Capítulo 33

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Era un miércoles del mes de Mayo, para ser más específicos el día veintitrés. Hande no estaba trabajando en la agencia ya que le habían dado la baja maternal porque estaba en su noveno mes y el bebé podría nacer en cualquier momento. Su barriga era enorme, le pesaba mucho e incluso le resultaba incómoda a la hora de dormir.

Ahora se encontraba despierta, aún en la cama, ya que no podía dormir más porque se sentía incómoda en la cama. Kerem la estaba abrazando por la cintura mientras su mano descansaba sobre su barriga, le acarició suavemente su mejilla y sonrió al verlo tan relajado. Se levantó con cuidado para no despertarlo todavía ya que aún faltaba mucho para que se fuera al estudio de música. Fue al baño para asearse y bajó a la cocina para prepararse una taza de leche caliente, encendió la hornilla y mientras se calentaba fue a darle de comer a los perros. Cuando terminó, se sirvió la leche en su taza favorita y se sentó en el jardín frente a todos sus utensilios de pintura para poder continuar con el cuadro que empezó el otro día. Era la única actividad que podía hacer antes de que su bebé naciera ya que debía de estar en casa lo más relajada posible. Con el agradable canto de los pájaros y la brisa acariciando su rostro, seguía concentrada en aquel cuadro en el que varios instrumentos musicales conseguían formar la clave de sol. Kerem, que ya se había despertado al no sentirla a su lado, se quedó apoyado en el marco de la puerta mientras la observaba, su cabello ligeramente ondulado se movía suavemente por la brisa y su barriga se veía aún más grande cuando estaba de lado. Aún así, era hermosa ante sus ojos y cada día estaba más enamorado.

Se acercó a ella y la rodeó por la espalda dándole besitos en el cuello, Hande sonrió ante aquel contacto. Le encanta cuando se levantaba así de feliz por las mañanas.

-Buenos días princesa. —se agachó para quedar a su altura.

-Buenos días, mi chico artista.
—sonrió.

-Bueno, en este caso aquí la artista eres tú. Es precioso Miy. —observó la pintura.

-Me alegra que te guste, lo estoy haciendo con mucho cariño. He pensado en ponerlo en el estudio, ¿qué te parece? —preguntó emocionada.

-Me parece genial mi vida. Es hermoso y seguro que les encantará a todos cuando lo vean allí colgado.
—dijo sincero.

Kerem la observó detenidamente y se rió fuertemente al ver cómo su mejilla izquierda estaba manchada de pintura.

-¿De de qué te ríes ahora? —preguntó.

-Tienes la mejilla manchada de pintura. —se la limpió con el pulgar mientras sonreía.

-Así que te estabas riendo de mí, ¿no es así? —frunció su ceño.

-Lo siento, estabas muy divertida con la pintura ahí y no pude contenerme. Eres preciosa. —besó con ternura la mejilla que hace unos segundos la tenía manchada.

-No puedo enfadarme contigo, eso es jugar con desventaja. Aún así te amo. —le devolvió el beso también.

-Bueno cariño, iré a hacerme un café. ¿Ya desayunaste? —pregunto.

-Si, ya desayuné pero te acompaño dentro. —recogió sus pinturas y se metió en casa.

Ya con el café preparado, se sentaron en la mesa y comenzaron a charlar tranquilamente. Hablaron sobre todas las cosas que tenían que hacer hoy y comenzaron a organizarse.

-Hoy tenemos la última cita con la ginecóloga, quiero contarle cómo me siento estos días y también quiero explicarle algunas ideas que tengo sobre el parto. —comentó.

-Todo lo que tú decidas está bien, es tú cuerpo y debes hacerlo de la manera en la que más cómoda estés. Ya sabes que siempre me vas a tener ahí para lo que necesites. No tengas miedo mi vida, lo harás genial. —la ánimo.

Serendipia 》Hanker (COMPLETA)Where stories live. Discover now