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Termino de mordisquear el zapato en mi hocico y me levanto de mi lugar para volver a la sala donde ambos humanos se encuentran. Veo a Liam incorporarse en su lugar sobre el sofá, se aparta de Camila que sigue recostada allí descansando.

—Voy a limpiarme. —Él se retira al baño y nos deja a solas.

Camila asiente antes de que yo lama su rostro para llamar su atención. Ella se aparta de mí cuando logro lamerla y se limpia los rastros de mi lengua de la mejilla. La miro con atención, ella se incorpora en su lugar para ahora sentarse en el sofá y mirarme atentamente.

—¿Qué pasa, Rex?

Yo torno la cabeza con curiosidad para subirme de un salto dificultoso al sofá con intenciones de colarme entre sus patas para que me acaricie. Ella me acobija y luego me abraza con firmeza. Yo vuelvo a lamer su rostro haciendo que ahora me enseñe los dientes y me acaricie delicadamente. Se me queda mirando por algunos segundos y luego su expresión se desfigura. Oculta su rostro en mi lomo y me abraza con fuerza.

Yo me quedo allí apresado entre sus patas superiores con mis orejas gachas y no sabiendo qué más hacer para alegrarla. Me limito a mover mi cola y quedarme quieto hasta que ella se recompone en su lugar.

Y luego se escucha una melodía.

Mis orejas se levantan al instante al reconocer el sonido. Es el que hace el cubo negro de Shawn. Lo conozco. Escuchamos estos sonidos la otra vez. ¡Es él! ¡Es él! ¡Ese es su cubo!

Ladro emocionado.

—Tranquilo, sólo es música. ¿También te gusta?

Sí, me gusta. Me gusta porque sé que es mi humano, ¡Sé que es él! Ladro con suavidad queriendo decirle esto a Camila para indicarle que Shawn está debajo de nosotros, que puedo sentirlo, que eso que escuchamos son sus ladridos, es el como él se comunica con los suyos y sé que ahora intenta hacerlo conmigo para decirme que está aquí y que no estamos tan lejos como me lo temí.

Vuelvo a ladrar.

—Siempre reproduce esa canción, es como si no conociera ninguna otra-9 —Me acaricia.

Yo la miró queriendo decirle que tan solo a un piso de distancia se encuentra mi humano esperándome y que no tenemos por qué esperar más, que podemos irnos con él a mordisquear sus zapatos como tanto he rogado por poder volverlo a hacer porque los zapatos de Liam no son divertidos.

—Es hermosa ¿No?

Ambos guardamos silencio escuchando la melodía bajo nuestras patas. Muevo mi cola contento sabiendo que Shawn está bajo nosotros, que está esperándome, que está tratando de llamarme para que vaya a él. E iría, juro que lo haría pero no puedo porque me encuentro apresado entre las patas de Camila.

Y entonces aúllo.

—Eh, Rex, no sabía que también eras músico. —Camila sonríe.

La puerta del baño se abre, por ella sale Liam quien seca su cabello y se asoma por el pasillo para mirarnos.

—Por Dios, ¿Acaso no tiene gusto? La reproduce siempre. Si se pone a tocar eso a mitad de la noche voy a presentar una queja —dice restregando su cabello—. Te puedes duchar si quieres —Se mete en la habitación dejándonos a solas otra vez.

Camila suspira.

—No lo entiende, Rex —. Murmura ella acariciándome. Deposita un beso en mi frente antes de limpiarse la mejilla—. Él no es capaz de entenderlo.

Sweet Boy (S.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora