Serendipia 》Hanker (COMPLETA)

Capítulo 10

El sol radiante entraba por las ventanas haciendo que la casa se iluminase con su hermosa luz. El calor se hacía cada vez más presente durante aquellos días, indicando por fin el comienzo del verano.

Hande despertó con una gran sonrisa en su rostro al recordar el beso de ayer. Estaba más feliz que ningún día porque se dió cuenta que lo que sentía por él, también era recíproco. Ese paso que habían dado, para Kerem era un paso gigante. Sabía que él nunca había experimentado esas emociones con alguien, por eso tenía que cuidar aquella relación tan bonita que estaban construyendo poco a poco.

Se levantó de la cama y abrió las ventanas de su habitación para que entrara la brisa de la mañana, fue al armario para decidir que ponerse y acabó escogiendo una blusa blanca bastante ancha y unos vaqueros cortos deshilachados con unas sandalias negras, el outfit perfecto para un día caluroso de verano. Se peinó el pelo para hacerse unas cuantas ondas sueltas y cuando terminó, bajó a la cocina para preparar el desayuno.

Para su sorpresa, se encontró a Kerem en la cocina haciendo el desayuno. Había hecho zumo de naranja junto con unas tostadas y en un plato puso un poco de fruta variada.

-Buenos días Keke. —saludó con un beso en la mejilla.

-Buenos días Miy —respondió alegre.

-¿Miy? —preguntó curiosa.

-Es un apodo cariñoso. Igual que tú me pusiste uno. Pensé que te agradaría. —dijo colocando el desayuno en la mesa.

-Es perfecto. —dijo emocionada al escuchar el apodo salir de sus labios.

Hande se sirvió un poco de zumo y cogió una tostada para untarla con mermelada de fresa, su favorita. Ambos sentados en la mesa no podían evitar mirarse de vez en cuando, estaban muy felices.

-Muchas gracias por el desayuno Keke, estaba todo delicioso. —dijo recogiendo sus cubiertos para llevarlos a la cocina.

-De nada. Me alegro que te haya gustado. —sonrió.

Cuando estaban recogiendo la mesa, el sonido del movil de Hande se hizo presente y fue al salón para contestar la llamada viendo que era su hermana.

-¡Hola hermana! —saludó Gamze alegremente.

-Hola Gamze, ¿Que tal? —respondió en forma de saludo.

-Bien, bien, ¿y tú? —preguntó.

-Muy bien. Demasiado bien diría yo. —dijo mientras echaba un vistazo hacía Kerem que se encontraba muy concentrado con su teléfono.

-Intuyo por el tono, que tienes algo que contarme Hande. —dijo intrigada.

-Así es, pero mejor mañana vienes a casa y te cuento todo con más detalle. —ofreció Hande.

-Bueno, lo dejaremos para mañana. ¿Sabes?, he pensado en que como hoy hace mucho calor, voy a ir un rato a la playa a pasar la tarde y por eso te llamaba por si te querías venir con nosotros. —sugirió Gamze.

-¡Claro que me apetece ir con vosotros! —exclamó emocionada.
Voy a preguntarle a Kerem si quiere venir.

-¡Perfecto! Además, a tú sobrina le encanta estar con el. —dijo riendo.

-Si, se llevan muy bien. Entonces, ¿a qué hora nos vemos? —preguntó.

-Pues nosotros iremos a las cuatro para pillar un poco el solecito.
—explicó Gamze.

-Perfecto, pues entonces estaremos allí. ¡Nos vemos! —se despidió.

-¡Nos vemos! —se despidió también.