Capítulo 38

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Al día siguiente, Hande se encontraba sentada en la cama mirando el anillo que adornaba su mano. Aún no conseguía procesar todo lo que ocurrió anoche. Kerem consiguió que se sintiera como en el mismo cielo pero, a parte de eso, también consiguió llenar su corazón de un amor puro. Tan puro como lo era él.

Desvió su mirada para ver cómo dormía, sus rasgos estaban tan relajados y se sentía tan tranquilo que incluso pudo observar una pequeña sonrisa en sus labios. Si pudiera parar el tiempo, sin duda se quedaría aquí, a su lado, disfrutando de su compañía.

La alarma comenzó a sonar indicando que era hora de levantarse, tenían que dejar la habitación del hotel y pasar por casa para recoger a Edan e ir al estudio de música.

-Mmmm....—protestó por el sonido de la alarma.

-Buenos días mi vida. —sonrió.—Ya es hora de levantarse. —lo movió.

-Cinco minutos más. —dijo escondiendo su rostro en su pecho.

-Vamos, tenemos que salir de la habitación en una hora y todavía estamos aquí. —dijo riendo mientras lo movía para espabilarlo.

-Pero yo quiero quiero quedarme aquí para siempre con mi futura esposa. —se abrazó aún más a ella.

-Keke, tendremos toda la vida para dormir juntos y siempre que podamos repetiremos lo de anoche. —sonrió al recordarlo.

-Está bien. —se levantó.—Ahora sí, buenos días princesa. —besó su mejilla con cariño.

Salieron de la cama, comenzaron a arreglarse y tomaron su desayuno para luego dejar la habitación e irse. Llegaron a casa donde estaba Yildiz con Edan y ambos los saludaron. El pequeño sonrió al ver a su mamá y enseguida le echó los brazos para que lo cogiera.

-¡Mamá! —la abrazó con cariño.

-Mi vida, te extrañé tanto. —besó su mejilla.—¿Cómo te portaste con Yildiz? No le diste mucha guerra, ¿verdad? —preguntó.

-Se portó fenomenal. Estuvimos jugando a las construcciones mucho tiempo y se lo pasó genial. Para dormir no hubo ningún problema, es un angelito. —dijo Yildiz.

-Muchísimas gracias por cuidarlo. —agradeció Hande.

-No las des, vosotros también tenéis que disfrutar y estar juntos. Entiendo que el bebé os quita mucho tiempo. —respondió.

Kerem, que había colocado las cosas que traían en la entrada de casa, se acercó a Edan y éste le echó los brazos para irse con él.

-¡Papá! —lo abrazó también.

-Mi niño hermoso. —acarició su pelo.—Vamos al coche a esperar a mamá, ¿si? —le habló con dulzura.

Hande, se quedó unos minutos en casa esperando a que Yildiz cogiera sus cosas para ir al trabajo. Hoy tendrían que hacer bastantes cosas allí.

-Y bien Hande, ¿cómo te fue anoche? ¿Consiguió sorprenderte? —preguntó curiosa.

Ella sonrió ante la pregunta y le mostró el anillo que tenía en su dedo, explicandolo todo con un simple gesto. Yildiz, abrió su boca sorprendida al verlo.

-¡¿Te ha pedido matrimonio?!
—pregunto exaltada.

-Si, lo hizo. —sonrió.

-¡Me alegro mucho por vosotros! —exclamó.—Os merecéis todo lo mejor del mundo. Sois una familia muy hermosa. —la abrazó con cariño.

-Muchas gracias Yildiz. —agradeció. —Que sepas que tienes que asistir a la boda. Mi mejor amiga no puede perderse esto. —rió.

-Mi vida, ¿estáis listas para irnos?
—dijo Kerem desde el coche.

Serendipia 》Hanker (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora