Serendipia 》Hanker (COMPLETA)

Capítulo 40 》FINAL

Hande y Kerem se encontraban junto con Caner, Gamze, Kaya, Elif y Yildiz en la puerta del aeropuerto. Después de un mes de casados habían decidido tomarse unas vacaciones y así aprovechar para pasar su luna de miel.

Hande tenía en brazos a Edan ya que se había dormido y Kerem estaba con la pequeña Lale jugando a las cosquillas. Ambos querían que sus hijos estuvieran felices aunque ellos se fueran por unos días. Ya era casi la hora de tomar el avión así que dejaron a sus hijos en manos de sus familiares.

-Mis pequeños.—se agachó Hande para quedar a la altura de ellos. —Papá y mamá se marcharán unos cuantos días pero no tenéis que estar tristes, ¿si? Volveremos pronto. —los besó con cariño.

-Pero mamá, yo no podré jugar a las cosquillas con papá. —dijo Lale triste.

-Mi pequeña.—se acercó Kerem.—Podrás jugar a las cosquillas con tu prima Mavi y también podrás enseñarle muchas cosas. Puedes mostrarle la canción que aprendiste el otro día con el ukelele, seguro que le gustará. —acarició su mejilla.

-Pero papá no es lo mismo. —respondió. —Yo quiero mucho a mi prima pero la guerra de las cosquillas sólo la quiero hacer contigo. —lo miró con los ojos brillosos.

-Te prometo que cuando vuelva jugaremos a las cosquillas todas las veces que quieres, ¿si? No estés triste cariño. Tienes que ser una hermana mayor ejemplar y cuidar a Edan estos días. —besó su mejilla.

-Está bien papá, pero no tarden en venir por favor. Los echaré de menos. —una lágrima se deslizó por su rostro.

-Nosotros también te echaremos de menos hija. —añadió Hande. —ahora tienes que pasarlo muy bien en casa de los titos y enseñarle cosas nuevas a Mavi y a Edan. —sonrió.

Hande dejó a Edan al lado de su hermana y este le agarró la mano mientras sonreía. Amos tenían una conexión súper especial.

-Os quiero mucho, mis niños preciosos. —kerem los abrazó con cariño. —Nos vemos pronto. —sonrió.

-Os amo tanto. —dijo Hande abrazándolos también.

-Vosotros disfrutad de vuestras vacaciones. Cuidaremos muy bien de los peques. —dijo Gamce.

-¡Os queremos! —los abrazaron todos a la vez.

Todos ellos formaban una preciosa familia. La familia que siempre habían deseado.

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Después de tantas horas en el avión, por fin habían llegado al hotel. La habitación era inmensa y todas las estancias estabas conectadas entre sí. Tenía unos grandes ventanales donde podías ver perfectamente el mar y sentir su brisa. Justo al salir de la habitación había una pequeña terraza que tenía un camino por el que podías bajar a la playa. Kerem la llevó hasta allí porque tenía una sorpresa para ella. Tapó sus ojos con sus manos y comenzaron a caminar hasta el lugar.

-Antes de que termine el día y vayamos a descansar después del viaje, quería darte una pequeña sorpresa. —dijo detrás de ella.

—¡Qué emoción! —dijo mientras daba saltitos de felicidad.

Kerem apartó las manos de sus ojos dejando ver todo lo que había preparado. La cara de Hande era de felicidad pura, todo lo que estaba delante de sus ojos le encantaba pero lo que verdaderamente le encantaba era los detalles que tenía su esposo con ella y cada uno de ellos los tenía grabados en su corazón.

-¡Es precioso! —se llevó las manos a lo boca sorprendida. —Muchísimas gracias mi vida. —se lanzó a sus brazos.

-Me alegra que te haya gustado. —sonrió.