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Nunca vi tantos humanos en un sólo lugar y para colmo tan pequeño. No sabía que son animales de grupo, pensé que eran más solitarios como mi chico que no suele estar con más de una persona en un lugar, pero parece ser que no es lo mismo con Camila y Liam porque el apartamento está repleto de gente. Olfateo cientos de aromas distintos que se mezclan con carne, queso, salsa y pan. Asumo que es una jauría pequeña de humanos aunque la más grande que he visto hasta ahora.

Mi cola se mueve frenéticamente al olfatear mejor y así recibo en mi hocico un trozo de carne que un extraño me arroja en el aire.

—Eh, no le des eso al perro o se va a enfermar —Oigo decir a Liam por sobre el sonido de la televisión y las voces de todos los extraños.

Muchos de ellos se tomaron un rato para acariciarme y hablar conmigo, ahora parecen estar más pendientes de la televisión y lo que sea que Liam está cocinando en la cocina.

—K, ¿Qué hace aquí afuera? Creí que estaría encerrado en el cuarto. ¡Eh! ¿Camila? —Liam me toma en brazos y me saca de allí. Me deja en la sala donde hay otros extraños pasando el rato.

—Es el perro más genial que he visto en mi vida. Mira qué facha tiene —dice un extraño que me pone algo en la cara. Yo suelto un ladrido tratando de sacarme esa cosa de los ojos—. Eh, cuidado, son caros —toma unas gafas de sol del suelo.

Yo muevo mi cola entretenido y busco a Camila con mi nariz, la olfateo en el pasillo así que decido ir con ella que se encuentra hablando por teléfono.

—... Sí, lo siento, pero no vamos a poder ir hoy. Es que Liam invitó a sus amigos —la oigo decirme.

Yo la miró con mi lengua afuera y sentándome frente a sus patas para que me preste atención. Ella se agacha para acariciarme las orejas, aun sosteniendo ese juguete contra su oreja.

—Me dijo que mañana podemos ir así que ahí los veo... Sí, también los quiero. Mándale saludos a papá y Sofi.

Yo me remuevo en mi lugar cuando siento un empujón que me mueve de mi sitio. Ladro para luego percatarme de que es la pierna de Liam que llega junto a nosotros.

—Aquí estás. Te estaba llamando. Creí que estaría encerrado en el cuarto —me apunta él.

Yo muevo mi cola y vuelvo mis ojos a Camila quien hace una mueca y guarda su teléfono en sus bolsillos.

—No sé quién lo sacó.

—Ya, no importa, igual le cayó bien a los chicos —Liam niega y la toma de una de las patas superiores—. Ven, quiero alardearte con Bradley. Quiero que se le caiga la mandíbula al suelo al verte. —Ambos desaparecen de mi vista y olfato en menos de cinco segundos.

Trato de seguirlos, pero les pierdo el rastro y me veo obligado a buscar otra cosa para entretenerme.

Camino entre un montón de patas humanas por algunos minutos buscando un lugar para recostarme cuando mis orejas se levantan y mi nariz parece irse al 100% cuando olfateo algo en la entrada del apartamento o más bien a alguien.

Shawn se va contra el suelo del pasillo cuando me abalanzo contra él literalmente llegando de un salto a su regazo y haciendo que latas y papeles que trae cargando se le caigan al piso.

—Oh por la-- ¿Estás bien? —Oigo decir a la voz de Liam que se aparece a un lado de nosotros casi que materializándose a nuestro lado.

Yo sigo lamiendo a Shawn por cada centímetro de su cara mientras que él suelta un resoplido y se incorpora en su lugar logrando dejarme quieto recostado sobre su torso. Yo muevo mi cola sin control alguno no pudiendo ni describir toda la felicidad que siento por volver a verlo y que haya venido a buscarme.

Sweet Boy (S.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora