pues no puedo ir afuera ahora mismo.

—No lo copiaste —dice él—, no lo encuentro.

—¿No estará en el coche?

—No, no está en el coche. Por la--

—Es sólo un papel, ¿De verdad es tan importante?

—No, por supuesto que no es para nada importante y por eso estoy tomando sol ahora mismo, Karla —levanta la voz él.

—Perdón, es que... Lo siento. Debe estar aquí. Estoy segura de que lo copié. Tiene que estar entre estas carpetas, sólo hay que ver con calma. —Ella se le acerca y rebusca entre los papeles, él la toma de la pata superior. Se miran.

Sweet Boy (S.M)Where stories live. Discover now