Capítulo 29

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Gun daba vueltas por el pasillo, no podía estar sentado, aún tenía los ojos hinchados de haber llorado, y los nervios a flor de piel. 

Suspiraba y miraba el reloj, sin saber cuánto tiempo llevaba allí, aún no lo dejaban ver a Oab.

Había pensado en llamar a su madre, pero al final optó por esperar a hablar con el médico.

Dándose por vencido, se sentó en una de las sillas de la sala de espera, moviendo las piernas nervioso sin saber dónde posar los ojos.

El médico que atendió la emergencia al fin salió al encuentro del castaño, buscando con la mirada a la persona que había traído al chico malherido.

— ¿Tú eres la persona que trajo a Oab Wiwattana? — preguntó con una carpeta en mano.

Gun se puso de pie de inmediato, asintiendo sin quitarle los ojos de encima a aquel hombre.

— ¿Cómo está? — preguntó sin poder contenerse.

— ¿Eres familiar? — cuestionó el médico sin soltar nada de información — ¿Conoces a sus padres o representantes legales?

— Eh... Soy su mejor amigo — contestó y dudó al continuar — No conozco a su padre — dijo al final. 

¿Debería contarle que creo que fue él quien le hizo esto? 

No sabía qué hacer pero estaba seguro que Oab en su lugar si hubiera sabido cómo actuar.

— Lo encontré así cuando fui a buscarlo, ¿Cómo está? — preguntó de nuevo.

— Debo ser directo contigo — asintió el médico — Ha sido una suerte que lo hayas encontrado, si hubiera perdido más sangre ya estaría muerto, sin embargo, la intensidad de los golpes en su cuerpo, además del serio golpe en la cabeza, lo ha dejado en los primeros niveles de un coma.

Gun abrió los ojos sin saber qué decir.

— ¿S...se... se repondrá? ¿Cuánto tardará en despertar?

— No podemos asegurar nada — contestó el médico suspirando — Aún tenemos que hacer estudios para determinar el grado de daño que recibió su cerebro, así como puede despertar en unas horas, podría tardar semanas, meses o incluso años.

— ¿¡QUÉ!? — gritó Gun, sin poder evitarlo — No... ustedes... ustedes pueden hacer algo, ¿Verdad? — preguntó desesperado — Él se tiene que recuperar, yo...

— Tranquilízate — dijo el médico colocando una mano sobre su hombro — Sé que eres su amigo y es difícil recibir estas noticias, pero aún faltan algunos estudios, lo que sí te aconsejo es que te prepares para cualquier eventualidad, la policía tomará cartas en el asunto, pues es obvio que este chico fue atacado de manera violenta.

Gun asintió, mirando al suelo.

— ¿Podría verlo? — preguntó con un nudo en la garganta.

El médico quiso decir que no, pero al ver los ojos del menor y la necesidad que expresaba de verlo, lo hizo asentir y hacer que una enfermera lo llevará hasta el lugar donde tenían al chico. 

La mujer condujo al castaño hasta el lugar, donde Oab estaba conectado a un montón de máquinas y tubos, con aparatos que hacían ruidos tan angustiantes como monótonos.

Gun sintió que las piernas le fallaban al ver a su mejor amigo así. 

El alma se le fue a los pies y el color de su cara palideció. 

Casi con miedo se acercó a la cama, donde observó el rostro pálido de Oab, parecía dormir con tranquilidad, sin preocupaciones, pero sabía que no era así y las marcas que tenía repartidas por la cara y el cuerpo lo delataban.

Siniestro [OFFGUN]Where stories live. Discover now