Capítulo 8

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New había pasado el día en casa, dándole vueltas al asunto de los "asesinatos".

Se había llevado parte de la documentación, pero cada vez que parecía hallar algo, acababa volviendo al punto de partida.

Al final había decidido que con eso no podía hacer nada, tenía que regresar a la oficina.

Había anochecido, así que seguramente Tay ya no estaría allí.

— Mejor, si tengo que aguantarlo un rato más acabaré dándole un puñetazo — se dijo así mismo.

Cogió las llaves de su coche y no tardó en presentarse en la central de policía.

El lugar estaba bastante vacío, se le hacía raro verlo así, ya que de día era todo llamadas telefónicas y agentes de aquí a allá.

Subió al segundo piso y vio luz proveniente de su oficina.

Mierda, Tay debe de seguir aquí, pensó, y chasqueó la lengua molesto.

Abrió la puerta con suavidad, sin que el otro se diera cuenta de ello, pues estaba enfrascado en los numerosos documentos que yacían esparcidos por la mesa.

Parecía cansado, no tenía muy buena pinta.

New no pudo evitarlo y le dio pena verlo así, se sintió algo culpable de haberse ido.

Él era así, podía enfadarse en un instante, pero luego se le pasaba rápidamente.

— Toc toc... ¿Se puede? — pregunto con una sonrisa conciliadora.

— Adelante — contestó Tay sin despegar la vista de sus papeles — Sobre esa mesa está el otro material que falta revisar — señaló, como si supiera la razón de la llegada de New.

Este torció el gesto, aquél hombre no podía ser más aburrido.

Se acercó hasta aquellos papeles, cogió la silla y se sentó, apenas les echó un vistazo cuando no pudo evitar hablar.

— ¿No te cansa ser tan serio?

Tay levantó la vista y observó al chico fijamente.

En aquellos momentos no tenía ganas de pelear, aunque debía aceptar que se estaba aficionando a sus pequeñas "peleas de oficina".

Simplemente levantó los hombros y se quitó las gafas.

— Estoy trabajando, así que debo respetar eso — respondió, echándose hacia atrás en la silla — Todas esas víctimas exigen ser escuchadas, me siento mal si no puedo entender su mensaje.

New se quedó sorprendido ante tal confesión.

— Ya, pero mira como acabas... — le comentó — Estás hecho una piltrafa — no pudo evitar soltar una carcajada — No te lo tomes a mal, pero es que te obsesionas mucho con tu trabajo, a veces está bien descansar o divertirse.

— Sonaste como mi madre — se quejo, levantándose hacía la ventana — Sólo te faltó la parte en la que me recuerda que ya tengo 30 y aún no me he casado, supongo que tienen razón.

New se rió.

— Pues si lo dice ella también, será que tengo razón — sonrió columpiándose en la silla, era una manía que tenía — Aunque lo del matrimonio... — se encogió de hombros — Yo no pienso casarme.

— ¿Alguna razón en especial? ¿O simple vida de soltero para siempre? — preguntó Tay sin despegar la vista de la ventana.

— La idea de atarme a alguien me aterra — contestó sonriendo fanfarronamente.

Siniestro [OFFGUN]Where stories live. Discover now