Siniestro [OFFGUN]

Capítulo 37

Pasaron unos minutos, cuando unos golpes sonaron en la puerta de la habitación de Joss. 

Era Tul, que por una vez no había olvidado llamar antes de entrar. 

La rabia se había disipado para dejar paso a la culpabilidad y el miedo.

— Pasa — dijo Joss sabiendo que era él.

El joven entró con la vista baja y el corazón latiéndole con fuerza.

— Joss... — murmuró alzando la vista para mirarlo.

— De todos los chicos con los que podías haberte acostado, tuviste que elegir a mi hermano — le recrimino con rabia — ¿En qué pensabas?

— Con decirte que él me provocó no arreglo nada, pero es la verdad.

— Lo sé — dijo apoyándose en la pared — Lo confesó, pero eso no te salva de haberte dejado seducir por él.

Tul suspiró, masajeándose las sienes.

— No soy de piedra Joss, y que tu hermano se contoneé a mi alrededor de esa manera... lo siento, no se repetirá.

— Ahh... claro que no se repetirá — dijo caminando hacia él, tomándolo del cuello — Porque el día que vuelvas a hacerlo, no vivirás para contarlo.

Tul bajó la vista, sabiendo que aquello no iba a quedar ahí.

— No pretendía llegar a esto, te lo juro.

— Mírame — ordenó Joss tomándolo con más fuerza — Lo digo en serio, aprende a mantener a tu "amiguito" dentro de los pantalones, no quiero derramar sangre.

— Me haces... daño — jadeó Tul, tratando de quitarse la mano del cuello.

— No me importa — apretó, marcando sus dedos en el cuello ajeno — Mereces sufrir un poco por tu atrevimiento.

Tul respiraba con dificultad, aquella vez Joss le estaba dando miedo de verdad.

— N-no voy a volver... a tocarlo... te lo prometo.

Joss lo soltó y lo lanzó al suelo, mientras suspiraba y se sentaba en la cama. 

Gastar aquel nivel de energía al encontrarlos en la habitación había sido agotador. 

Él no era tan fuerte como Off, y el abusar de su poder le pasaba factura.

Tul, aún en el suelo, se llevó las manos a la garganta tomando una gran bocanada de aire. 

Le dolía respirar y estaba seguro de que ahora tendría marcas moradas en el cuello. 

Se incorporó hasta quedar de rodillas, sin saber bien qué hacer.

— V-vete — balbuceó Joss sintiéndose débil — Necesito... descansar.

Tul se levantó y se acercó, sin poder evitar preocuparse al verlo así.

— ¿Estás bien?

— No — dijo cayendo sobre la cama — Estoy cansado.

Tul no quería irse, sentía que tenía que compensar a Joss por lo que había hecho. 

Se sentó junto a él y le acarició los cabellos.

— ¿Quieres que te traiga algo?

— Sólo... vete — dijo antes de quedarse completamente dormido.

Tul se mordió el labio inferior mientras lo observaba dormir. 

No paraba de preguntarse porqué no podía odiarlo si lo trataba de esa manera.