Capítulo 19

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Me abro paso entre la multitud para salir del salón. Mientras corro entre los bailarines y acróbatas tan solo veo brumas de colores, girando y arremolinándose a mí alrededor. Me siento ligeramente mareada, por lo que cojo una profunda bocanada de aire nada más poner un pie en el recibidor del palacio. La música, las risas y conversaciones me persiguen como un depredador voraz, perforándome el cráneo e impidiéndome concentrarme. A esto le acompaña un sonido más y al levantar la mirada, descubro lo que es.

Tic-tac, tic-tac, tic-tac, suena el reloj en lo alto de la pared. Marca las once con diez minutos. ¿De verdad he perdido diez valiosos minutos desde que han resonado las campanas?

Miro la llave en mi mano y releo el acertijo, pero no consigo darle sentido. Habla de una princesa, y podría apostar todos mis lyrios a que se refiere a Giselle. En la torre más alta se encuentra la princesa. ¿Es una metáfora o de verdad es allí donde podré encontrarla? Tiene algo de sentido, ahora que lo pienso. Un par de vueltas a ese enorme salón me bastó para saber que Giselle no estaba allí. Tampoco el conde. ¿Han organizado algún tipo de juego? ¿Con qué propósito? Si hubiesen querido jugar con alguien habría sido con Jerome, no conmigo. Pero él también ha desaparecido del salón, y Margot con él. Lo que me lleva de regreso a la interrogante. ¿Por qué yo? Y más aún, ¿quién era el enmascarado?

Eso no importa, me regaño viendo volar otro minuto en el reloj. Concéntrate.

Repaso una vez más el acertijo.

Evoco todos los cuentos de hadas que solía contarme Lucille para tratar de hallarle sentido: Si Giselle fuese la princesa del acertijo, el villano de la historia, fuera quien fuese, la habría encerrado en la torre más alta. Solo un acto de amor verdadero romperá el encantamiento. ¿Habrían arrojado algún maleficio sobre ella? Mi estómago se encoje de miedo ante el pensamiento, pero sigo tejiendo una posible explicación. Para hallarla debes correr prisa, pues un terrible mal tendrá lugar cuando termine el cuento. ¿Qué carajos significa eso? Si el cuento termina no hay nada más. ¡Solo termina!

Sin embargo, el enmascarado me ha dejado una llave. La puerta roja, había dicho. La encontrará allí. Era una pista más.

Miro el reloj una vez más, once con quince indican sus manecillas.

No tengo mucho tiempo, así que echo a correr. No tengo la menor idea de hacia dónde mi dirijo, mis pies siguen su propio camino y no hago el mínimo esfuerzo en cuestionarlos. Una puerta roja fue mi primera pista, así que eso planeo encontrar. Subo las escaleras dobles a la carrera y me adentro en las entrañas del palacio Dumont. ¡Por el Creador! Todavía no consigo asimilar lo que ha ocurrido en el salón. Lo he encontrado finalmente, y me he congelado como una tonta. Debería haberle abierto la tripa cuando tuve la oportunidad.

No era el lugar, ni el momento, me consuelo. Giselle depende de ti. Concéntrate en eso.

Abro una puerta, luego la otra, y me topo con pasillo tras pasillo que no parecen dirigir a ninguna parte. Unos enormes ventanales aparecen ante mí tras abrir la siguiente puerta. Afuera puedo ver los jardines, y lo que parece ser un laberinto de setos más allá. El cielo está cubierto de nubes grises que ocultan la luna.

Cuando esta esté en su punto más alto, será el fin para todas aquellas personas que bailan en el salón.

—¡Será el fin! —exclamo—. ¡Eso es!

Pues un terrible mal tendrá lugar cuando termine el cuento.

Y otras palabras que me ha dicho el enmascarado vuelven a mi cabeza.

¿La princesa debe marcharse antes de que termine el encantamiento?

Me dio otra pista y no lo había notado. En los cuentos de hadas, el encantamiento y la magia terminan a la medianoche, que es el mismo instante en que la luna alcanza su punto más alto.

De Piel y HuesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora