Capítulo 12

973 75 22
                                    

Kerem sólo era un feliz niño de seis años cuando preparó con su madre las invitaciones de su cumpleaños para repartirlas a todos los de su clase.
Çiğdem, estuvo preparando la mejor fiesta para su pequeño hijo. Quería que hiciera amigos para que no se sintiera sólo ya que muchas veces lo habían alejado por culpa de su trastorno.

-Mira mamá, he hecho todas estas invitaciones para mis amigos. —dijo mientras le enseñaba muy emocionado a su madre lo que había conseguido hacer.

-Son preciosas cariño, seguro que les encantaran. —lo abrazó con cariño.

-Ya quiero que sea mañana. —dijo contento.

-Mi hermoso hijo. —acarició su pelo.
No te preocupes por nada, mañana será un gran día. Ahora vete a la cama para que se pase rápido la noche y pronto podamos celebrar tú cumpleaños. —explicó.

-De acuerdo mamá. Buenas noches —la abrazó con cariño.

-Buenas noches mi vida. —besó su frente con ternura.

Al día siguiente, Kerem fue a la escuela y le dió a su profesora las invitaciones para que se las diera a los demás niños a la hora de salida. Cuando terminaron las clases, su mamá lo recogió para ir a casa.

Todo estaba decorado precioso, había muchos globos de varios colores y las mesas estaban decoradas con varios adornos. Kerem estaba muy contento al ver todo aquello.

Ya llegó la hora en la que los demás niños vendrían a casa, pero pasaron varias horas y aún no venía nadie.

-Mamá, ¿por qué no viene nadie?
—preguntó con los ojos vidriosos.

-Cariño, tú creías que los de tú clase eran tus amigos pero resulta que no lo son. Tú eres demasiado bueno para ellos hijo, y no saben valorar tú amistad. —intentó explicarle a su hijo aquella dura situación.

Para Çiğdem la situación tampoco era fácil. Se le partía el alma cada vez que veía cómo su hijo sufría cada vez que lo rechazaban. Todas las noches rezaba para que alguien apareciera en la vida de su pequeño y ya no se sintiera triste.

-Nadie quiere ser mi amigo. —dijo mientras las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas.

-No digas eso Kerem, yo soy tú mamá pero también soy tú amiga. No estás sólo, me tienes a mi. —abrazó fuertemente a su hijo para calmar su llanto.

-Mamá, prometeme que nunca te irás y que siempre estarás conmigo. —dijo aferrándose a ella.

-Por supuesto que si cariño. Nunca me separaré de ti. —besó con ternura su mejilla aún húmeda por las lágrimas.
Feliz cumpleaños, mi niño hermoso...

Kerem se despertó sobresaltado, había soñado aquel día en el que se encontraba con su madre. Se frotó la cara para tranquilizarse y se dió cuenta que sus mejillas estaban mojadas, había estado llorando mientras soñaba.
Miró a su lado para observar a Hande que todavía dormía. Su cara estaba casi enterrada en la almohada y su pelo estaba despeinado pero aún así, ante sus ojos, era hermosa.

Se levantó con cuidado para no despertarla y se dirigió al baño para poder vestirse tranquilamente. Antes de irse, dejó una nota en la mesilla de noche que se encontraba al lado de ella y dejó un tierno beso en su mejilla. Hoy sería un día complicado.

Kerem se encontraba en su antigua casa la cual antes pertenecía a sus padres. Cuando cruzó por la puerta, se sintió abrumado por la cantidad de recuerdos que pasaban por su mente.
Recordaba cuando era niño y su madre jugaba con él en el salón o cuando corría por los pasillos y ella le regañaba porque se podía caer y hacer daño.

Serendipia 》Hanker (COMPLETA)Where stories live. Discover now