Capítulo 10

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Tay simplemente se volteó cuando escuchó la alarma de su reloj.

No había pegado ojo en toda la noche, y todo era culpa de su "padawan".

Se levantó con pesadez y se metió a la ducha, se vistió rápidamente y salió en dirección a la estación.

Otro día de trabajo lo esperaba.

— Buen día, detective — saludaba una joven oficial.

— Buen día.

— Señor Tawan — decía otro agente.

— Buen día.

Llegó hasta la oficina y cerró la puerta, no sin antes servirse la correspondiente taza de café que su alma le pedía a gritos.

Se sentó en el escritorio y retomó la lista de víctimas.

Tenía que concentrarse, ese era su trabajo, pero sabía que cuando llegará New el asunto se iba a poner incómodo.

Y no tardó en llegar.

Abrió la puerta, pero está vez con pesadez, arrastrando los pies sin su habitual energía.

— Buenos días — saludo con voz ronca, acercándose a la cafetera.

— Buen día — respondió Tay sin atreverse a mirarlo.

New se llenó una taza hasta arriba de café puro y le echó una buena cantidad de azúcar.

Se dirigió con pasos vagos hasta su silla y después de darle un trago, posó la taza en la mesa como si le pesará.

Apoyó el codo en la mesa y se masajeó las sienes.

Tay notó el poco entusiasmo de su peculiar compañero y se preguntó qué podría haber pasado.

Pronto supo la respuesta, asumiendo que el chico se había pasado de copas.

— Tómate una aspirina y el café debes beberlo amargo — le comentó sin atreverse a mirarlo — El malestar irá pasando.

New alzó la mirada sonriendo un poco.

— Ni tengo aspirinas ni me gusta el café amargo — contestó.

— Entonces aguántate — dijo subiendo sus gafas con un dedo — En tú escritorio está una lista que quiero que chequees, busca apellidos similares y todo eso.

— Valeeee — contestó mirando sobre el escritorio, y cogiendo esos papeles — Antes de empezar con esto, ¿Te incomoda mi presencia?

Tay sintió un ligero hormigueo en su brazo.

Eso sólo le pasaba en dos ocasiones: cuando estaba demasiado nervioso o cuando estaba realmente incómodo.

Pero está vez podría ser una mezcla de las dos.

— No... ¿Por qué habría de molestarme? — contestó sin levantar la mirada.

New se quedó mirándolo enarcando una ceja.

— Quizá... ¿Por qué no me has mirado desde que entré?

Tay apretó las manos y supo que lo había acorralado, no tenía otra opción.

— Lo siento — se disculpó levantando la mirada — Estoy concentrado en esto, pero no, no me molesta tú presencia.

New sabía que mentía.

Si algo era natural en New era la sinceridad, siempre iba con ella por delante.

Y también se le daba bien el saber cuando le mentían.

Siniestro [OFFGUN]Where stories live. Discover now